Oscar García

Tiempo atrás, los sonidos jóvenes que se hicieron en los frenéticos años 60 en el país habían caído en un manto de olvido para una generación de amantes del rock local que conocían el árbol, pero no las raíces. Las pocas canciones que sobrevivieron a la mala memoria radial daban ciertas luces sobre un tiempo de enorme productividad y calidad, aunque faltaba mucha información. Gracias a investigaciones en revistas y libros aparecidos este siglo, quienes no vivimos esos años dorados hemos podido conocer la crónica vibrante de esa época, cuando Lima estaba zonificada por pandillas de rocanroleros de clase media que se dividían la ciudad, y en las que cada distrito tenía su grupo musical representativo. En Miraflores, estaban Los Shain’s. Del Rímac, provenían los indomables Yorks. Los Doltons eran hijos ilustres de Breña. Pero en Lince ocurrió algo especial. Había demasiada música bullendo en sus calles y muchas buenas bandas: Los Golden Boys, los Steivos, los Mads. Dos de ellas destacaron en especial. Los Belkings y Los Saicos.

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