Como en la casa de la nonna: Mamma Lola celebra 25 años con una cocina llena de confort y tradición

En el siglo XIX comenzó este matrimonio ítalo-peruano y, desde entonces, la combinación de sabores, técnicas e ingredientes ha dado nacimiento a memorables platos.

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“Esa fusión de sabores peruanos representa lo mejor de dos culturas. Al peruano le gusta por eso el éxito, por ejemplo, de la pasta acompañada de salsa a la huancaína [...] Hacemos un buen trabajo fusionando ambos mundos y creo que los restaurantes italianos, en Lima, han mejorado muchísimo en ese aspecto. Hay competencia nueva y nos encanta estar a la altura de esta fusión”, comenta Miguel Hundskopf, uno de los dueños.

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NUEVOS SABORES HOGAREÑOS

El restaurante está de celebración por sus 25 años. Desde entonces, ofrecen una buena mesa a través de la “tradición familiar, la fusión ítalo-peruana, además de un ambiente cálido y hogareño” como menciona Hundskopf.

Para festejar, Mamma Lola ha renovado su carta (hasta en 15%) con platos que buscan llevarnos a la calidez de la casa de la nonna como unas albóndigas en salsa pomodoro (un clásico del comfort food italiano). También llegó una milanesa napolitana (un plato que se ha vuelto popular en la ciudad), una versión propia del tradicional spaghetti a la carbonara y unos sabrosos canelones con cuatro quesos (gorgonzola, mozzarella, gouda y parmesano) y ragú.

“Con estos platos nuevos, queremos que los comensales sientan la emoción de estar en un ambiente familiar” -señala el dueño- “La innovación es permanente mas los cambios en la carta son sutiles”.

CLÁSICOS DE HOY Y SIEMPRE

Por otro lado, hay clásicos que los han acompañado en la trattoria y se mantienen en el tiempo. Es el caso de la pizza miraflorina, una gran combinación de trozos de lomito, chorizos, cebolla, pimiento, aceitunas y champiñones. O la lasaña mamma lola, que lleva salsas bolognesa y de alcachofas además de jamón y mozzarella.

La carta busca mantener un balance con la fusión ítalo peruana con platos como quinotto con salmón en salsa holandesa, una lasaña peruana (con relleno de lomo saltado y salsa de ají amarillo) o el arroz con pato arrisotado. “El equilibrio es importante para nosotros y creo que hacemos un buen trabajo fusionando ambos mundos. Diría que si proponemos un plato muy italiano no tendrá el favor de los comensales y viceversa”, expresa Miguel Hundskopf.

TALLER DE PASTAS

Como ya mencionamos, cuentan con un taller donde preparan diariamente sus pastas -fetuccini, pappardelle, ravioles, triangollinis y más- para proveer tanto a su local de Miraflores como el de San Isidro. Estas se pueden acompañar con alguna de las 9 salsas que ofrecen.

“Tenemos una producción de aproximadamente 10 a 15 kg. de pasta diaria. En paralelo, hacemos entre 10 a 15 kg. de masa de pizza. Nuestras pastas, pizzas y panes son 100% artesanales y, a través del tiempo, se ha respetado la tradición de sus masas”, explica el chef ejecutivo, Gerardo Sánchez.

Si quiere probar algo distinto, pida su fettuccini en una de estas opciones: de espinacas, de pimiento o de ají amarillo. “Hemos trabajado mucho la diversidad de colores. Tenemos el plato festival de fetuccini frutti di mare que tiene estos cuatro colores [el cuarto es de tinta de calamar]”, agrega.