Este modismo adverbial, que significa ‘de todos modos’, tiene como primer elemento, angas, que no existe en castellano y solo está allí para hacer contrapeso consonántico con mangas. La locución se documenta también en Chile y otros países americanos. Véase este ejemplo peruano de Augusto Elmore en Caretas (n.° 1484): “… los últimos gobiernos del Perú […] se han esforzado por enviar a España gente descontenta, a la que aquí, por angas o por mangas, se le hacía imposible seguir viviendo”.