El avance de la tecnología abre muchas posibilidades, pero también dificulta las decisiones. Este es el caso de las impresoras domésticas, donde desde hace unos años se ha abierto el debate entre las impresoras a láser o a tinta, dos de las modalidades más populares.
Según la página web Hard Zone, al menos hace 20 años se podían considerar como aparatos caros y hasta de lujo; sin embargo, hoy en día el real costo de tener una impresora se encuentra en el insumo: la tinta o el tóner.
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Esto determinará también el tipo de impresora, y hasta la marca especializada, pues el parato puede ser de inyección de tinta o de láser.
¿Qué tipo de impresora es mejor?
Como en toda compra, uno de los factores es la necesidad del usuario. ¿Qué tipo de impresiones son las que solemos hacer?
En caso solo se impriman documentos, sobre todo en blanco y negro, según Hard Zone lo más recomendable es una impresora láser pues resulta más rápida y consigue mejor calidad con el uso del tóner, que en resumen es una tinta en forma de polvo cargado eléctricamente.
Al frente se encuentra la fotografía. En este caso las impresoras a inyección de tinta se destacan por la capacidad para mezclar los colores, a diferencia del láser. La principal dificultad está en el tiempo de uso, pues la tinta tiende a secarse si no se usa de manera continua.
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Ambas modalidad pueden hacer las mismas actividades, pero con algunas limitaciones. Esto solo se resolverá con lo que necesite el usuario.
Para tomar en cuenta
Pero este es el primer aspecto sobre una impresora. La página web Xataka también indica algunas consideraciones como la tecnología de impresión que usan, la velocidad de impresión, funciones adicionales o el costo por página, la conectividad y hasta el tamaño.
Según la tecnología ya se ha hablado de las impresoras a base de inyección de tinta o de láser con tóner, pero también están la opción de las impresoras con tanque; es decir, las que ya no usan cartuchos. Este tipo de impresoras pueden resultar hasta más económicas, según el volumen de impresiones.
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Otro aspecto tiene que ver con las ofertas de los fabricantes, pues suelen ser ellos mismos los que proveen de tinta. Las marcas más conocidas como Epson, HP o Brother ofrecen planes de suscripción para mantener activas las impresiones.
También se debe considerar la funcionalidad. Este es otro detalle importante pues el aparato reúne tanto impresión, fotocopia y escaneo de imágenes. A este nivel ya se debe evaluar la cantidad de pixeles por pulgada (ppp) del aparato y la resolución de imagen. Otros incluyen funciones para papel fotográfico con tintas de pigmentos de mayor calidad.
Finalmente, la conectividad es otro de los aspectos modernos para evaluar una impresora. Usualmente se conectaban a la computadora mediante cable. Hoy ya se hace por señal WiFi o BlueTooth. La página Xataka recomienda el uso de Wi-Fi Direct, un protocolo de comunicación directa entre dispositivos que nos evita los puntos de acceso.
Estos son solo algunos puntos. También se puede evaluar el tamaño, la cantidad y el tipo de papel, el ciclo mensual de impresión, la carga automática, impresión a doble cara, entre otros factores adicionales.
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