Está retirada de la política, pero la sigue y la marca desde el Twitter. Es una de las pocas pacifistas de la red. La llamamos a su notaría en Ica y hace un alto en la firma de pilas de documentos, para analizar los retos de Mirtha Vásquez.
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-Hay quienes piensan que Mirtha Vásquez al confesar que hizo suyo el paquete de ministros que quería Castillo, estaría contraviniendo a la Constitución que dice que el primer ministro propone y el presidente designa. ¿Es así?
Creo que se ha dado cumplimiento al espíritu de la Constitución en el sentido de que la relación de ministros tiene que ser convalidada por la jefa del gabinete, porque la resolución de su nombramiento es la que aparece en El Peruano. O sea, cumplimos con una formalidad legal. Lo segundo es que un premier es un primus interpares, primero entre iguales, es del mismo nivel de los otros ministros, no puede decidir de por sí y ante sí quienes serían los ministros, porque la palabra final siempre la tendrá el presidente. En mi caso, al presentarme en la juramanetación yo hacía mías sus propuestas [de Ollanta Humala]. Creo que en el caso de la primera ministra Mirtha Vásquez, no hay ninguna contravención al espíritu constitucional. Al firmar las resoluciones de los ministros, las ha hecho suyas. Lo que no puede pasar es que se entere por la publicación en El Peruano de un nombramiento o por el anuncio del presidente en un acto público.
-Ha sido primera ministra de un gobierno que empezó con una posición de izquierda y fue adaptándose a la realidad, por decirlo de alguna forma.
Cuando el presidente decide el cambio del primer ministro ‘Siomi’ [Salomón] Lerner, que proviene de la izquierda, para tener un gabinete más hacia la centro izquierda, yo lo integré como ministra de la Mujer, pero no participé de la decisión política. Supe ya luego, en los consejos de ministros que duraban todo el día, que hubo un parte aguas con el tema de Conga, con el ala de izquierda; y ya el presidente decidió gobernar para todos los peruanos.
-Un parte aguas de menor impacto, fue cambiar la agenda pro cocalera y sacar a Ricardo Soberón de la presidencia de Devida, ¿no? Lo mencionó porque ahora hay un impulso a la agenda cocalera y buscan nueva cabeza para Devida.
Recuerdo en líneas generales, que el presidente Humala medía a cada funcionario por su productividad, viendo el avance en el presupuesto de gastos. Seguro hay mucho de lo que señalas. Creo que fue una mezcla de ambas cosas y convocó a Carmen Masías.
-Humala, que hizo buena parte de su aprendizaje sobre la marcha, ¿participaba decididamente en los consejos? Lo pregunto porque leyendo las actas actuales vimos que la participación de Castillo es desvaída.
Un presidente de la república no puede tener un perfil bajo en las sesiones del consejo de ministros. Él nos lidera. Humala lideraba las sesiones, tenía la primera palabra en cada punto de agenda y todos los acuerdos eran por consenso; no nos permitía una votación en abstención o en contra, que sí estaba previsto en la norma, pero quería agotar la discusión sobre la idoneidad del acuerdo. Si el jefe de estado guarda un perfil bajo, no habla, no interviene, no increpa a sus funcionarios, no pide cuentas; los ministros considerarían sus carteras tierra liberada. Espero que la situación cambie porque el presidente debe tener una participación decisiva. Su liderazgo se tiene que sentir.
-Y sino tiene las capacidades, su equipo tiene que ayudarlo y prepararlo para las sesiones, ¿no?
Creo que debe tener sentido común y voluntad política de querer hacer, creo que esas condiciones las tiene. Es un sindicalista, no hay que arañarse porque lo sea. Ser sindicalista implica liderar asambleas y tener muñeca política. A nadie se le enseña a ser presidente; es un posgrado que ha tenido el presidente Castillo y su parte aguas, así como Conga fue en el gobierno de Humala, es su viaje al exterior. Espero que luego del viaje, las sesiones del consejo, con un gabinete renovado, sean mejores.
