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Un Waze para la formalización de las pyme
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Si más del 80% de los empleadores en el Perú son pequeñas y medianas empresas, ¿por qué insistimos en pensar el futuro del trabajo como si solo dependiera de las grandes? Las pymes son el verdadero músculo del empleo nacional, pero siguen operando, en su mayoría, como en tiempos predigitales. Mientras tanto, la inteligencia artificial generativa (IAGen) asoma como una aliada inesperada para modernizarlas, elevar su productividad y –he aquí lo importante– darles una ruta creíble hacia la formalización.
Un reciente estudio del Centro Nacional de Inteligencia Artificial de Chile, en conjunto con el Ministerio del Trabajo y otros actores, analizó 100 empleos claves en ese país, descomponiéndolos en tareas específicas. ¿El hallazgo más potente? Cerca del 50% de esas tareas pueden realizarse en la mitad del tiempo gracias a la IAGen, sin sacrificar calidad. Y no solo se trata de programadores o analistas de datos: también hay contadores, docentes, secretarias, vendedores y asistentes administrativos en el radar. Empleos comunes, tareas repetitivas. Justamente el corazón de lo que hacen muchas pymes en el Perú.
Ahora bien, ¿qué pasaría si trasladamos ese diagnóstico al Perú? Aunque nos falta un estudio equivalente con datos locales, el patrón es comparable: tenemos una estructura empresarial con fuerte presencia de micro y pequeñas empresas, muchas de ellas informales, que dedican horas valiosas a tareas que podrían automatizarse: facturación manual, registros en Excel, atención por WhatsApp, control de ‘stock’ en libretas o, simplemente, andar buscando a quién venderle o a quién pedirle una boleta.
Aquí es donde la IAGen puede ser una palanca real. Pensemos en cómo Waze ayudó, sin querer queriendo, a ordenar el caos del transporte informal al estandarizar rutas y tiempos, o en cómo Yape ha permitido bancarizar a miles de pequeños comerciantes sin trámites engorrosos, haciendo que la formalidad se sienta menos como una camisa de fuerza y más como una ventaja. Algo así podría suceder con herramientas de IA que permitan a las pymes generar contratos, manejar la contabilidad, responder correos, emitir reportes o analizar precios sin necesidad de contar con personal administrativo.
En el fondo, no se trata solo de tecnología. Se trata de cambiar el juego: si una pyme puede operar mejor, vender más y cumplir con el Estado usando IAGen, entonces la formalización deja de ser un sacrificio y empieza a ser una oportunidad.
La inteligencia artificial no nos va a resolver los problemas de fondo. Pero puede ayudarnos a poner orden donde hoy reina el desorden operativo. Y si en ese camino logramos que más empresas se formalicen porque simplemente les conviene, entonces habremos dado un paso enorme hacia un país más productivo.
Porque el trabajo digno no es solo el que se paga bien, sino el que facilita más empleabilidad rápida. Y en eso, la IAGen tiene mucho que decir.

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