Hay una constante en la historia de la humanidad: el hombre –y la mujer, por supuesto– siempre ha levantado la vista al firmamento en busca de respuestas, ya sea pensando en un dios o tratando de leer las estrellas. Ese intento de comprender el mundo mirando el cielo ha tenido distintas consecuencias, entre ellos el desarrollo de la fe y de la ciencia. ¿Dónde ubicaría usted a la astrología?
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Mariana Vásquez Hirsch (Lima, 1987), psicóloga de profesión, con estudios en psicoterapia integral y en coaching espiritual y astrología, ubica a esta última en un límite entre la ciencia y la fe. “Hay muchas cosas que la ciencia explica respecto al universo. Por ejemplo, está la teoría del caos y el efecto mariposa. Y digo que está en el límite porque hay cosas que realmente no se pueden explicar, por ejemplo, cómo está todo conectado. Eso, para muchas personas significa invalidar lo astrológico, y lo respeto, pero para mí solo significa que hay ahí una cuota de misterio. Entonces, no es que los planetas manden rayos electromagnéticos y nosotros seamos un pararrayos, sino que hay una correlación entre lo que pasa en el cielo y lo que pasa en la psique. La astrología es eso para mí, es un universo de significados generados de forma cósmica e inexplicable para la ciencia moderna. Un universo único que cada uno lleva dentro. Que no tenga aún una explicación científica absoluta no la vuelve menos extraordinaria”, dice.
Dicho de otra forma: si nosotros somos energía y el universo –infinito y no lo suficientemente explorado– es energía, podemos intuir una conexión. Que no la entendamos, no quiere decir que no exista. Vale aclarar, sin embargo, que la astrología de la que habla Mariana no es aquella que predice un futuro, sino de una que invita a los interesados a conocer la energía que los rodea y a usar este saber como una herramienta de crecimiento, de sanación y de desarrollo de sus capacidades.
Un universo para cada uno
Astrología y charlatanería son ideas que, para muchos, van de la mano. Sin embargo, hay estudiosos que, a lo largo de la historia, se han preocupado por trabajar para separar definitivamente una idea de la otra. Así nació, por ejemplo, la astrología humanista, de la mano del francés Dane Rudhyar. “En los años setenta, Rudhyar se atrevió a dar un paso adelante de la astrología tradicional y propuso que la persona no está definida por su carta astral, sino que puede alterar su destino gracias al conocimiento de ella”, explica Mariana Vásquez en su libro El universo en ti. Guía astrológica para el descubrimiento de tu potencial (Planeta, 2020). Si bien esta publicación ha sido elaborada como una guía para el autoconocimiento, ofreciendo al público las herramientas para entender su carta natal –esa fotografía de la configuración celeste del momento exacto de nuestro nacimiento–, no deja de lado el trabajo de especialistas de la astrología y la psicología cuya labor apuesta más por el trabajo personal que por las artes adivinatorias.
Así, por ejemplo, conoceremos los fundamentos de Liz Greene, psicóloga británica, analista junguiana y personalidad clave en el desarrollo de la astrología psicológica. Un tipo de astrología que, igual que la cabalística pero con un sesgo no religioso, utiliza la carta astral como un medio para el autoconocimiento. Ella, junto con Howard Sasportas, otro reconocido humanista, fundó el Centro de Astrología Psicológica.
O de Richard Tarnas, historiador cultural y profesor de filosofía y psicología, con su propuesta de astrología arquetípica. Él señala que los planetas tienen una conexión fundamental que se expresa en fuerzas o principios universales a los que, en términos junguianos, denominamos arquetipos. Estos principios arquetípicos simbolizados por los planetas tienen una correspondencia significativa con los patrones que vivimos tanto a nivel personal como colectivo. En su libro Cosmos y psique. Indicios para una nueva visión del mundo, habla de la existencia de un universo consciente y en constante evolución, desafiando la visión de un universo inanimado o carente de sentido.
¿Qué son los arquetipos de tu carta natal?
Entonces, la astrología evolutiva o del potencial humano está dirigida a usar la carta astral como un medio para explorar las diferentes dimensiones del individuo y, acompañadas de técnicas psicológicas y de desarrollo personal, ayudar a llevarlas a su máxima expresión. Estas dimensiones están simbolizadas por los arquetipos planetarios y zodiacales que conforman la carta astral de la persona.
La idea de arquetipos que desarrolla el psicólogo y psiquatra Carl Jung (Suiza, 1975 - 1961) tiene que ver con representaciones universarles, formas de comportamiento del ser humano. Dice Jung en el libro Arquetipos e inconsciente colectivo que “no debe sorprendernos comprobar la existencia de formas psíquicas similares entre individuos que se ubican en las antípodas sino también en otros siglos con los cuales únicamente nos liga la arqueología”.
¿Cómo se encuentran estos arquetipos en la carta natal? Mariana Vásquez pone un ejemplo: “Tu forma de ser romántica va a estar relacionada con Venus y el lugar en el que este planeta se encuentre en tu carta. Tu forma de manejar la ira tiene que ver con la ubicación de Marte, y así”, explica. Sin embargo, esto no significa que estamos predestinados a ser de una forma u otra. Hay personas que no se identifican con sus arquetipos planetarios o zodiacales porque el ambiente en el que se desarrolló no se abrieron las posibilidades para que los potencie o porque fue un ambiente en el que se le enseñó a reprimirlos.
Maximiliano Peralta, terapeuta junguiano, investigador en Astrología humanística y coordinador de distintos espacios de formación desde esta disciplina, escribió en el libro Jung y la astrología. Claves para una lectura integradora de la psicología analítica y la astrología humanística: “La astrología contempla la unicidad de cada ser. Alude al hecho de que, en nuestra constitución, compartimos las materias primas con el resto, con el todo, pero que, al mismo tiempo, somos expresión de una mezcla única, la cual, además de participar de una alquimia particular, está sujeta al despliegue en el tiempo, a las etapas que, del mismo modo, allende su faz estructural, cada uno transita de una manera singular.”
Por ello, una idea fundamental que se desarrolla en la astrología evolutiva y en el libro El universo en ti, es el uso del libre albedrío, la capacidad que cada uno de nosotros tiene para tomar decisiones. “Hay cosas que pasan afuera que uno no puede controlar, pero es conociendo íntimamente nuestras cualidades y nuestras sombras, que podemos tomar las mejores decisiones para nuestro desarrollo y nuestra vida. Astrológicamente, es gracias a ese libre albedrío que tú puedes ir mucho más allá de la información cósmica con la que vienes y manifestarla en infinidad de posibilidades”, explica Mariana.
Para los humanos de antes, las estrellas podían predecir el futuro y desencadenar eventos que estaban más allá de su control, por lo tanto, eran sumisos a estas fuerzas. Para los humanos modernos, el cosmos y el planeta son simples materias carentes de significado y, como consecuencia, los hemos destruido a niveles alarmantes. La astrología moderna propone la existencia de un universo vivo en donde el ser humano participa como cocreador de realidades, es el puente entre dos paradigmas que no se anteponen pero se complementan entre sí.
Acercarse a la astrología hoy tiene más que ver con asumir una responsabilidad de crecimiento personal que con lanzar preguntas al universo esperando una respuesta. Dicho esto, ¿estamos listos para que los astros nos sean propicios?
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