En el Perú pasa: una copa define carreras. Cuando tenía 17 años cumplidos, instalado ya en el vestuario grande de Alianza Lima, Teófilo Cubillas recibió una lección de vida. Para el debut en México, para los 10 goles en los Mundiales, para la universalidad, faltaba. En un vuelo comercial rumbo a Bolivia, en el año 1966, de la época de las pelotas Player y las camisetas pesadas que en realidad eran chompas de hilo tejido, una frase de Pedro Pablo ‘Perico’ León determinó el camino por el que debía caminar el muchacho de Puente Piedra. Siempre en el fútbol hay alguien que te enseña. Solo había que seguir esa luz (o apagarla).
–¿Qué quiere tomar, señor? –le dijo la azafata a Teo, el joven Teo de los dientes que luego le copió Ronaldinho.
–El ‘Nene’ quiere un vaso de leche, señorita –respondió ‘Perico’ León, con ese vozarrón que podía tumbar una puerta. Esos modales que mezclaban ironía e inocencia.
“Y quedó”, recuerda el ‘Nene’, en una larga entrevista publicada en DT El Comercio hace por lo menos 10 años. “Quedó y es casi como mi nombre”. Una copa, un vaso, definen carreras en el Perú.
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Quizá sea arbitrario, pero la selección del 70 la simbolizan ellos: Cubillas, Chumpitaz y Chale. El primero representaba el juego y el gol; el segundo, la silenciosa disciplina, que solo se enseña con el ejemplo. Curioso: salvo Chale, ninguno quiso ser entrenador, esa profesión que distorsiona la victoria, y sí formadores, presidentes de sus academias, rostros a seguir para miles de niños. De hecho, Teófilo Cubillas fue jugador/técnico solo una vez, luego de la tragedia que castigó a Alianza Lima con la pérdida de su plantel principal. Fue en 1987: Agustín Merino lo convenció de volver del retiro, jugó/dirigió 13 partidos y perdió la final ante Universitario. Hace diez años el ‘Nene’ le dio una entrevista a DT El Comercio, donde contó que en esa final “dos jugadores cometieron una incorrección” y los sacó del equipo. “Luego me dediqué solo a enseñar a niños”. Así terminó su aventura de cuatro meses como técnico.
Igual, cada palabra suya en el fútbol era docencia.
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En los 70 fue Cubillas. En los 80, Uribe. Luego él. Jefferson Farfán representa, como ninguno, al futbolista peruano que más se reconoce en el mundo antes y ahora. No un central elegante ni un volante revolucionario –que los tuvimos–; un jugador que se para del medio hacia adelante y tiene la absoluta libertad para jugar donde quiere para patear al gol. Que mire la cancha como si fuera el arenal donde jugaba sin zapatillas. Y un detalle: “Es un delantero de talla internacional”. Eso vio Cubillas para ratificar, una tarde en Miami viendo a la selección de Markarián 2010, que el futbolista más parecido a él “se llama Jefferson Farfán”. Cubillas estaba rodeado de un equipo de seguridad y de curiosos, allí en Fort Lauderdale, donde hoy vive, y donde camina con la seguridad de los años de Huampaní, el Country o el Internacional Revólver. Su casa. Teo conocía a Jefferson de Alianza y se lo presentaron en la Videna con Autuori, la época en que la ‘Foquita’ debutó con Perú. Nunca más mencionó a nadie como sucesor.
El pase de Farfán le costó al PSV Eindhoven una cifra cerca a los 3 millones de dólares. Era el 2004, un año sin Mundial, sin final de Copa América, sin redes sociales ni videos en HD. Sin 27 goles en 94 partidos con Perú. Luego pasó al Schalke 04 de Alemania en 15, según consultas con varios periodistas que cubrían Fútbol en la época. Para la página alemana Transfer Markt, especialista en hacer comparaciones de mercado y valorizar a los futbolistas de todo el mundo, en su mejor momento, el pase del mejor Jefferson Farfán (2004-2008) costaba 23 millones de dólares.
