“Miren el parque de las aguas en Lima. ¡Qué bonito! ¿Y Piura, para cuándo?”. De esta forma, la Municipalidad Provincial de Piura promociona el proyecto que busca construir un circuito de las aguas en el parque Néstor Martos de la ciudad norteña. La iniciativa ha despertado numerosas críticas entre vecinos y colectivos ambientales por el daño que ocasionaría al medio ambiente —principalmente a una especie de árbol vulnerable como el algarrobo—, su pertinencia frente a otras necesidades en la provincia y revelaciones sobre antecedentes negativos del consorcio a cargo de la ejecución y supervisión de la obra en contrataciones previas con el Estado.
Deterioro de áreas verdes
El proyecto, impulsado por Gabriel Madrid Orúe, alcalde provincial de Piura, está valorizado en S/13′708.752 y comprende la construcción de fuentes de agua, anfiteatro, lozas deportivas, patio de comidas, entre otras atracciones. De acuerdo al expediente técnico de la obra, del total de 14.595 m² del área del parque, se destinarán 2.946 m² para áreas verdes, es decir, solo el 20% de su superficie.
En ese sentido, lo que ha causado mayor indignación a los piuranos es la tala de 21 árboles del parque Néstor Martos que contempla el expediente de la obra. El espacio alberga aproximadamente a 50 algarrobos, una especie característica de la costa norte y de gran valor cultural para Piura. Sin embargo, el algarrobo se encuentra en una situación vulnerable debido a la tala indiscriminada y al cambio climático.
“Esta obra afecta al valor cultural del algarrobo y los beneficios que brinda a los piuranos. Los algarrobos mitigan el cambio climático, retienen las partículas de arena que traslada el aire y regulan los microclimas de la ciudad, una función muy útil frente a las altas temperaturas. El impacto social de la obra debió revisarse con anticipación para evitar un conflicto con la población, que con mucha razón ha mostrado su rechazo”, sostiene Juan Otivo, exdirector de Servicio Nacional Forestal (Serfor) de Piura.
“Aproximadamente, el 95% del bosque seco de la región Piura, ecosistema compuesto mayoritariamente por algarrobos, se encuentra degradado. En la ciudad capital, la vegetación de los más de 30 parques cubre un área aproximada de 15 hectáreas, que es escasa para sus más de 700 mil habitantes. Los algarrobos representan el 30% de esa vegetación. Son el pulmón de la ciudad. Su tala sería perjudicial”, agrega Otivo.
Así también, Flor Campos, presidenta fundadora de Woman Green Leadership, colectivo ambientalista de Piura, cuestiona que el estudio de impacto ambiental de la obra no considere a la tala de árboles como una amenaza en la ejecución del proyecto.
“No es adecuado deforestar árboles, menos una especie en peligro como el algarrobo. La construcción y funcionamiento de la obra podría afectar a esta especie. Recuperarnos del impacto ambiental demandaría mucho tiempo y no existe confianza en el cuidado de las áreas verdes que realiza la municipalidad provincial”, afirma Campos.
En comunicación con El Comercio, Gabriel Madrid, alcalde provincial de Piura, indicó que, a diferencia de lo que señala el estudio técnico de la obra, solo se talarán entre 10 a 15 árboles del parque Néstor Martos para la construcción del circuito de aguas. “De ese número, se talarán 4 algarrobos que ya están muertos. De ninguna manera vamos a quitar más algarrobos. Por cada árbol talado se sembrarán entre 3 a 4.”, afirma.
Además, el alcalde asegura que la construcción de la nueva atracción no dañará el área verde existente. Por el contrario, señaló que vigilarán su preservación y que la obra albergará a nuevas especies de flora y fauna.
¿Por qué los vecinos consideran a la obra como inoportuna?
