Mónica Abarca quería desarrollar un proyecto que ayude a mitigar las consecuencias del cambio climático. No fue hasta su tesis de pregrado –con el asesoramiento de Carlos Saito- en ingeniería mecatrónica en la PUCP, en 2013, sobre el monitoreo de calidad del aire, que la idea fue tomando forma. La pasantía en la Singularity University, en Silicon Valley, que finalmente nació -con el apoyo de Javier Calvo-Pérez como inversionista inicial- qAira (quality of air automation, por su nombre en inglés), una startup peruana que monitorea la calidad del aire de manera continua en cualquier momento y en cualquier lugar.
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