¿Cuánto costaría hoy el mejor Cubillas?
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Nunca lo condicionó el número de la camiseta: era un 10 con mucho gol, a tal punto que él solo tiene más tantos en Mundiales (10) que todos los delanteros que ha presentado Perú juntos en una Copa. Y era, además, un embajador que sabía relacionarse: fue amigo de Cruyff, instructor FIFA, presidente del IPD. ¿Cuánto costaría hoy?, le preguntamos hace unos meses a agentes de futbolistas, abogados, periodistas, en un ejercicio que tiene como principal argumento teorizar. Atar cabos. Pensar. No se podrá saber nunca. “Cubillas fue un monstruo, un fuera de serie. En su mejor momento [mediados de los 70] su precio sería incalculable”, dice el periodista de Teleportes canal 5 Ricardo Montoya. Es, obviamente, un juego matemático sobre el que solo puede haber pistas. “La mejor manera de calcularlo es, por ejemplo, insertando variable edad, nacionalidad y performance en el mundial”, explica el periodista Juan Carlos Ortecho, director de Deportes en RPP y ex gerente deportivo de la 'U'.
Edaurdo Flores, director de la agencia de márketing deportivo Toque Fino, refiere una variable que también de ser tomada en cuenta: los nuevos mercados que buscan ‘colonizar’ los clubes europeos cuando de fichar a un futbolista sudamericano se trata: “Un futbolista de la calidad de Teófilo Cubillas sin duda sería muy atractivo para cualquier club internacional. El ‘Nene’ fue el primer (y único) peruano en anotar 10 goles en dos Mundiales FIFA, algo alcanzando más adelante por estrellas como Miroslav Klose y Thomas Muller. ¿Que equipo no quiere un goleador de Mundiales en su equipo? El marketing y las redes sociales pesan cada vez en el fútbol. Sino analicemos el caso de Cristiano Ronaldo: cuando llega a la Juventus se sumaron más de 7.5 millones de fans a la cuenta de Instagram del club. Eso también es dinero, monetiza. Por el contrario, el Real Madrid perdió más de un millón de fans 24 horas después que CR7 se fue. La matemática es así en el fútbol: Cubillas tenía menos de 30 años, 10 goles en Mundiales, y formaba parte de una selección competitiva. Hugo Sotil, con menos, se fue al Barcelona. Equipos de Alemania, Francia, España e Inglaterra buscan hoy seimpre esos jugadores. Porque saben que al ficharlo están abriendo nuevos mercados en Sudamérica”.
Tres conclusiones: a) Habría que tomar el momento en que se cotiza, los personales y los del mercado (es distinto el Cubillas post México 70 del previo a España 82). b) Determinar qué clubes lo ficharon y qué mercados miran el medio peruano como potencial, un fútbol que hoy tiene presencia en el Mundial y va 17 en el ránking FIFA. c) Las cifras que se pagan hoy por jugadores con ese CV, al menos, los de esta parte del mundo. “Lo único que se me ocurre es que tomes como referencia el precio más alto que ha pagado Porto FC por un futbolista. Para muchos hinchas portugueses Cubillas es, después del argelino Madjer que les dio una Champions, el mejor extranjero de la historia del club”, dice el comentarista en Movistar Deportes Diego Rebagliati.
James Rodríguez fue comprado por el Porto en 7 millones de euros. Post Mundial Brasil 2014, con seis goles de registro y ya anclado en Mónaco, el poderoso Real Madrid pagó 75 millones.
Si las cifras de hoy se trasladaran a los días post México 70 -dice Jorge Esteves, el histórico director del diario El Bocón, “costaría 80 millones de euros. Fue la revelación del Mundial en 1972 fue el Mejor de América”.
Teófilo Cubillas nació antes de tiempo.