La historia clínica personal y de familiares directos (madres y hermanas) sobre hipertensión arterial, sirve para que el médico establezca si la gestante puede desarrollar preeclampsia, una complicación que consiste en el aumento de la presión arterial alta y la aparición de niveles elevados de proteínas en la orina. En ese sentido, desde el Seguro Social de Salud se indicó que alrededor del 50% de gestantes con antecedentes familiares de hipertensión desarrollan esta misma.
Cabe mencionar, que la preeclampsia afecta la placenta, riñones, hígado, cerebro, y otros órganos y sistema sanguíneo de la madre, de igual manera los órganos del bebé. Este mal puede hacer que la placenta se separe del útero y provoque un parto prematuro o la pérdida del niño por nacer.
Por su parte, la Dra. Bertha León, coordinadora de Gineco- Obstetricia del Hospital Voto Bernales del Seguro Social, detalló que uno de los factores que podría inducir a la aparición de un cuadro de preeclampsia es que la madre y/o hermanas la hayan tenido en sus embarazos, que la madre gestante sea hipertensa crónica, o que haya padecido esta misma alteración en embarazos anteriores.
La preeclampsia es una de las principales causas de mortalidad materno infantil. Además de los antecedentes familiares, otros grupos de riesgo son las mujeres primerizas, las que llevan embarazos múltiples (gemelos o más), mujeres mayores de 36 años con diagnóstico de diabetes, obesidad, e incluso las que incrementaron su peso de manera exagerada durante el período gestacional.
Esta condición no sólo afecta la vida de la madre, sino el desarrollo del bebé, retardando su crecimiento. Además, existe un alto riesgo de muerte intrauterina del bebe. Asimismo, existe el riesgo de nacimiento prematuro y que el niño presente déficit en el desarrollo neuronal, cardíaco, entre otros.
Cabe precisar que la Red EsSalud Almenara, atiende 300 partos al mes. De los cuales, el 10% ha llegado a presentar casos de preeclampsia, los cuales, han logrado ser controlados, permitiendo que los bebés nacieran en buenas condiciones.
La especialista, comentó que existen cuatro síntomas adicionales de preeclampsia que toda gestante debe tomar en cuenta: cefalea (dolor más opresivo en la parte oxipital), visión borrosa, zumbidos de abeja en el oído y el dolor en la boca del estómago. Este último es signo de que la preeclampsia se agrava y que pueda estar pasando algo serio en el hígado de la gestante.
PREVENCIÓN Y CONTROL
Los controles pre-natales son importantes y frente a cualquiera de estos malestares la mujer embarazada debe acudir a su médico. Otras señales que deben poner en alerta al momento de decidir ir a consulta son: el edema (hinchazón o inflamación del tejido que está directamente debajo de la piel, especialmente, en las piernas o en los brazos); escotoma (alteración de la vista que genera zonas de ceguera o disminución del campo visual) así como enfermedades tiroideas.
Asimismo, se ha comprobado que aproximadamente un 10% de las gestantes con preeclampsia, desarrollaron esta patología debido al estrés ocasionado por el trabajo, problemas familiares o de pareja, el cansancio y en esta época de pandemia es imperativo que la gestante controle sus niveles de estrés.
Por esta razón, la Dra. León Goicochea, aconseja a la familia ser un soporte saludable para la madre embarazada, motivándola a que realice los ejercicios de psicoprofilaxis, que mantenga una buena alimentación, que trate de llevar su vida de una manera tranquila, pensando siempre en que lo más importante es su salud y de la nueva vida que está creciendo en su vientre.
En cuanto a la alimentación, mencionó, que no existe un alimento que controle o evite la preeclampsia, pero debe ser lo más balanceada posible. Además, toda gestante al iniciar sus controles prenatales en los primeros meses de gestación, debe acudir al servicio de nutrición para recibir la orientación adecuada sobre las proporciones de cada alimento y los horarios adecuados para ingerirlos.
El mantener un peso adecuado disminuye la posibilidad de este padecimiento; sin embargo, una vez que este cuadro se instala en la gestante ya no se puede revertir; y dependerá de la gravedad del caso y si hay posibilidades de estabilizar a la gestante; o caso contrario como último recurso, se interrumpe el embarazo.
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