
En la jungla del entretenimiento moderno, hay que ser lo suficientemente versátiles para no ser devorados por el olvido o, en el mejor de los casos, por el algoritmo. Son contadas las figuras que hoy logran destacar tanto en la televisión como en la nueva televisión, ese formato de conversación digital que inunda los canales de YouTube. Laura Spoya (Lima, 1991) encaja en ese perfil. La Miss Perú 2015 comenzó su carrera en el cable como periodista deportiva, pero ha sabido incursionar con éxito en el ecosistema virtual, donde su ingenio y carisma le han permitido construir una comunidad sólida y fiel.
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Por las mañanas, Laura conduce el programa “Good Time”, del canal Todo Good, junto con Mario Irivaren y Gerardo Pe, una fórmula que ha generado picos de sintonía de 40 mil conectados en vivo. Todo un récord para ese tipo de espacios. Por las noches, es la presentadora de “La Noche Habla” (Panamericana Tv), un programa de estilo ‘late night show’ que se nutre de “El valor de la verdad” y las noticias del espectáculo local. En los últimos días, la coyuntura ha hecho que este último programa cobre incluso más notoriedad, con frases de Laura que han llegado a volverse virales.
Sea cual fuera su vitrina, su natural desenvoltura frente a las cámaras la hace conectar con el público, desde la cercanía y la autenticidad. Laura tiene un humor fresco y achorado, de “chica fina, pero con esquina”, como dice su descripción en Instagram. No es una pose, ni un personaje, aclara. Si hay algo que ha aprendido, por sobre todas las cosas, es a reírse de sí misma.
“Cuando uno es auténtico y transparente, puede traspasar cualquier pantalla”, nos dice Laura, sentada en la terraza del restaurante Lalá, en Miraflores. “A mí me encanta hacer de mi vida una parodia, porque creo que no hay nada más rico que reírte de ti mismo. Me gusta mucho la sátira, la comedia. Siento que es una manera de hacer terapia”, afirma.
"Así como me ven en el streaming, soy en mi vida personal. Es un terreno donde puedo expresar realmente lo que pienso, sin que nadie me limite".
De ser Miss Perú ahora eres la reina del streaming. ¿Cómo te llevas con esta faceta?

(Risas) La verdad, no pensé que íbamos a tener una acogida tan grande en tan poco tiempo. Todavía me cuesta creerlo. El proyecto ha recibido muchísimo cariño. Queremos seguir creciendo, dando una propuesta diferente a lo que ya existe.
El formato te cayó como anillo al dedo.
Siento que no voy a chambear, sino a divertirme con mis compañeros. Además, soy una persona sumamente habladora. Me encanta hablar todo el día. Es parte de mi TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad). Yo me estoy mostrando tal cual soy. Así como me ven en el streaming, soy en mi vida personal. Es un terreno donde puedo expresar realmente lo que pienso, sin que nadie me limite.

¿En la tele no funcionas así?
La comunicación es distinta, definitivamente. No puedes explayarte como quisieras, porque los tiempos son justos. Sin embargo, mi esencia sigue siendo la misma. Eso no es negociable.
Hasta antes de tu incursión en redes, pocos sabían de tu alma de comediante. ¿Qué te lleva a mostrar ese lado tuyo?
Cuando me mudo a México, el primer año fue recontra complicado. Llegué y no conocía a nadie. No tenía amigos. Paraba encerrada en casa. Es ahí cuando empiezo a tratar de buscar una alternativa para no volverme loca. Entonces decido hacer stand up comedy y creo mi personaje llamado ‘la bipolar’, que se vuelve un boom en mis redes.
¿Cuáles son los temas que te movilizan?
Me gusta mostrar la maternidad sin filtros. Es un tema que no me gusta romantizarlo, porque ser madre es bien difícil. Yo viví una depresión postparto horrible con mi primera hija, horrible. Me duró más de seis meses. No le podía dar pecho y la gente me juzgaba. Mis videos, de alguna manera, tratan de mostrarle a las mamás que no vamos a ser perfectas, que no venimos con un manual bajo el brazo.

¿Te costó lidiar con esos comentarios o eras de no darle importancia?
Sí, al comienzo sí me chocó. Me chocaba bastante porque era mi primera vez siendo mamá. No estaba acostumbrada a ese tipo de críticas, me ponían comentarios súper duros. Por eso, decido desaparecerme de redes unos meses. Ya después de un tiempo agarré valor y me dije: ¿por qué tengo que esconderme y dejar de hacer algo que me gusta?
¿Fue fácil volver al ruedo?
Debo confesar que me ayudó mucho ir a terapia. Porque había situaciones con la que yo no sabía lidiar. Por ejemplo, muchas de esas críticas no venían solo de redes, sino de mi propia familia. Y uno muchas veces no sabe cómo manejarse en ciertos contextos. Felizmente, pude superar mi depresión postparto y afrontar mejor mi segunda maternidad.

¿En qué otra situación te ha ayudado ir a terapia?
Yo tomó terapia desde hace muchísimos años. Como te comentaba, yo sufro de TDHA. Entonces, me ha ayudado a ser una persona más equilibrada, a sentirme más segura de mí. Ir a terapia debería formar parte de la canasta básica familiar. Te ayuda a tener una vida más feliz, más tranquila y con un propósito.
¿Por qué decides establecerte al Perú?
Todo comenzó cuando me llega la oportunidad de ingresar a la segunda temporada El Gran Chef. Fue perfecto porque me sentía encasillada en Acapulco, sentía que ya había tocado mi techo. Primero estuve dos meses en Lima, pero la acogida que tuve en el programa fue tan grande que me comenzó a salir muchísimo trabajo. Luego estuve yendo y viniendo, y recuerdo perfectamente en un viaje a Cusco que un chamán me dijo: vas a volver a vivir aquí.

Era el presagio que esperabas.
Yo soy recontra chamánica (risas). Te parecerá broma, pero luego de unos días pasó lo del huracán Otis, que arrasó todo Acapulco. Destruyó nuestra casa y los negocios de mi esposo. Fue en ese contexto que regreso definitivamente al país.
¿Cuál es tu balance de tu nueva estadía en Lima?
Ha sido positivo en todo sentido. Lo más importante es que mis hijos están tranquilos, reciben buena educación y tienen a sus padres presentes. Yo crecí en un hogar donde prácticamente no veía a mis papás porque trabajaban. Por eso trato de hacer lo contrario con mis hijos. Así llegue a las dos de la mañana a casa, me levanto al día siguiente temprano, hago las loncheras y los llevo al colegio. Luego yo voy a hacer el programa de streaming y los veo después de clases.

¿Qué retos encuentras como madre de dos niños?
Yo en terapia hago regresiones y podido viajar a episodios de mi vida cuando tenía cinco años. Es increíble cómo algo que te pasó hace años todavía puede repercutir en tu vida actual. Entonces, trato de ser muy consciente de las emociones de mis hijos y validarlas. Decirles que es normal sentirse triste o molesto. Creo en una crianza respetuosa, en la que tus hijos puedan confiar en ti.
¿Te gustaría tener uno más?
No, ya no. Así estamos muy bien. Es lo justo. Con uno más, seguramente ahí sí terminaría colapsando. //