Chespirito
2025
Max
Director:
Rodrigo Santos
Actores:
Pablo Cruz
Género:
Drama, Comedia
Duración:
1 temporada
Clasificación:
16+
Dante Aguilar es Roberto Gómez Bolaños de niño en "Chespirito: Sin querer queriendo".
Dante Aguilar es Roberto Gómez Bolaños de niño en "Chespirito: Sin querer queriendo".

Escucha la noticia

00:0000:00
“Chespirito: Sin querer queriendo” nos da un melancólico homenaje a la creación de “El Chavo del 8” en su episodio 4
Resumen de la noticia por IA
“Chespirito: Sin querer queriendo” nos da un melancólico homenaje a la creación de “El Chavo del 8” en su episodio 4

“Chespirito: Sin querer queriendo” nos da un melancólico homenaje a la creación de “El Chavo del 8” en su episodio 4

Resumen generado por Inteligencia Artificial
La IA puede cometer errores u omisiones. Recomendamos leer la información completa. ¿Encontraste un error? Repórtalo aquí
×
estrella

Accede a esta función exclusiva

La primera recomendación es ver el cuarto episodio de “” estando emocionalmente estable, sino dónde está la objetividad. Pero los apasionados del universo de Bolaños tienen permiso para preparar sus pañuelos ante el más melancólico homenaje a “”. Con una peculiar imitación del creador, Pablo Cruz se convierte, por cuarto capítulo consecutivo, en el mexicano más querido de los años setenta. Esta vez, su personaje concibe una idea extraordinaria que lo llevará a recorrer el mundo con una vecindad de actores aún desconocidos.

En “Es que no me tienen paciencia”, episodio 4 de la bioserie de Max, el ‘pool’ de escritores de Roberto y Paulina Gómez Fernández, y el director Julián de Tavira, ponen todo el peso dramático en la infancia de Roberto Gómez Bolaños y en la creación de “El Chavo del 8”. No se desligan mucho de los episodios anteriores, en que el protagonista camina alrededor de su escritorio, dando vueltas junto a su máquina de escribir, en busca de una idea mejor que la anterior. Una idea que, más adelante, presentaría a los productores del Canal 8 como un golpe frente a la competencia, el Canal 2 (Televisa), que ya empezaba a reclutar talentos.

Newsletter Saltar Intro

Alfonso Rivadeneyra

Los primeros minutos del cuarto capítulo, de hecho, muestran la renuncia de Rubén Aguirre y Sergio Peña a Chespirito en 1971. Además, se desarrolla en dos líneas de tiempo, la infancia de Chespirito en 1936 y el presente narrativo en 1978. En la primera, su madre, Elsa Bolaños, debe enviar al pequeño Roberto (Dante Aguiar) con sus tíos a Guadalajara por una larga temporada. En la segunda, seguimos en Acapulco, donde se retratan las tensas interacciones entre la esposa de Bolaños, Graciela Fernández, y la actriz Margarita Ruiz (Bárbara López), sobre quien —según los responsables de esta serie— cualquier parecido con Florinda Meza es pura coincidencia.

MIRA: Hasta 57% de dscto. en lo mejor del entretenimiento. Conoce todas las promociones aquí

El niño Roberto en blanco y negro

El regreso al pasado de un Chespirito niño inyecta al episodio pura melancolía, propia de las memorias del creador en su libro biográfico “Sin querer queriendo”. Filmado en una paleta blanquinegra, el niño actor Dante Aguiar, en el papel del pequeño Roberto, transmite fragilidad al ser apartado de su madre, quien esperaba tenerlo de vuelta pronto.

Dante Aguilar es Roberto Gómez Bolaños en "Chespirito: Sin querer queriendo".
Dante Aguilar es Roberto Gómez Bolaños en "Chespirito: Sin querer queriendo".

En un diálogo que transcurre en Acapulco, Roberto (Cruz) menciona un recuerdo de 1945: la vez en que se reunió con sus amigos “los aracuanes” poco después del fin de la Segunda Guerra Mundial. Pero, en la línea de tiempo de su niñez, él también se separa de sus hermanos al viajar a Guadalajara. Aunque el guion no profundiza demasiado en esos tiempos pasados, supuestamente esa pandilla de barrio con códigos propios también fueron el germen de las interacciones que luego formarían la lógica de los programas de Chespirito. Y podríamos regresar a su adultez joven con el actor que interpreta a Roberto (Iván Aragón) para entender la referencia; sin embargo, estar saltando entre la creación de la vecindad y los problemas maritales de Bolaños como que da un poco de dolor de cabeza.

“El Chavo del 8”

Para los seguidores del universo de Chespirito, este episodio produce muchas emociones. Surge la primera recreación de la dinámica completa de la vecindad. No es solo una anécdota televisiva; es un viaje a los orígenes personales del creador y sociales del modo de vida mexicano. La serie revela que muchas de esas figuras icónicas —la niña amiga fiel (Chilindrina), el niño engreído y vengativo (Quico), el padre deudor de la renta (Don Ramón) y los demás— nacieron de una marca tapatía, traumática y hermosa, del pasado de Bolaños.

