El campanero blanco ha desplazado al guardabosques gritón como el ave más ruidosa del mundo. (Anselmo d'Affonseca/Current Biology)
El campanero blanco ha desplazado al guardabosques gritón como el ave más ruidosa del mundo. (Anselmo d'Affonseca/Current Biology)
Redacción EC

En lo profundo de la Amazonía, un pájaro de plumaje blanco que pesa cerca de dos kilos da vuelta su cabeza hacia su cortejada y le lanza un llamado ensordecedor, similar al sonido de un claxon, alcanzando decibelios similares a los de un martillo de clavar pilotes.

Se trata del campanero blanco (Procnias albus), que acaba de imponerse a su vecino de la selva tropical, el guardabosques gritón o piha gritona (Lipaugus vociferans), como el ave más ruidosa del mundo, según un artículo publicado en la revista .

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Los biólogos Jeff Podos, de la Universidad de Massachusetts Amherst, y Mario Cohn-Haft, del Instituto Nacional de Pesquisas da Amazonia en Brasil, escribieron que los llamados de esta especie son tan fuertes que se preguntaban cómo las hembras escuchan a corta distancia sin dañar su audición.

La hazaña es aún más impresionante si se toma en cuenta el reducido tamaño de esta ave: es casi tan grande como una paloma, y el macho se distingue porque del pico le cae una tira carnosa negra con puntos blancos.

Podos dijo que tuvo la suerte de presenciar a las hembras unirse a los machos en sus posaderas mientras cantaban.

“En estos casos, vimos que los machos cantan solo sus canciones de mayor volumen”, dijo. “No solo eso, giran drásticamente sus cabezas durante estas canciones para lanzar la nota final directamente a las hembras”.

No está claro por qué ellas se exponen voluntariamente a este sonido a tal proximidad, que alcanza niveles máximos de 113 decibelios, por encima del umbral del dolor humano y equivalente a un concierto de rock ruidoso o un avión turbohélice a 60 metros de distancia al alcanzar potencia de despegue.

Este animal alcanza niveles máximos de 113 decibelios. (Imagen:  Current Biology)
Este animal alcanza niveles máximos de 113 decibelios. (Imagen: Current Biology)

“Tal vez están tratando de evaluar a los machos de cerca, aunque a riesgo de algún daño en sus sistemas auditivos”, agregó Podos.

Los investigadores utilizaron grabadoras de sonido de alta calidad y videos de alta velocidad para ralentizar la acción lo suficiente como para estudiar cómo el pájaro usa su anatomía para lograr niveles de ruido tan altos.

“No sabemos cómo animales tan pequeños logran ser tan ruidosos. Estamos realmente en las primeras etapas de comprensión de esta biodiversidad”, dijo.

Fuente: AFP

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