Con solo 18 años, Alejandra Carrasco ya tiene una hoja de vida bastante prometedora. En el 2015 obtuvo una beca en Perú Champs (organización que apoya a estudiantes que tienen talento académico, deportivo y artístico) por tres años. Durante su paso por la secundaria, en el colegio Innova Schools, participó de los modelos de debate de las Naciones Unidas. Representó a nuestro país en cumbres de jóvenes. El año pasado empezó a prepararse para aplicar a universidades del extranjero. Actualmente forma parte del Latin American Leadership Academy (LALA, por sus siglas en ingles) y es una de las figuras de la campaña “Mi Nombre es Perú”, del Proyecto Especial Bicentenario, que tiene como objetivo de fortalecer valores e inspirar la construcción de un Perú más unido.
MIRA: El lugar escondido en el Centro de Lima donde se lavan las bandas presidenciales del Perú
“En mi familia siempre hemos tenido esas ganas de ayudar a los demás. Mi mamá y mi papá siempre han tenido ese valor de retribución bastante arraigado”, dice la muchacha al otro de la pantalla, desde su casa en San Juan de Lurigancho. Hace un alto a sus preparaciones académicas para contarnos más sobre Wawalaptop, un proyecto que busca brindar más oportunidades educativas a niños y niñas de zonas remotas. El emprendimiento es familiar: mamá, papá, tíos y amigos cercanos están inmersos en la iniciativa que nació hace cinco años.
Javier Carrasco (padre de Alejandra) es ingeniero informático. En mayo del 2015, viajó a Iñapari, en Madre de Dios, en la triple frontera entre Perú, Brasil y Bolivia, para armar e instalar antenas de telefonía. “Requería de logística y, como tenía tiempo, me apunté”, cuenta su esposa, que en ese entonces se dedicaba a organizar eventos sociales y corporativos, quien también está presente en la videollamada. “Encontramos un común denominador en varios pueblos: una comisaría, una posta, un colegio y una iglesia. Pasábamos a las 8:30 o 9 a.m., los niños estaban en el patio del colegio, jugando. Volvíamos al mediodía y los mismos niños seguían ahí. Al inicio no lo tomamos en cuenta, pero con el paso de los días sí nos pareció raro. Preguntamos a las personas que nos ayudaban con el transporte, que llegan al pueblo y nos dicen ‘no hay profesor. Hace seis meses que no hay uno porque esta zona es roja (trata, minería ilegal) y nadie quiere venir. El que estaba, lo ahuyentaron y no va a volver’. De verdad fue superchocante para nosotros de lo atroz de la situación”, comenta la madre de Alejandra.
Cuando regresaron a Lima, movidos por la situación que presenciaron, decidieron idear un equipo tecnológico que esos menores puedan educarse mediante videos o tutoriales. Llegaron las placas SBC (Single Board Computer) y trabajaron la manera de conectarlas a un teclado, una pantalla y una fuente de energía. La primera Wawa (niño, en quechua) fue bautizada bajo el nombre de ‘Wawa para armar, usar, aprender y descubrir’. “En el camino tuvimos la fortuna de conocer a Carlos Uribe Ramón, creador del primer cajero automático en el Perú del BBVA. En los 80 se llamaba Ramón. Gracias a sus sugerencias, fuimos tomando conciencia de que Wawa debía ser portátil”, agrega la madre de Alejandra.
EL CAMINO
Así su equipo empezó a desarrollar la que se conoce hoy como la Wawalaptop 2.0, que es una laptop de 10,1 pulgadas cuyo casco está hecho con material MDF, que es un compuesto basado en fibras de maderas, y que asegura su estatus de reciclable. “Dante y Óscar son arquitectos talentosos, y gracias a ellos fuimos probando materiales. Lo que quedó fue la madera reciclada”.
Su software se basa en el sistema operativo libre Linux, lo que les da mayor libertad a los usuarios; mientras que su abastecimiento de energía tiene dos opciones: energía solar y energía eléctrica común. Gracias a su propuesta, el 2019 a ganaron el concurso de Start Up Perú, del Ministerio de la Producción y también el soporte empresarial de la incubadora de empresas del Centro de Innovación y Desarrollo Empresarial de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).
A la fecha tienen tres pilotos en Lima con escuelas públicas: San Juan de Lurigancho, Santa Clara (Ate), Santa Rosa (Ancón). “Nosotros tenemos un plan de acción integral, que se encarga de brindar un taller de capacitación tanto para maestros y estudiantes. Este plan de acción se complementa con las aplicaciones y todo lo que le puedas poner a la Wawalaptop. Después llevaron taller de coaching, de oportunidades académicas y profesionales. En los talleres que son de desarrollo tecnológicos, tenemos talleres de programación, de robótica, y de informática. Todo esto complementa el hecho de llevar la wawa laptop a un lugar”, explica Alejandra.
A la fecha, producen entre 5 a 7 mil unidades al mes. “El 70% del equipo se hace aquí y el resto lo importamos como la placa, que viene de Inglaterra y algunos componentes electrónicos, de China”. Dentro de los próximos objetivos es tener una versión 3.0 como producto final, con manufacturación industrial sin perder la esencia de la madera reciclada, PLA biodegradable, emplear soluciones como Qauchu Kullu “madera ecológica” invento respaldado por la PUPC.
El pasado 25 de marzo, la familia de Alejandra iba a llevar la Wawalaptop a Nauta, en la selva central. La pandemia, claro, cambió los planes. Emprendieron una campaña de donación para que los menores tengan una herramienta con la que puedan seguir con sus clases desde casa. Más información en http://www.wawaperu.org/ y http://www.wayquis.com/
LA OPINIÓN
Sandra Salcedo Arnaiz
Directora de Comunicación Estratégica del Proyecto Especial Bicentenario
Desde el Proyecto Especial Bicentenario – PCM promovemos de forma transversal a la agenda de conmemoración, la generación de un movimiento nacional ciudadano orientado al bien común y basado en valores clave para la construcción del país que queremos ser. Se trata de propiciar una nueva forma de peruanidad: una identidad madura en la que “ser un buen peruano” sea sinónimo de “ser un buen ciudadano”.
Es así que, a un año de la conmemoración del Bicentenario, propiciamos esta gran conversación sobre el Perú que somos y el que queremos ser. Una conversación urgente, liderada por la voz de los jóvenes, en la que cada peruano y peruana aporte con su visión, memoria y compromiso a un gran proyecto común: el Perú.
Desde este lunes 27 de julio, la campaña “Mi Nombre es Perú” hace un llamado a la reflexión de todos los jóvenes que apuestan por la construcción de un mejor Perú. Ingrese a www.bicentenariodelperu.pe y cuéntenos: ¿qué Perú quiere ser?