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-Usted recibió una bancada dividida tras el viraje que había tenido el presidente. Tuvo que lidiar con una bancada que tal vez era más difícil que la oposición. ¿Eso le espera a Mirtha Vásquez?
El presidente del Congreso también es un primus interpares de los congresistas y ella lo ha sido. Tiene la experiencia de manejo con diferentes bancadas; creo que va a saber sobrellevar la tormenta ahora. Algunas bancadas recibieron la rama de olivo que les lanzó el presidente renovando el gabinete desde su cabeza; ahora se muestran renuentes y según el comunicado de Perú Libre, ahora dicen que pasan a la oposición, que no darán el voto de confianza. Lo importante es saber escuchar. La soberbia y la polarización no te conducen a ningún lado. Agudizar las contradicciones no lleva al país a buen puerto y si tiene la voluntad política de agendar puntos importantes que nos ayuden a avanzar, creo que se va a granjear los votos de muchos de los congresistas que ahora se muestran resistentes. No tengo la menor duda de que va a tener el voto de confianza. Matemáticamente, ahora que está de moda hacer esos cálculos por las eliminatorias, ella tiene 58 votos asegurados. Los que pueda seguir sumando los siguientes semanas, enhorabuena.
-Sobre su agenda, ya dijo que la asamblea constituyente no es prioridad en este momento. Al día siguiente el presidente matizó esas declaraciones; ese es también un problema, que el presidente la va a contradecir.
Los que hemos sido presidentes del Consejo de Ministros hemos sido un poco traductores. Esto se llevó a la hilaridad cuando Carlos Ferrero traducía al presidente Toledo. Nos pasó a todos, igual le va a pasar a ella, que va a tener que traducir lo que el presidente Castillo diga, de tal modo que no contravenga la unidad de criterio que debe haber en el gabinete; porque si cada uno tiene declaraciones discordantes y se enmiendan la plana, no podemos exigir unidad de criterio a los demás.
-O sea, si hay una contradicción con una declaración del presidente, y no es una mala traducción, ¿la premier se traga el sapo?
Sin duda alguna, salvo que sea un tema de conciencia. Te muerdes la lengua, guardas silencio en todos los idiomas pero no le puedes enmendar la plana a quien te ha designado en el cargo. Es un tema no solo que va contra la ética, pues no puedes ir contra tu inmediato superior; sino que el mensaje que das a la comunidad es pésimo, socavas los valores y principios que tienes que guardar. O das un paso al costado, que también es muy digno si la desavenencia es tan grande que no hay posibilidad de quedarse, ni siquiera guardando silencio.
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-Y ahí viene otro dilema. Dar el paso al costado, puede ser cómodo y fácil, ¿pero quedarse dando la pelea?
La lealtad la puedes guardar de dos formas: tragándote el sapo, guardas perfil bajo y lo tratas a la interna con él; la lealtad se demuestra así. Pero la lealtad también se demuestra dando un paso al costado porque no quieres ser un escollo, distraer la agenda pública en este poder del estado. Tú lo ayudas al presidente a gobernar, saliendo del Ejecutivo. La lealtad tiene esa doble vía; lo que no puedes hacer es quedarte, torpedear, jalarle la alfombra la presidente, socavar los principios de ética que también rigen la conducta de un funcionario público.
-Es decir, no se trata de pulsear con el presidente como ha pasado con Bellido.
Los que perdemos somos todos los peruanos porque queremos avanzar. Lo que queremos es unidad de criterio, salvar vidas y no podemos estar enfocados viendo como allá arriba en las ligas mayores se agarran a pestañazos.
