¿Misiles, ovnis o el fin del mundo?, se preguntaban usuarios en redes sociales al notar que en los cielos de México y Centroamérica aparecieron en las últimas semanas unas extrañas luces alineadas.
Pero el misterio tiene una explicación científica: eran los satélites Starlink, lanzados a principios de enero por la estadounidense SpaceX.
Los avistamientos, captados en videos y fotografías, causaban “gran desconcierto en el sur de Veracruz [un estado en México]”, escribió un usuario en Twitter. Los mismos reportes ocurrieron en otras entidades mexicanas como Tamaulipas y Jalisco desde el 9 de enero.
Las luces fueron percibidas también en Nicaragua, Honduras y Panamá, incluso en Uruguay.
Un usuario alertó en Twitter sobre el posible origen de ese fenómeno: “Esta noche fueron visibles unas extrañas luces en el cielo de #SanMiguelDeAllende, al parecer se trata del satélite Space X el cual se encuentra en proceso de acoplamiento Altamira, Tamaulipas”.
Un artículo en un sitio web nicaragüense, compartido en Facebook, también menciona a SpaceX y su proyecto Starlink, aunque al mismo tiempo lanza mensajes alarmistas al señalar que muchos consideraron que podría ser un aviso sobre “el fin del mundo”.
Red global de Internet
Gracias a la aplicación en línea CelesTrak, que permite monitorear en tiempo real el movimiento de satélites y otros cuerpos en órbita lanzados desde la Tierra, el equipo de verificación de la AFP encontró la ruta de los satélites de la red Starlink que despegaron el 6 de enero en un cohete Falcon 9 desde Cabo Cañaveral, en Florida.
Según el sitio web, parte de ese lote de 60 satélites orbitó sobre México el 9 de enero a las 12H18 GMT (01H18 en el Perú). También se lo pudo ver orbitando sobre Centroamérica y México esa misma noche.
Los satélites Starlink son lanzados en lotes, por lo que durante los primeros días se los puede observar en fila y a simple vista.
Pero debido a su recorrido en espiral, con el que tardan alrededor de 90 minutos en dar una vuelta completa a la Tierra, y conforme pasan los días, se van separando entre sí para cubrir distintos espacios geográficos, lo que hace más difícil distinguirlos en el cielo.
La red de satélites de Starlink, de la firma SpaceX propiedad del millonario sudafricano Elon Musk, es un proyecto que busca crear una red global de “internet de banda ancha y alta velocidad a los lugares donde el acceso ha sido difícil, caro o totalmente ausente”, según su sitio oficial.
El 6 de enero, SpaceX lanzó su tercer lote de minisatélites Starlink. Los dos primeros lanzamientos se realizaron en mayo y noviembre de 2019.
Alrededor del mundo
En otros países como Estados Unidos, Holanda, Australia y España también hubo reportes del avistamiento de los satélites de SpaceX.
Incluso, la Fuerza Aérea Uruguaya (FAU), emitió un comunicado sobre los reportes de avistamientos que recibió la Comisión Receptora e Investigadora de Denuncias de Objetos Voladores No Identificados (CRIDOVNI), sobre su espacio aéreo.
“Son satélites pertenecientes al proyecto StarLink de la empresa estadounidense SpaceX”, aclaró la FAU en un comunicado.
La compañía con sede en California hasta ahora ha recibido la autorización de Estados Unidos para lanzar 12.000 satélites en varias órbitas diferentes, y ha solicitado el lanzamiento de hasta 30.000 más.
Este miércoles SpaceX lanzó un cuarto lote de los satélites, también desde Cabo Cañaveral, en Florida.
Interferencia
Los astrónomos dicen que la proliferación de satélites metálicos brillantes de Starlink podría degradar seriamente la vista nocturna, interfiriendo con la astronomía óptica y la radioastronomía.
Pero SpaceX argumenta que ha tomado medidas para reducir la reflectividad de los satélites, y está probando un tratamiento de oscurecimiento experimental en la carcasa de uno de ellos.
Laura Forczyk, analista espacial, dijo que aún es incierto si esas medidas serán efectivas.
"SpaceX aún no ha aliviado a los astrónomos preocupados por la reflectividad de sus satélites Starlink", dijo a la AFP.
“La verdadera prueba será los días posteriores al lanzamiento cuando los pequeños satélites estén juntos y en una altitud más baja antes de ascenso a su órbita final. Los astrónomos y observadores de estrellas podrán comparar el brillo de este lote actual de pequeños satélites con las versiones anteriores”, indicó.
Otra crítica a los cielos más abarrotados es que dará lugar a colisiones costosas entre satélites, lo que podría crear miles de piezas de basura espacial nueva.
SpaceX sostiene que también tiene un plan para eso: sus satélites Starlink se despliegan a una altitud de 290 kilómetros y luego activan sus propulsores iónicos para alcanzar una órbita de 550 kilómetros.
AFP
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