Miguel Borja, nuestro Peruano que Suma en Pasco
Miguel Borja, nuestro Peruano que Suma en Pasco
Renzo Giner Vásquez

Un accidente causó que Félix perdiera gran parte del brazo derecho. Pese a las limitaciones que esto acarreaba, el joven nunca perdió las esperanzas de eventualmente recuperar su movilidad. Lo que parecía un sueño se convirtió en realidad el año pasado, cuando se cruzó en el camino con Miguel Borja y su equipo, quienes desde hace cuatro años se dedican a de bajo costo para devolverles a pacientes como Félix la motricidad completa.

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Como parte de la campaña de El Comercio y el BCP llegamos a la ciudad de Cerro de Pasco para conocer al fundador de Maki Robotics, una startup local que produce prótesis mecánicas y electrónicas con precios accesibles para pacientes de bajos recursos.

Miguel nos abre las puertas de su laboratorio en el Instituto de Educación Superior Tecnológico Público de Pasco. Cuando no está dictando clases, este inventor de 27 años se reúne con su equipo para idear nuevos prototipos que atiendan diferentes necesidades.

Un caso familiar llevó a que hace unos años este egresado de la carrera de Computación e Informática en esta misma institución comenzara a investigar cada vez más sobre este mundo.

Tengo familiares y además veía a otras personas con discapacidad motriz que no encontraban una solución adecuada. Cuando yo buscaba información sobre prótesis biónicas en el mercado estas llegaban a costar 60 mil dólares, un precio casi imposible de costear para mi familia y para casi todos en mi región”, recuerda el joven.

Miguel y Manuel revisan uno de sus prototipos, buscando qué mejoras le pueden implementar.
Miguel y Manuel revisan uno de sus prototipos, buscando qué mejoras le pueden implementar.
/ JUAN PEDRO TORRES CABALLERO

Sus primeros prototipos los desarrolló en madera, pero la curiosidad lo terminó empujando a especializarse en el área. Viajó a México para capacitarse en la empresa biomédica PH4 Bionics y al volver adquirió su primera máquina de impresión 3D.

Volví con una visión más amplia sobre las soluciones que podíamos tener. Al inicio no podía creer que era realmente accesible, pensaba que era imposible lograrlo sin fábricas enormes. En el 2022, además, se implementó en el instituto un laboratorio de fabricación digital, así que al ver que podía tener más máquinas a mano decidí ir escalando el proyecto”, explica.

Así que hace cuatro años puso manos a la obra, fundó Maki Robotics y comenzó a convocar a talentosos alumnos del instituto, como Manuel, un joven de 22 años que se ha convertido en su mano derecha dentro de la investigación de este tipo.

Pero su equipo no solo está conformado por ingenieros sino también por especialistas en logística, marketing e incluso por una médica que analiza cada caso que reciben y determina qué tipo de prótesis sería más conveniente.

Tenemos un equipo multidisciplinario junto al que pudimos atender a cinco pacientes. En enero del 2023, además, ganamos el primer concurso de innovación aquí en Pasco y desde entonces nuestro número de pacientes ha incrementado hasta los 18. Ahora nuestro sueño es seguir creciendo para atender a pacientes de todo el país”, confiesa emocionado.

La empresa de Miguel produce actualmente dos tipos de prótesis: mecánicas y electrónicas. “Las primeras funcionan solo por el movimiento y las segundas utilizan servomotores, unos sensores se conectan a la piel y recogen los impulsos musculares”, explica.

El esfuerzo detrás de cada pieza puede llevar hasta dos o tres meses de trabajo porque buscan que atienda las necesidades específicas de cada paciente. Pese a ello, asegura, mantienen los costos al menor precio posible, “buscamos solo cubrir los precios de producción”.

Yo creo que todos nos merecemos una segunda oportunidad, en cualquier aspecto de la vida. Al final el mejor pago es ver al paciente sonreír, que te agradezcan por lo que has conseguido”, asegura.

Así luce una de las prótesis desarrolladas por Maki Robotics.
Así luce una de las prótesis desarrolladas por Maki Robotics.
/ INSTAGRAM MAKI ROBOTICS

Por el momento, Miguel y su equipo de jóvenes talentosos tienen varios objetivo claros en el horizonte. El primero es recaudar lo suficiente para poder adquirir un escáner digital con el que mejorar su atención a los pacientes; además, trabajan en una prótesis mejorada que en unos tres meses enviarán a Arequipa.

Pero el objetivo principal es que en unos pocos años consigamos una prótesis con 100% de movilidad humana, que tenga todas sus funcionalidades. Con ello intentaremos recibir pacientes de todo el país y, por qué no, en algún momento salir a competir al extranjero”, señala.

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