En estas fechas escucho y leo muchas estimaciones conservadoras y hasta pesimistas sobre el crecimiento del país en los próximos años. Por mi parte estoy convencido de que el Perú tiene todas las condiciones y oportunidades para retomar tasas de crecimiento de entre el 5% y el 6% en el siguiente quinquenio. Mi optimismo no es infundado, se basa en las siguientes ventajas y fortalezas del Perú:
1. Inversión: El Perú tiene el potencial de generar rápidamente un ‘shock’ de inversiones mediante obras por impuestos, asociaciones público-privadas y concesiones en infraestructura, conectividad de Internet, educación, salud y saneamiento, generando empleo y dinamizando el círculo virtuoso de inversión, empleo y consumo. A diferencia de los países más desarrollados, tenemos mucho por construir.
Asimismo, la recuperación de la confianza empresarial (al cierre del 2024, en terreno positivo) pronostica un mayor flujo de inversión privada. A esto se suma nuestra apertura comercial, con múltiples TLC y una Constitución que protege y fomenta la inversión extranjera. Sectores consolidados como la pesca, los textiles, la agroindustria y la minería presentan excelentes perspectivas y oportunidades, mientras sectores donde tenemos grandes ventajas competitivas como el turismo, forestal y logística internacional pueden convertirse en las nuevas locomotoras de la economía, impulsados por nuestra ubicación geográfica, apertura y conectividad al mundo.
2. Vientos externos favorables: El panorama internacional para nuestro país se muestra bastante positivo, con elevados precios para nuestros minerales y costos de financiamiento menores que los de los dos últimos años. Estados Unidos está muy interesado en tener proveedores y cadenas logísticas más cercanas y confiables, China está incrementando su interés e inversión en el país y la Unión Europea está recuperándose y con mayores perspectivas de crecimiento y, por lo tanto, mayor demanda por nuestros productos.
Todo esto ofrece un entorno beneficioso para el crecimiento económico y para la inversión extranjera que busca mayores retornos en países como el Perú. Nuestra posición estratégica frente al océano Pacífico y la conexión con mercados claves como Estados Unidos y China, fortalecida por el puerto de Chancay, nos convierten en un ‘hub’ logístico clave para la región.
3. Estabilidad: A pesar del incremento del déficit fiscal (debemos evitar que siga deteriorándose), el Perú aún cuenta con una solidez macroeconómica envidiable, reflejada en su grado de inversión, recientemente ratificado y en categoría estable, lo que nos garantiza acceso a endeudamiento con bajas tasas de interés. Nuestra estabilidad monetaria y muy baja inflación son otras dos tremendas fortalezas, muy valoradas y buscadas especialmente por la inversión extranjera que busca generar retornos a sus inversiones en dólares; nuestro tipo de cambio estable en el tiempo es una tremenda ventaja.
Por último, tengo la convicción de que hemos aprendido la lección de las últimas elecciones y en el 2026 votaremos informados y de manera responsable y no volveremos a cometer el mismo error.
Así las cosas, tengo muchas razones para ser optimista, en especial cuando veo todos los días lo que considero el atributo más importante de nuestro país: la resiliencia y el esfuerzo de los peruanos por salir adelante.