-¿Cómo afrontar un problema como Luis Barranzuela, el ministro del Interior?. Mirtha Vásquez ya dijo que los ministros están bajo evaluación, pero ahora se está viendo que su designación no era fruto de negociar con Cerrón sino de una agenda pro cocalera nada transparente. ¿Cómo convenir la salida de un ministro que el presidente quiere retener?
Hay 3 escenarios posibles. En primer lugar veo ya muy cercana la presentación del Gabinete Vásquez para el voto de investidura, muy cerca como para operar la remoción de un ministro. No digo que no sea posible y conveniente. Pero, siendo tan próxima, en aras de la gobernabilidad y que Castillo ofreció una rama de olivo al renovar el gabinete desde la cabeza; entonces, se acepta la rama de olivo otorgando la investidura, se devuelve el gesto político, si de veras se quiere llevar una agenda de paz social. Otro escenario es que el ministro se dé cuenta de que realmente es un factor distractivo, entonces quiere ayudar al presidente y da un paso al costado. Pero extrañamos esta vocación de renuncia de políticos de antaño. El tercer escenario para mi, y hago una invocación a la presidenta del Congreso, María del Carmen Alva, es que si les preocupa tanto el tema, que aprueben las iniciativas legislativas que han remitido al Congreso tanto la Contraloría como la Defensoría del Pueblo, para que quienes asumen el cargo de ministro, tengan mínimos requisitos. Así se corta por lo sano.
-Eso nos hubiera ahorrado a Bellido.
No solo a él sino a muchos ministros de estado y no solamente del gobierno del presidente Castillo. Si tanto nos preocupamos, aceptemos las propuestas que han enviado los dos organismos y vamos a devolverle el gesto político de la rama de olivo, con la apuesta por el Gabinete Vásquez. A renglón seguido, ejercemos el control político a sus ministros con los mecanismos que la Constitución prevé, una marcación tipo Reyna a Maradona a los ministros, sin que eso signifique boicotear la administración pública. Y si hay que censurar a un ministro, no hay que tener miedo. Y que el Congreso ponga ese candado para que el presidente ya no convoque al que le ayudó en la campaña y a los amigos, sino al que tenga idoneidad.
-¿Qué piensa de la ley del Congreso para limitar la cuestión de confianza a temas que no estén su cancha?
Si queremos convivir sin que ningún poder pierda la autonomía en el ejercicio pleno de sus facultades constitucionales, el Congreso no debiera interpretar lo que ya ha sido materia de interpretación del organismo que debe hacerlo, el TC. Todavía estamos en pandemia, tratando de levantar cabeza reactivando la economía; no es momento de hacerlo. El presidente ha ofrecido una rama de olivo y ellos quieren ponerle candados a la cuestión de confianza, sobre lo que el TC ya se pronunció. El Congreso no puede ir más allá del espíritu de la Constitución. Continuar con eso nos vuelve a poner en el escenario de una guerra fría entre los poderes del estado.
-¿Qué otra lección sacó de su paso por la PCM que podría compartir con la Mirtha Vásquez?
La exhortaría siempre a saber escuchar, a tener gestos políticos con quien tiene una marcada oposición contigo, tratar de persuadir, hacer labor de convencimiento de tu parte para atraer a esos congresistas que obedecen a consignas de su organización política pero no obedecen a mandato imperativo y tienen que responder a su región. Si ven a una ministra con toda la predisposición de diálogo y de trabajo, estoy segura de que sabrán respaldarla. Pero si piensas que con esta bancada es tiempo muerto, que no voy a conversar, no voy a hablar; no se consigue nada. Y no hay que tener declaraciones en caliente. Por ejemplo, al conocer el pronunciamiento de Perú Libre, lo mejor era guardar silencio. En política no hay que tener declaraciones en caliente porque todas las palabras después repercuten como un bumerán. Pienso que le van a dar el voto de confianza. Se ha renovado el gabinete, habrá personas que tienen que ser controladas con esta marcación Reyna a Maradona; pero, en aras de la gobernabilidad, abracémonos.
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