Le enseñaron a unos loros a hacer videollamadas para que no se sientan tan solos.
Le enseñaron a unos loros a hacer videollamadas para que no se sientan tan solos.
/ Universidad de Glasgow
Grupo GDA

Los son aves sociales y muy inteligentes. Y también son populares como mascotas: en está en cuarto lugar entre las más populares, después de los perros, los gatos y los peces. De hecho, los estadounidenses tienen más de 20 millones de loros en jaulas; en cautiverio, no pueden poner en práctica los múltiples gestos y costumbres de socialización con los que contarían si estuvieran en su hábitat natural, lo que termina afectando su estado de ánimo y su salud.

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La solución podría estar en la videoconferencia, tan útil durante la reciente pandemia de coronavirus, para que los humanos pudieran estar en contacto remoto con otras personas.

Un estudio puesto en práctica durante tres meses buscó determinar si un Zoom aviar podía suplir, en parte, el encuentro cara a cara de dos aves. Así, un grupo de investigadores de la universidad de Glasgow vinculó a 18 pájaros de diferentes especies de loros, y les enseñó cómo activar una videollamada: tocando una campana y luego la foto de uno de sus contactos, lo que estableció la comunicación con el otro animal. Los científicos dividieron a los pájaros en grupos, permitiendo llamadas de tres horas dos veces al día con sus interlocutores plumíferos.

Entre las conclusiones de los investigadores está el cambio de humor de los loros: durante y luego de las videollamadas los vieron más activos; un científico notó que uno de los loros había “invitado” a otro (que aparecía en pantalla) a venir a jugar con él. Y en general, que cuantas más llamadas recibían, más estaban dispuestos a hacerlas para interactuar con otras aves.

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En estado salvaje, muchas especies de loros viven en grandes bandadas, pero en cautiverio tienden a estar solos o en pequeños grupos. El aislamiento y el aburrimiento puede hacer que estos pájaros desarrollen problemas psicológicos, que pueden manifestarse como balanceos, caminatas excesivas o lesiones autoinflingidas, como quitarse plumas”, , que notan que los loros “parecían comprender que estaba interactuando con otros pájaros en pantalla, y su actitud muchas veces era la que esperaríamos de interacciones en la vida real entre estos tipos de pájaros”, y que así como las videollamadas ayudaron a las personas durante el aislamiento social preventivo, algo similar podría ayudar a las aves a sobrellevar su cautiverio.

GDA / La Nación / Argentina

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