Giulio Valz-Gen

El enfrentamiento entre el Congreso y la Junta Nacional de Justicia () continúa. La batalla nos acaba de regalar un capítulo más que evidencia el perfil de las identidades de los sectores en disputa.

Luego de que el Poder Judicial dejase sin efecto (al menos por ahora) la inhabilitación de los magistrados de la JNJ Inés Tello y Aldo Vásquez aprobada por el Congreso y ordenase su reposición, el colegiado decidió (¿en tiempo récord?) ratificar a los jefes del Reniec y la .

En el caso del jefe de la ONPE, , existía una votación previa en la que no se habían llegado a los votos necesarios para su ratificación (pues se realizó en medio del pimpón judicial de cautelares que ponen y sacan a Vásquez y Tello) y Corvetto había presentado una reconsideración a la decisión.

En el fondo, como escribí hace un tiempo en estas páginas (“Parteaguas político”), lo que hay atrás de este enfrentamiento es una batalla ideológica de identidades, ‘caviar’ versus ‘anticaviar’ que, por la naturaleza de las funciones de la JNJ, puede tener ramificaciones en diversos estamentos de la administración de justicia.

No olvidemos que muchos de los políticos ‘anticaviares’ (los ‘caviares’ son los de la JNJ) que impulsaron la destitución de la JNJ, intervención de la misma y que hasta ahora insisten con destruirla, tienen sendas investigaciones en el sistema de justicia. Ellos actúan basados en intereses que aparentan ser propios y que no parecen ser los mejores para el país. Pero ellos no están solos.

Como lo evidencia la velocidad en la ratificación de los funcionarios antes señalados, los miembros de la JNJ también parecen actuar con base en intereses propios y alejados de aquello que puede ser más sensato para el futuro del Perú.

No tengo nada en contra del señor Corvetto ni estoy en la orilla de aquellos que consideran que hubo fraude en la elección del 2021. Se debe investigar aquello que pueda conducir a esa hipótesis, pero mientras no existan evidencias sólidas, la del fraude es más una narrativa política que una verdad.

Fuera de eso, no parece apropiado ratificar al jefe de la ONPE en medio de idas y vueltas judiciales. Parece tan abusivo y burdo como aquello que impulsan quienes quieren destruir la JNJ. No es lo mismo, pero es igual. La actitud de ambos lados se parece.

Más allá de las capacidades profesionales de Corvetto, quizá lo mejor para el país es que exista una renovación en el cargo. No digo que el otro sector ponga a un alfil en el mismo, sino que se escoja a algún otro profesional independiente e imparcial alejado de la sombra y la narrativa ya instalada.

Aunque puedo estar pecando de ‘naif’, eso sería mejor que seguir toda una elección con la cantaleta ya instalada del supuesto fraude abierta.




*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Giulio Valz-Gen Es socio de la consultora 50 + Uno

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