La tendencia en el mercado peruano es de apostar por motores cada vez más pequeños, pero turboalimentados. Esto porque permite ahorrar y optimizar el uso del combustible en el auto. Los vehículos que los equipan destacan por su potencia, consumo y su reducción de emisiones.
El problema radica en que la extensión y popularidad de su uso desencadenó una serie de malas prácticas que, en la gran mayoría de casos, son desconocidos por los conductores. Estos vicios pueden acortar la vida útil del turbo, por eso estas recomendaciones ayudan a evitarlos.
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Esperar el ralentí tras el arranque
Expertos sugieren esperar un minuto, por lo menos, al ralentí luego de arrancar el motor con turbo, explica el sitio especializado Autobild. Esto se debe considerar sobre todo en momentos con temperaturas bajas.
Con este tiempo de espera se permite que el aceite llegue a todos los componentes del motor, como el turbo. Esta lubricación evita daños por fricción, pues este hecho daña por rozamientos las diferentes partes del propulsor, como el eje de turbina.
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Arrancar sin el pie en el acelerador
El problema antes descrito también sucede si al arrancar se mantiene pisado el acelerador. Esta es una mala costumbre de conductores acostumbrados a bombear combustible para poner en marcha el auto. Pero esto es innecesario con la inyección electrónica de la tecnología actual.
De arrancar y pisar el acelerador, el motor y el turbo se esforzarán de forma innecesaria. Si además está frío el sistema, los componentes se moverán con un régimen de revoluciones más elevado sin estar lubricados de forma adecuada. Por lo que se sugiere pisar, por el contrario, el embrague para aliviar el trabajo del propulsor.
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Evitar las aceleraciones en frío
Es igual de perjudicial que la práctica anterior. Para lubricar de forma correcta el motor, estos necesitan elevar su temperatura para mejorar sus prestaciones, el consumo y gestión de partículas contaminantes.
Se sugiere que, si el motor está frío, colocar los cambios de velocidad en 2.00 rpm y conducir de forma suave, sin exigir al motor. Así, se logrará llegar a la temperatura de trabajo ideal sin sufrir descastes excesivos.
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Estar atento al régimen de revoluciones
Se debe evitar pasarse del régimen de revoluciones, así como no tener el motor con bajas revoluciones. Se recomienda maniobrar la transmisión a un régimen donde el turbo funciones de forma óptima. Esto varía en algunos modelos, pero es en dicho margen que se debe embragar los cambios de velocidad.
Fase de descanso y refrigeración
Luego de un largo recorrido, es aconsejable dejar el motor prendido por al menos un minuto a ralentí para que el turbo repose y pueda refrigerarse. Así, el aceite seguirá circulando con una gran temperatura. Este tiempo puede ser, por ejemplo, unos segundos extras luego de estacionar.
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