La compleja realidad que hallará el Papa en su visita al Perú

Solo faltan tres semanas para que el papa Francisco llegue al Perú. Según informó hace un par de días el monseñor Norberto Strotmann, secretario general de la Conferencia Episcopal Peruana, los preparativos para la llegada del Sumo Pontífice se ejecutan de acuerdo al cronograma. En estos momentos, tanto en Lima como en Trujillo (La Libertad) y Puerto Maldonado (Madre de Dios) se siguen acondicionando los espacios donde Francisco se reunirá con los peruanos.

Aunque la llegada del Papa entusiasma sin duda a miles de fieles católicos, esta movilización se realizará en medio de una de las más graves crisis políticas de los últimos 17 años en el país. Por ello, el monseñor Strotmann aseguró que esta “turbulencia” no interfiere en la llegada del Papa. “Espero que la Navidad, así como la unión por la esperanza en la expectativa de la llegada del papa Francisco cambien un poquito el rostro de los políticos”, añadió Strotmann a la agencia Andina el pasado 24 de diciembre.

-CONTEXTO COMPLICADO-
Además de encontrar un panorama político agitado, el papa Francisco constatará dos duras realidades en el país: la angustia de los damnificados de El Niño costero en el norte y la preocupación de los peruanos del oriente por el avance de la minería ilegal, la deforestación y otros delitos relacionados. Tanto en Trujillo como Puerto Maldonado han sido escogidos por Francisco para llevar un urgente mensaje de esperanza.

En la mañana del viernes 19 de enero, el papa Francisco aterrizará en Puerto Maldonado. Según lo previsto, tendrá un encuentro con los pueblos de la Amazonía en el Coliseo Regional de Madre de Dios, luego visitará el Instituto Jorge Basadre y finalmente irá al albergue infantil Principito. Madre de Dios es en la actualidad una de las regiones más vulnerables del país. Según ha reportado El Comercio, solo este año se perdieron 6 mil hectáreas de bosque en Madre de Dios debido a la minería ilegal, la agricultura extensiva y la construcción de carreteras.

En La Pampa, una extensa zona aledaña a la carretera Interoceánica, abundan los delitos vinculados a la minería ilegal como trata de personas y prostitución infantil, considerados como formas contemporáneas de esclavitud. En noviembre de este año, la policía intervino una zona conocida como Mazuko donde fueron rescatadas algunas menores de edad que eran explotadas en ‘prostibares’. Esto pese a las operaciones de erradicación de campamentos clandestinos de mineros que ejecuta cada cierto tiempo la policía en Madre de Dios.