Giulio Valz-Gen

Nada mejor para alimentar un rumor que la propia protagonista estelar del mismo se refiera expresamente al supuesto hecho ante los medios de comunicación (bueno, en realidad, solo ante TV Perú, pues no hubo invitación a la prensa) para negarlo o rechazarlo.

Así lo hizo la presidenta el viernes pasado en una ceremonia por el aniversario de la Policía Nacional del Perú: “Basta de estar polarizando nuestra sociedad, basta de los rumores de vacancia presidencial”.

El comentario se dio luego del inicio de una nueva investigación por parte del Ministerio Público en su contra, esta vez por los presuntos delitos de omisión de actos funcionales o abandono del cargo. Esta pesquisa se da tras las declaraciones del ex presidente del Consejo de Ministros Alberto Otárola en las que reveló que la mandataria se sometió a una cirugía de la que no dio cuenta al Congreso. Está de más decir que la mandataria no ha dado explicación alguna sobre el tema.

¿Son ciertos los rumores de vacancia? Por ahora, son más las intenciones de un grupo de congresistas y actores políticos que buscan ir sembrando la narrativa para, llegado el momento propicio y la alineación de intereses políticos, remover del cargo a la presidenta.

Mientras para el Congreso exista el riesgo de un adelanto de elecciones frente a una vacancia, las chances de que esta ocurra son mínimas, por no decir inexistentes. El momento “adecuado” es cuando el calendario avance y las elecciones del 2026 ya estén convocadas; es decir, en abril del 2025. Si Dina Boluarte es vacada antes de esa fecha, salvo interpretaciones muy creativas del Congreso, habría que convocar a un adelanto de elecciones, lo que recortaría el mandato de los congresistas.

Aunque la exministra de ha sido más que funcional al Parlamento, ese matrimonio por conveniencia (cómplice en la antiinstitucionalidad y proimpunidad) puede acabar por el cálculo electoral de los partidos. Nadie querrá que le recuerden su ‘alianza’ con la presidenta menos popular de todos los tiempos.

¿Qué tan malo sería para el país una vacancia en los próximos meses? Sin duda, sería una nueva señal de inestabilidad, pero tampoco pienso que sea el fin del mundo.

El nivel de la gestión exhibida por Boluarte en estos dos años a cargo ha sido inferior a lo mediocre. Es cierto que sigue siendo mejor que Pedro Castillo, pues, con todas sus debilidades, prefiero, por ejemplo, al ministro José Arista que a Pedro Francke (y así en varios casos).

Pero lo cierto es que con alguien medianamente superior a la mandataria podríamos estar a otra velocidad. La persona que eventualmente llegue desde el Congreso no va a romper la ‘alianza’ exhibida hasta hoy, pero podría corregir en algo el rumbo del país.

Al menos, tener mejores cuadros para cuidar la casa en un gobierno de transición ordenado hasta el 28 de julio del 2026. Si la valla con Castillo era baja, la que dejaría Boluarte también lo es. La vacancia no es un escenario ideal, pero tampoco es una locura plantearla ni mucho menos que el rumor se expanda. Con sus actitudes, la señora Boluarte termina siendo la principal promotora.




*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Giulio Valz-Gen Es socio de la consultora 50 + Uno

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