La quinta de los Libertadores: así luce hoy la histórica casa bicentenaria en Pueblo Libre

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Su ubicación les parecía estratégica: estaba lejos del ruido político de las cortes, la curiosidad clerical y el chismorreo habitual de una Lima casi aldeana que entonces apenas arañaba los 80 mil habitantes. La también llamada “Quinta de los Libertadores” es parte de un todo más grande llamado Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú.

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Es una belleza sin par y un símbolo del bicentenario que se está remozando por estos días para un evento especial. Cada uno de sus once ambientes es trajinado por apasionados museógrafos que dejan todo listo para la reinauguración del lugar, este 20 de julio, que tendrá como invitado de honor al presidente Francisco Sagasti.

El huerto de la casa, que antaño servía para abastecer de frutas y vegetales a sus distinguidos propietarios, hoy es la oportuna sede al aire libre de trabajos de restauración de los muchos cuadros que alberga la colección. Para los restauradores es lo mejor trabajar así, afirman, para poder capturar los tonos que el tiempo puede haber robado.

La “Sala Independencia”, como conocen en el museo a la Quinta, albergará para esos días una muestra interesante llamada Independencia: procesos e ideas, que promete presentarnos una visión bastante diferente del proceso independentista, mucho más completa y compleja que la que enseñan en los colegios.

“Por mucho tiempo hemos creído que la independencia se debió solo a la acción de San Martín y de Bolívar y eso es parcialmente cierto. Lo de ellos ayudó mucho a la independencia pero hubo más detrás de esto”, asegura Rafael Varón, director del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia. “Hubo una participación peruana muy dinámica y de muchos grupos sociales: la prensa, el clero, los montoneros, las mujeres, los indígenas. Es un pequeño rompecabezas el que hemos armado. Y hemos tratado de hacer una muestra que converse con el visitante, que no se imponga”, añade.

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Lizardo Seiner e Yveth Arias, historiadores y curadores de la muestra, fueron los encargados de la investigación y revisión del extenso catálogo del museo, que incluye, entre muchas cosas, la primera bandera del Perú, ondeada en Piura en 1821. Y lo especial es que todo ese trabajo lo hicieron de forma virtual, mediante charlas de Zoom, en vista de que la pandemia así lo exigía.

Como decíamos, la muestra da cuenta de un proceso de independencia que va más allá de las hazañas bélicas de los blancos y los criollos, de los grandes señores y las Corrientes Libertadoras del Norte y el Sur. Más bien revalida la participación popular, la del peruano y peruana de a pie, que pudo contribuir a la caída de la colonia con gestos más pequeños, desde la conspiración, la desobediencia o la asistencia a los libertadores.

Una proclama femenina

Arias explica que una de las piezas más importantes a exhibirse será la proclama manuscrita Las Indias de la Vecindad de Lima, de 1823, firmada por un enigmático colectivo, “Las peruanas”. Es un documento escrito en quechua de Jauja y en el que algunas mujeres buscarían convencer a los soldados indígenas que peleaban para los españoles que se pasen al bando de los patriotas.

“Los argumentos que se leen ahí son bastante femeninos; ellas tratan de recordarles a estos soldados que han sido ultrajadas, maltratadas, que no pueden seguir luchando con esos grupos y que se sumen al ejército patriota”.

Aunque hay mucha discusión sobre quién es en verdad el autor de un documento así (algunos piensan que fue un clérigo, otros que un fiscal), la historiadora Arias considera que es posible que hayan sido en verdad una mujer o mujeres indígenas, si se tiene en cuenta que muchas podían acceder a educación a través del Beaterío de Copacabana, ubicado en el Rímac, exclusivo para indígenas nobles.

Se destaca de la muestra el esfuerzo del lado museográfico para potenciar el contenido curatorial de las obras y presentarlas de un modo más que atractivo, y que además de los objetos incluya videos, música e infografías. Los colores interiores de las paredes de la casona han sido pintados de vuelta, con suaves tonalidades de rojo y blanco muy armónicos que recuerdan los colores de la parihuana, el ave que habría inspirado a la bandera peruana.

Sobresalen, por último, algunas infografías casi tan grandes como una pared, como la que se ha hecho a partir del conocido cuadro de la pintora Teófila Aguirre, de 1908, que resume la batalla de Ayacucho en un solo vistazo, como si fuera un gran esquema de guerra. A ello hay que sumarle la exposición de pintores como Gil de Castro y otros que retrataron a personajes clave de la gesta, gente heroíca que ofreció la vida hace dos siglos para darnos esto que saboreamos y llamamos libertad. //

UNA CASA CON HISTORIA (CRONOLOGÍA)

1818 La casona es adquirida por el virrey Joaquín de la Pezuela.

1821 El lugar es ocupado por el libertador José de San Martín.

1823 Bolívar toma a la casona como su vivienda y vivirá ahí durante tres años, hasta su retorno a Venezuela.

1921 Por el centenario, el presidente Leguía expropia la casa y ordena la creación del Museo Bolivariano.

1972 La Quinta de los Libertadores es declarada Monumento Histórico Nacional.

2021 La Quinta es renovada con motivo del bicentenario.

(Fuente: MNAAH)

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