Cuando Balbina Bruno Salvador escuchó que un deslizamiento de tierra había aislado al centro poblado de Chorro Blanco pensó que no volvería a ver a sus hijos. Eran las diez de la mañana del 17 de marzo. Balbina estaba trabajando como todos los días en un restaurante en Canchaque, capital de la provincia de Huancabamba en la sierra de Piura. Sus tres hijos, de 5, 12 y 16 años habían subido a estudiar a un cerro cerca a su casa en ese centro poblado.
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“Yo me desesperaba porque soy padre y madre para mis tres hijos. Yo pensé que los había perdido, era la desesperación porque no podía comunicarme. Uno del centro de salud bajó diciendo: ‘Hay huayco en Chorro Blanco’. Entonces, dije: yo me voy. Cogí una moto hasta La Esperanza, luego cogí otro camino y llegué a una acequia y subí con una amiga que también había dejado a su hija arriba en Chorro Blanco. Llegué, pero no pude pasar. Al día siguiente, recién las Fuerzas Armadas los rescataron”, cuenta Balbina a El Comercio.
El deslizamiento arrasó con puentes, cultivos, animales y dejó sin servicio de agua potable y luz a varios centros poblados de Canchaque como Potreros, Chorro Blanco, Pampa de Las Minas y Santa Rosa. Según Indeci, las lluvias provocaron el deslizamiento de material perteneciente a la empresa Málaga que ejecuta la construcción de la carretera Canchaque – Huancabamba. Más de 20 familias resultaron afectadas. Los tres hijos de Balbina, junto a otros 4 menores de edad, fueron reportados como desaparecidos por algunas horas porque se quedaron aislados en una vivienda de Chorro Blanco.
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— COEN - INDECI (@COENPeru) March 17, 2021
Esta mañana se produjo un #Deslizamiento que afectó viviendas, local público, puentes, cultivos, animales y servicio de agua potable en el distrito Canchaque, provincia Huancabamba (Piura). (1/2) pic.twitter.com/BwnAoSUPsY
¿Aprendo en casa?
Todos los días Balbina se despierta a las 5 de la mañana para preparar el desayuno y el almuerzo de sus tres hijos antes de irse a trabajar. A las 6 sale de su casa en Chorro Blanco y sus hijos salen tras de ella una hora después. Desde el año pasado, cuando se dispuso el cierre de escuelas debido a la pandemia por el COVID-19, los niños y niñas de este centro poblado han tenido que buscar la manera de seguir estudiando. Tener un celular, internet y luz eléctrica al mismo tiempo es un privilegio que está lejos de su alcance.
Las siete casas del centro poblado de Chorro Blanco, entre ellas la de Balbina, no tienen energía eléctrica; sin embargo, en la zona alta del caserío, por las montañas, sí hay conexión a Internet. Todos los días los hijos de Balbina deben caminar media hora hacia el centro poblado de Potreros para llevar el único celular que tienen a cargar. Luego, como en Potreros no hay Internet deben regresar por el mismo camino hacia lo alto de Chorro Blanco para poder conectarse y acceder a las clases virtuales de Aprendo en Casa. Entre ellos deben turnarse el celular para escuchar las clases y luego, por la tarde, volver a bajar a Potreros para cargar el celular y poder enviar las tareas.
“Todo el año pasado hemos hecho así, y este año nuevamente cuando empezaron las clases hemos estado así: bajando a cargar los celulares y subiendo. Ese día le dije a la ministra que tengo Internet pero que no tengo fluido eléctrico, por eso le pedía que nos ponga un panel solar para que los niños no se pongan en riesgo al ir a cargar el celular y no estén cruzando la quebrada que por ahí es donde pasa el huayco”, contó Balbina.
La ministra de Vivienda, Construcción y Saneamiento, Solangel Fernández, llegó a Canchaque la semana pasada junto a representantes de Indeci y el gobernador de Piura, Servando García. Luego de escuchar el pedido de Balbina, la ministra aseguró que conversaría con el ministro de Transportes para buscar una solución al problema. Sin embargo, una semana después, dice Balbina, nada ha cambiado.
“Estos niños desaparecieron por ir a buscar Internet en el cerro y el deslizamiento los aisló. El 80% de la población no cuenta con internet acá. Es bastante duro. Algunos hacen clase por radio y otros con hojas de trabajo que les entregan. Les hemos hecho saber a las autoridades de este problema pero cada sector responde lo mismo y ahorita estamos en emergencia porque puede activarse otro huayco y puede pasar lo mismo”, dijo el alcalde de Canchaque, Aldo Álvarez Ocaña.
