Actualmente, la mayoría de los problemas estructurales del Perú parte de la debilidad institucional de las organizaciones que componen el Estado Peruano.
La carencia de instituciones sólidas, la falta de una planificación de objetivos y estrategias alineados con el propósito de mejorar la calidad de vida de los peruanos, así como la falta de autoridades y líderes con valores morales y éticos impiden el desarrollo y uso de todos los recursos, capacidades y competencias que tiene nuestro país.
Al Perú no solo le urgen organizaciones orientadas a atender las necesidades de los ciudadanos. Tanto al Gobierno Central a cargo de la Presidencia de la República como a los gobiernos locales y regionales les hace falta una mayor capacidad de gestión para promover la descentralización, pero, sobre todo, requieren autoridades con habilidades técnicas y una vocación enfocada en la prosperidad del país.
La administración como ciencia social, a través de sus pilares de planificación, organización, dirección y control, podría ser una pieza clave para este anhelado cambio y mejora estructural del Perú.
Los profesionales de este campo pueden contribuir a lograrlo mediante la formulación de objetivos, estrategias y acciones claras; la digitalización y gestión de datos para incrementar la eficiencia, además del fomento de una cultura organizacional de integridad.
Esto, además de las habilidades de liderazgo, comunicación y trabajo en equipo, puede impulsar esa reforma institucional para promover el desarrollo y la estabilidad que deseamos.