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Los falsos valores
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Los falsos valores

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Los cuatro inquilinos de Barbadillo tienen algo en común. En algún momento de sus carreras políticas, todos ellos enarbolaron la bandera de la lucha anticorrupción. Trazaron una línea imaginaria en la que al otro lado se encontraban los malos, los corruptos. Ellos encarnaban el cambio, la decencia, la honestidad. Ellos estaban en el lado correcto de la historia. La vieja lucha del bien contra el mal llevada a la escena local en discursos en plazas públicas, en redes sociales, en medios de comunicación.

De la historia peruana reciente ya deberíamos haber aprendido que la política no es una película de Marvel. No es la lucha de los rebeldes contra el imperio galáctico. No es una epopeya de héroes contra villanos. En todas las tiendas hay matices. Hay claros y oscuros. Los últimos casi siempre predominan, lamentablemente. Pero siempre habrá entusiastas impulsores de narrativas maniqueas, en uno y otro bando, y público que crea en ellas.

La prisión de la Dinoes hoy aloja a Alejandro Toledo, Ollanta Humala, Pedro Castillo y Martín Vizcarra. Cuatro expresidentes que comparten un mismo establecimiento penitenciario. No son mártires, víctimas ni perseguidos políticos. Son personas condenadas o acusadas por graves delitos que deshonran la alta investidura que alguna vez tuvieron. Son ídolos de barro, falsos valores que se convirtieron en lo que decían combatir.

Esta semana le tocó el turno a Vizcarra. El tiktokero cachaciento que parecía sacarle la lengua a la justicia, el favorecido por las resoluciones judiciales generosas que lo libraron durante mucho tiempo de la Dinoes. Su suerte procesal llegó a su fin. Ahora, transcurrirá los próximos cinco meses tras las rejas, a la espera de una sentencia que se avizora condenatoria. Tras su detención, difundió un video en el que decía: “Si estás viendo este video, es porque han dictado prisión preventiva en mi contra”. Conociendo su cinismo, seguramente ya tenía preparada la transmisión en vivo por si el fallo salía a su favor.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Héctor Villalobos es Editor de Política y Opinión

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