Encontrar un buen perfil en la actual representación es como buscar una aguja en un pajar. Pero, después de tres años de gestión, vale la pena realizar el ejercicio. Ante una mayoría de perfiles legislativos con denuncias y promotores de proyectos antitécnicos, la promoción de los buenos perfiles podría ser el antídoto necesario para salvaguardar algunos temas claves hasta el 2026.

¿Qué implica tener un buen perfil legislativo? La tarea de los parlamentarios se divide en tres: legislativa, fiscalizadora y representativa. A mi entender, un congresista no necesita cubrir las tres en su totalidad. Sería lo ideal, pero quizás es mucho pedir. Prefiero un especializado en una función, antes que uno que falle en intentar ser productivo en las tres.

Ejemplos de esto último tuvimos en anteriores períodos: Mauricio Mulder siempre se destacó por su rol fiscalizador, y Marisol Pérez Tello, por su labor legislativa (incluso implementó un ISO para el proceso de aprobación de proyectos). Víctor Andrés García Belaunde fue uno de los pocos que logró combinar hasta dos especialidades: siendo fiscalizador (Caso Convial y Caso Orellana) y proponiendo algunas buenas iniciativas de ley (a diferencia de la mayoría de sus colegas, su asesor principal no era abogado, sino economista).

En la actual gestión parlamentaria podemos destacar un caso: el de Diana Gonzales, legisladora arequipeña de Avanza País. No solo registra proyectos de ley con el debido rigor técnico, sino que en las últimas semanas ha mostrado también una faceta fiscalizadora en la Comisión de Energía y Minas, donde ha logrado paralizar el intento de la izquierda por ampliar el Reinfo, una medida que solo busca continuar abriéndole las puertas a la minería ilegal.

Antes de eso, Gonzales había mostrado otras acciones fiscalizadoras remitiendo documentos al Ejecutivo sobre una promesa incumplida de la presidenta Dina Boluarte, en 28 de julio, sobre seguridad ciudadana.

En el ámbito legislativo, Gonzales se mantuvo firme, como presidenta de la Comisión de Descentralización, en la negativa de aprobar leyes declarativas sobre creación de distritos y universidades. Una vez que Gonzales dejó la presidencia, la comisión volvió a ser permisiva y hoy vemos a Waldemar Cerrón presentando, en tan solo tres meses, 15 proyectos de ley para crear universidades.

Tanto Avanza País como el resto de las bancadas deberían mirar el perfil de Gonzales y buscar replicarlo para lo que resta del período. Es precisamente lo que el bloque de derecha necesita para despercudirse de una serie de malos criterios que los ha llevado a dejar de lado estándares básicos de institucionalidad, y terminar respaldando a la izquierda para permitir que economías informales e ilegales surfeen en la agenda legislativa.

Para el 2026, necesitamos perfiles más técnicos que gritones. Es algo que, si la derecha no entiende, terminará repitiendo errores que la condenarán a un continuo fraccionamiento y al mismo nivel que ha caracterizado a la izquierda que tanto critica, de la que tanto se esfuerza en distanciarse, pero a la que termina asemejándose en cada denuncia y votación que comparten en el actual período parlamentario.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.


Martin Hidalgo Bustamante es Jefe Editorial

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