Los niños olvidados
En el distrito de Canchaque hay cerca de 1.500 escolares y 47 instituciones educativas. De ellas, solo el 40% ha recibido las tablets ofrecidas por el Ejecutivo para poder acceder a las clases virtuales de Aprendo en Casa, la estrategia de educación a distancia diseñada por el Minedu para garantizar la continuidad del servicio educativo durante la pandemia. El ministro de Educación, Ricardo Cuenca, recordó hace unos días que el Minedu entregará 1′056,430 tablets, más de 200 mil cargadores solares y medio millón de planes de datos a estudiantes y docentes de 27.837 colegios públicos del país. La entrega se terminará de concretar en abril.
“Hasta la fecha hay 183 tabletas entregadas para 13 instituciones de primaria y 3 de secundaria. Sin embargo, hay 6 instituciones educativas de primaria que no están registradas para recibir las tabletas. No sé qué criterio habrá tomado el Minedu, nosotros ya hicimos el requerimiento a la Ugel, pero no hay respuesta. En este grupo están los niños y niñas de Chorro Blanco”, comenta Hector Riofrío, coordinador distrital de educación de Canchaque.
Riofrío precisa que debido a la falta de conectividad los docentes y estudiantes de Canchaque han tenido que reinvertarse apoyándose en radios portátiles o con campañas para donar celulares usados para los escolares. Estaban esperanzados que para el inicio de las clases de este año la situación fuera distinta, pero las condiciones son las mismas, lo que obliga a los menores a salir en busca de conexión.
“Potreros s una zona hueca y no hay acceso a Internet. Como en todo el 2020, los niños se van a buscar una lomita o un cerro para captar Internet. La estrategia dice ‘Aprende en casa’ no en una loma, y que no estén saliendo a exponerse. Eso lo hace el 80% de los niños del distrito porque es una necesidad. Es la voluntad que tienen de prepararse”, expresó Riofrío.
Educación rural a distancia
¿Cómo les fue a los y las escolares de zonas rurales en el primer año de pandemia? La Defensoría del Pueblo concluyó, tras hacer una supervisión a inicios de diciembre del 2020 en 164 Ugeles del país, que más de 373 mil estudiantes de escuelas públicas no tuvieron acceso a la estrategia ‘Aprendo en Casa’. De ellos, 113.548 son estudiantes de zonas rurales.
Peor aún, la entidad registró que 114.450 escolares fueron reportados por haber abandonado sus estudios en el 2020. Más de 22 mil estudiaban en escuelas de zonas rurales.
Según Renzo Deza, representante de la Adjuntía para la Administración Estatal de la Defensoría del Pueblo, otra variable importante que supervisó la entidad fue la entrega de materiales educativos para que los estudiantes pudieran tener acceso a las actividades planteadas para cada grado escolar. Tras la supervisión se identificó que 1.027 colegios públicos no cumplieron con entregar los cuadernos de trabajo a las familias. De ellos, 893 colegios estaban en la zona rural. Es decir, el 87%.
Respecto a la entrega de tablets, el Minedu informó a la Defensoría que al 29 de enero de este año se habían entregado las tablets a 49.836 beneficiarios, entre alumnos y docentes. En quincena de marzo la Defensoría realizó otra supervisión a 122 Ugeles y advirtió que 46 de ellas no habían recibido materiales educativos, 42 tenían plazas vacantes para docentes y 86 ugeles informaron que 7.335 escuelas públicas localizadas aún no habían recibido las tablets.
“El año pasado la Defensoría advirtió al Minedu que el sistema educativo peruano tenía brechas que dificultarían el servicio a distancia, como la deserción escolar, el bajo nivel de aprendizaje, problemas en formación docente, problemas en acceso a servicios públicos. A partir de ello, se hizo la supervisión para verificar si lo que advertimos se presentó. La conclusión general fue que Aprendo en Casa es una estrategia positiva y que ha ayudado a muchos estudiantes, sin embargo, hay muchos estudiantes que no han logrado acceder a ella y eso implica una afectación a su derecho a la educación. Si bien ha sido positiva tiene aún algunas deficiencias que deben superar para este año”, opinó Deza.
Por ahora, los niños y niñas de Canchaque han vuelto a casa por temor a otro huayco en la zona. Nuevamente, están aislados. Balbina dice que ya le avisó a los profesores que sus hijos no van a mandar las tareas de esta semana. “Habíamos puesto un puentecito acá pero la lluvia se lo ha llevado de nuevo. Mi hija va a tratar de mandar la tarea de matemáticas el viernes, pero los profesores deben de entender que no es que no quieren mandar, es que no pueden”, dice.
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