Los habitantes de Piura también cuestionan la pertinencia de la construcción del circuito de las aguas en Piura frente a otras necesidades pendientes de solución en la provincia. Como informó este Diario, las calles del centro histórico de Piura se encuentran en un pésimo estado, que ocasiona inundaciones luego de la caída de lluvias intensas. Según el alcalde Madrid, esto se debe a una obra mal hecha por la gestión anterior, que lideró Juan José Díaz Dios, cuyo proyecto de solución está pendiente de evaluación por los ministerios de Vivienda y Economía.
Asimismo, Piura sufre de constantes cortes del servicio de agua potable por parte de la Empresa Prestadora de Servicios (EPS) Grau. El último corte ocurrió hace menos de un mes y afectó por 15 días a los distritos de Piura, Castilla, Veintiséis de Octubre y Sullana.
Estos son algunos de los problemas de la región que motivaron el rechazo del proyecto del circuito de aguas por parte de colectivos ambientales y juntas vecinales de las urbanizaciones Santa Ana —donde se encuentra el parque Néstor Martos— Talara, Chilcal, Bancarios, entre otras.
El alcalde Madrid ha sostenido reuniones con estas agrupaciones a fines de diciembre e inicios de este año. Sin embargo, representantes de estas asociaciones indicaron a El Comercio que no fueron convocados por la municipalidad durante las etapas de preparación del proyecto, sino hasta después del anuncio de la obra en diciembre del 2023.
Por esta razón, habitantes de las urbanizaciones aledañas al parque Néstor Martos e integrantes de los colectivos ambientales interrumpieron el 29 de diciembre la ceremonia de colocación de la primera piedra del proyecto.
Cuestionamientos a la empresa ejecutora y supervisora de la obra
El proyecto del circuito de aguas en Piura también ha recibido críticas por los antecedentes del consorcio a cargo de la ejecución y supervisión de la obra.
La ejecución está a cargo del Consorcio Supervisor Santa. El periodista Ralph Zapata reveló en su cuenta de X que ‘Construcciones y Servicios Generales Fuerte Roble’, la principal empresa que conforma el consorcio, fue sancionada con la inhabilitación para contratar con el Estado por 40 meses luego de presentar “documentos falsos como parte de la propuesta técnica que presentó en consorcio en una obra en Colán, provincia de Paita”.
Asimismo, Zapata publicó que en el 2021 la subregión Luciano Castillo Colonna resolvió el contrato con el Consorcio Cautivo para la ejecución de una obra de agua y saneamiento de más de 40 millones de soles “debido a que no cumplió los plazos estipulados en el contrato”. ‘Construcciones y Servicios Generales Fuerte Roble’ integró el consorcio Cautivo
Por otro lado, el Consorcio Santa Ana también fue designado para la supervisión de la obra. Zapata publicó que Roger Ipanaqué Sernaqué, uno de los dos integrantes del consorcio, recibió una penalidad de 6 mil soles por parte del Tribunal de Contrataciones del Estado del OSCE en el 2021 “por no presentar su informe mensual en el plazo requerido de una obra en colegio de Huarmaca, Piura”.
Adicionalmente, en marzo del 2023, la Municipalidad Distrital de Morropón, Piura, resolvió el contrato con Ipanaqué Sernaqué, luego de que “no se le encontró en su puesto cuando se le requería” cuando era el supervisor de una obra de mejoramiento del colegio Antonio Raimondy.
Consultados al respecto por El Comercio, el alcalde Gabriel Madrid y Marino Tafur, jefe de la oficina de Logística de la Municipalidad Provincial de Piura, señalaron que desconocían estos antecedentes. Tafur señaló que, al no existir una inhabilitación ni sanción vigente de contrataciones con el Estado para Roger Ipanaqué y la empresa ‘Construcciones y Servicios Generales Fuerte Roble’, no hubo impedimento para que participen de la obra del circuito de aguas.
Por su parte, el alcalde Madrid indicó que enviará un documento de control a la Oficina de control interno de la Municipalidad Provincial para que se realice “una revisión acuciosa durante el proceso constructivo” de los antecedentes del consorcio que ejecutará y supervisará la obra.