Este retrato infantil conecta con una verdad más profunda detrás de “El Chavo del 8”, un momento caótico e inspirado de la niñez de Gómez Bolaños, que le dieron muchas ideas para el programa que lo hizo recorrer el mundo. La bioserie, en este punto, se permite ser poética, acercándose más a la evocación de Don Ramón como el padre multioficios de la vecindad, Doña Florinda como la madre soltera y engreidora, o la figura del obeso cobrador de rentas, el Señor Barriga. Todo ello evoca unas fuertes ganas de llorar de la ternura y, además, descubrir que no era tanta la genialidad. En realidad, la visión de una quinta con personas viviendo en sus departamentos consistía en una realidad que había experimentado de niño. Por eso, la recomendación es ser objetivos al ver esta serie.

Polémica por Florinda

Bárbara López interpreta a Margarita Ruiz, actriz con el rol de Doña Florinda, en "Chespirito: Sin querer queriendo". (Foto: HBO Max)
Bárbara López interpreta a Margarita Ruiz, actriz con el rol de Doña Florinda, en "Chespirito: Sin querer queriendo". (Foto: HBO Max)

Pero no todo es ternura, también hay cotilleo. En este episodio, se abre una de las grietas más polémicas de la vida del autor por cuarta vez consecutiva. La serie recrea el instante en que Roberto, caminando por un foro publicitario, encuentra a la actriz interpretando a una mujer con ruleros, gritona y neurótica. La presencia de Margarita Ruiz, como el amor a primera vista de Roberto, da una pista más sobre su intromisión en un matrimonio de seis hijos. La narrativa sugiere lo contrario, nosotros no. Este personaje femenino es mostrada como una figura entrometida en los asuntos familiares de su jefe en “El Chavo del 8”.

La aparición de Margarita es el alter ego no declarado de Florinda Meza. Abre una de las vetas más delicadas de la historia personal y profesional de Roberto Gómez Bolaños, porque, además, la verdadera Meza no ha parado de recalcar la infidelidad de su esposo fallecido semanas paralelas al estreno de la serie. El guion, con reservas apenas disimuladas, la retrata como una figura difícil y altiva con Graciela Fernández y su grupo de compañeros actores.

En ese entonces, Florinda Meza no era más que una actriz sin nombre reconocido, una entre varios talentos jóvenes que el Canal 8 rechazaba para protagonizar “El Chavo del 8”. De hecho, según se insinúa, solo Angelines Fernández fue una elección consciente y decidida por parte de los directivos del canal, pero el resto, incluido Edgar Vivar y María Antonieta de las Nieves, venían reclutadas desde la intuición más que desde su trayectoria. Por otro lado, no estuvo mal saber más de ese tipo de detalles biográficos.

Al mismo tiempo, llama la atención lo poco que se ha mostrado de otros miembros del elenco original. Don Ramón, La Chilindrina, incluso el propio Quico, que es otro de los villanos de la serie, apenas han sido esbozados. Con solo cuatro episodios restantes, no está claro si recibirán el mismo nivel de atención o si la serie seguirá enfocándose en la dupla autor–musa como eje central del relato.

Veredicto: Un melancólico homenaje a “El Chavo del 8”

Paola Montes de Oca, Juan Lencada y Pablo Cruz son La Chilindrina, Quico y El Chavo del 8 en un recreación del programa.
Paola Montes de Oca, Juan Lencada y Pablo Cruz son La Chilindrina, Quico y El Chavo del 8 en un recreación del programa.

Los fans pensarán que este cuarto episodio es una joya melancólica por el viaje al pasado infantil de Roberto Gómez Bolaños. Sin duda, el nacimiento de “El Chavo del 8” funciona como una cápsula de ternura y humor que sabe tocar las fibras correctas. Para quienes no crecieron con el personaje, quizás no sea tan revelador ni innovador en su forma. Pero, incluso para ellos, “Chespirito: Sin querer queriendo” dicta un curso sobre el productor, guionista y actor mexicano que, aunque sutilmente, muestra sus contradicciones y causa curiosidad.

A Pablo Cruz, como Chespirito, parece que ya no le quedan muchos lugares vulnerables en el guion de la familia Gómez Fernández. La serie como tributo a la memoria de un gran creador está dejando varios cabos sueltos sobre su proceso más caótico. Es decir, este escritor mexicano tampoco era un santo.

Por otro lado, la serie tiene un pueblo de personajes secundarios en el entorno creativo de Chespirito, y algunos nuevos como un escenógrafo entrañable o un productor que antecede a Enrique Segoviano. Estos rostros han sido un detrás de las cámaras que enriquece la serie. Pero, sin duda, el conflicto más atractivo todavía rodea la figura de Margarita Ruiz. El público necesita más de eso. Max, dales más.

Contenido Sugerido

Contenido GEC