Fernando Vivas

No solo estamos polarizados sino, sobre todo, fragmentados. Es un socorrido diagnóstico de la ciencias sociales. La multiplicación de las polaridades –sumen el individualismo desconfiado de las instituciones que es universal pero acá resultamos en las alertas rojas del Latinobarómetro y de la OCDE– distiende el tejido social y nos resbala al agujero negro del ‘vaciamiento democrático’. Tal es el ominoso pronóstico académico.