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La niñez no se negocia
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La niñez no se negocia

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La aprobación de la Ley N.° 31945 en 2023 fue un paso histórico al proteger a las niñas y adolescentes de los matrimonios infantiles. Sin embargo, la norma dejó un vacío al no incluir las uniones tempranas informales, que siguen poniendo en riesgo la vida, la salud y el futuro de niñas y adolescentes. Es en esas uniones donde se perpetúan silenciosamente ciclos de pobreza, violencia y desigualdad.

Detrás de las cifras, en cada caso podemos encontrar una historia dolorosa. Niñas que dejan de estudiar para convertirse en esposas y madres demasiado pronto; niñas que pierden su derecho a jugar, a decidir y a soñar; niñas que, en muchos casos, son forzadas a unirse a sus agresores tras un embarazo producto de violencia sexual; por consiguiente, niñas que ven alejarse su proyecto de vida. Solo en los primeros nueve meses del 2025, más de 27 mil adolescentes y menores de 19 años fueron madres en el país, según el Ministerio de Salud. Muchas de ellas, empujadas por la pobreza y la presión social o familiar, terminan en uniones que sellan un destino marcado por la dependencia y la falta de oportunidades.

Frente a esta situación, desde Plan International iniciamos la campaña de un año “Niñas libres de uniones forzadas” en el marco del Día Internacional de la Niña (11 de octubre), con el objetivo de visibilizar y prevenir estas prácticas nocivas, trabajar con familias y comunidades para romper patrones culturales dañinos, y fortalecer el liderazgo de las niñas para que sean protagonistas del cambio.

Los logros alcanzados hasta ahora —como la prohibición del matrimonio infantil— son valiosos, pero aún insuficientes. Hace falta una acción decidida para atender las raíces del problema: la pobreza, la desigualdad de género, la violencia y la normalización cultural de prácticas que atentan contra los derechos de las niñas y las adolescentes.

La lucha contra las uniones forzadas no se gana solo con leyes. Se gana cuando se actúa en las comunidades, en los hogares y en la conciencia colectiva. Se gana cuando cada niña puede seguir en la escuela, cuando conoce sus derechos, cuando sueña con un futuro distinto y tiene las herramientas para alcanzarlo.

Hoy, el mensaje debe ser firme y claro: la niñez no se negocia. Promovamos entornos donde las niñas sean niñas, no esposas ni madres.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Víctor García Hernández es representante país Plan Internacional Perú

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