En un contexto dominado por la extorsión, corrupción y los asaltos a mano armada, nos encontramos con la perspectiva de nuestras autoridades que parece ser más un delirio que una visión razonada.

Por un lado, tenemos a la presidenta y al ministro del Interior que han afirmado estar librando una lucha efectiva contra los delitos que atormentan a los ciudadanos. A esto se suma el alcalde de Lima, que afirmó vía ‘stream’ que se goza de una “paz brutal” en la capital. Sin embargo, enero fue denominado el mes sangriento debido a la ola de muertes registradas. ¿Acaso la criminalidad ha sobrepasado la capacidad de respuesta de nuestras autoridades? ¿Está nuestra PNP preparada institucionalmente para hacer realidad lo que muchos peruanos pedimos a gritos? La respuesta parece estar llena de incertidumbre y muy alejada de las expectativas de los ciudadanos.

Los pequeños negocios y los empresarios prósperos se han visto en una situación sin salida. Tal parece que es solo cuestión de tiempo para que las medidas extorsivas, los secuestros y los asaltos a mano armada lleguen a la puerta de tu casa, si es que aún no lo han hecho. ¿Portar armas de fuego para protegerse de la delincuencia es la solución más inmediata? ¿Qué tan efectiva puede llegar a ser esta medida? Son interrogantes que surgen a partir de este tema .

Todos queremos salir sin miedo, ir a trabajar o estudiar sin la incertidumbre de si volveremos a casa. Es importante que la actitud de nuestras autoridades esté a la altura de nuestras necesidades y no responda a intereses particulares.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

José Luis Bryan Álvarez Ñufflo es estudiante de Derecho en la Universidad de Lima

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