Un día después de conocerse la muerte del congresista Hernando Guerra García (Fuerza Popular) por una falta de atención médica oportuna, el ministro de Salud, César Vásquez, salió ayer a reconocer las deficiencias en el sector que encabeza. Sin embargo, al mismo tiempo incidió en que la administración de los centros de salud de primer nivel es responsabilidad de los gobiernos regionales.
“Nosotros somos conscientes desde el Ministerio de Salud y desde el Gobierno, de la precariedad de nuestro sistema, históricamente heredado”, dijo Vásquez desde el Rímac.
Según indicó, laboró seis años en el primer nivel de atención y que, por ende, conoce “de primera mano la precariedad con la que se trabaja”. Y que la mejora de ese primer nivel de atención —en donde se encuentran postas y centros de salud— forma parte de los tres ejes de su gestión, por lo que mencionó que se viene impulsando en el denominado ‘Plan 1000′.
“Consiste en que, al término de este gobierno, podamos implementar en infraestructura, equipamiento y recursos humanos a mil establecimientos del primer nivel de atención, dando prioridad a establecimientos del I-3, que son los que actualmente cuentan con médicos, laboratorios, pero atienden solo 12 horas, de acuerdo a norma técnica. Con este plan queremos ampliar su horario y para eso hay que mejorarle la infraestructura”, señaló Vásquez.
Consultado sobre si hubo una responsabilidad desde el Minsa tras la muerte del parlamentario fujimorista, que no pudo ser auxiliado en un centro de médico en Arequipa porque estaba cerrado, Vásquez incidió en que “la administración y organización de los centros de salud es de exclusiva responsabilidad de los gobiernos regionales, en el marco de la descentralización”.
“No forman parte del Ministerio de Salud, ellos tienen una ley marco que los ampara en la administración. Yo no puedo ir a intervenir un centro de salud directamente. (…) Yo como ministro de Salud no puedo entrar a un hospital y determinar cambios. Porque es como entrar a una casa ajena a querer mandar. Esa es la cruda realidad”, aseveró.
Mencionó que por ello viene dialogando con parlamentarios para recuperar “el rol rector del Ministerio de Salud”, así como también en impulsar una iniciativa legislativa que permita a los profesionales de la salud trabajar en dos instituciones del Estado.
“Solo con esta reforma (constitucional) podemos disminuir al 50% la brecha de recursos humanos. Sería una solución de impacto al corto plazo. Eso es lo que se viene trabajando desde el Minsa y estamos coordinando con el Parlamento”, refirió.
—La salud en cuidados intensivos—
El decano del Colegio Médico del Perú (CMP), Raúl Urquizo, señaló que se requiere impulsar desde el Ejecutivo una “reforma sanitaria” por las serias deficiencias que presenta este sector.
Mencionó, por ejemplo, que hay 8.200 establecimientos de primer nivel, pero apenas 968 médicos especialistas en medicina familiar en todo el país. Y que, en Arequipa, la región donde falleció el congresista Guerra García de probable infarto, solo hay 100 especialistas en cardiología.
“Los centros de salud de primer nivel están sin profesionales, sin medicinas y con recursos muy pocos para atender a un paciente de toda naturaleza. Nosotros como colegio médico, desde hace muchos años estamos planteando una reforma de fondo. Eso significa más presupuesto y que se contraten más médicos, enfermeras, obtetrices, etc.”, dijo a El Comercio.
Por su parte, el gerente regional de Salud de Arequipa, Walther Oporto Pérez, explicó desde hace unos meses se encuentran en un proceso de reordenamiento del personal sanitario, pese a la falta de presupuesto para el incremento de plazas.
Mencionó que hay tres problemas fundamentales por atender: la falta de recurso humano, mala infraestructura y falta de equipamiento y mejorar el sistema de atención.
“El Estado peruano asigna alrededor del 4.5% del PBI como presupuesto para el sector salud. Eso es muy poco. Se tiene que incrementar, duplicar de repente, que sería lo ideal, para empezar. Porque después hay que trabajar seriamente en las normas”, señaló.
Esto último, explicó, pues solo en Arequipa hay cuatro hospitales sin terminar y en medio de juicios y medidas cautelares.