Han pasado los meses y el panorama parece mejorar (reabren más restaurantes, centros comerciales, los domingos de bicicleta, entre otros), pero las reglas se mantienen: en lo posible, hay que quedarse en casa. Entre el teletrabajo, las clases virtuales, las labores en el hogar, el cuidado de las mascotas y los niños; reduce los días destinados a las compras de la semana o el mes -donde se recomienda que solo un integrante de la familia salga-. Esto ha impulsado las compras por internet, pero también ha generado una demanda difícil de cubrir, sobre todo en los establecimientos dedicados a la venta de productos de primera necesidad. En tiempos donde mitigar las aglomeraciones es clave para reducir el contagio de coronavirus, el personal shopper se perfila como un gran aliado.
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