“¿Y si me voy a Estados Unidos a vacunarme?” La interrogante ronda por la cabeza de miles de personas ante la imposibilidad de recibir un vacuna contra el COVID-19 en sus países de origen, ya sea porque es un bien escaso, o porque el sistema de inoculación implementado por sus gobiernos avanza a paso lento. Esto no sucede en el país norteamericano, donde el proceso de vacunación marcha a un ritmo vertiginoso desde que Joe Biden asumió la presidencia, llegando a administrar 150 millones de dosis en sus primeros 75 días de gobierno, lo suficiente como para vacunar cinco veces a la población de Perú.
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