En esta página no se suele discutir sobre libros o artículos de ciencia, pero una reciente publicación peruana amerita un comentario aparte por varias razones. “Científicas del Perú: 24 historias por descubrir”, de la autora Yvonne Vásquez, publicado por el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Concytec), es fascinante, de fácil lectura, para toda edad e inspirador.
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El libro también alude a un tema de suma importancia para el desarrollo del Perú y cierta resonancia personal: el papel que juegan las mujeres en la investigación y los avances científicos.
–Prejuicios y estereotipos–
La imagen popular del científico es la de un hombre, mejor aun, canoso, con lentes y mandil blanco. Ese estereotipo no solo es incorrecto actualmente, lo ha sido por muchos siglos. Como mencionamos en una página anterior, en el siglo XVIII, la francesa Émilie du Châtelet avanzó conceptos fundamentales de la física y matemáticas; sin embargo, fue mejor conocida como pareja romántica de Voltaire.
–Notables pero poco reconocidas–
La francesa Marie-Anne Pierrette Paulze (1758-1836) es conocida como la madre de la química moderna, pero su esposo, Antoine-Laurent de Lavoisier, recibió el mayor reconocimiento. Fue ella la que tradujo los escritos de químicos famosos que él refutó, y también fue quien documentó, ilustró y publicó los experimentos que realizaron juntos. Se le atribuye haber estandarizado el método científico.
La astrónoma estadounidense Henrietta Swan Leavitt (1868-1921) tuvo que trabajar de voluntaria por siete años antes de obtener un puesto pagado en el Observatorio del Harvard College. Leavitt descubrió y catalogó más de 2.400 estrellas variables conocidas como cefeidas, y encontró la relación entre su luminosidad y su distancia, lo que permitió establecer la distancia a otras galaxias. Su trabajo cambió nuestra manera de observar el universo.
La química inglesa Rosalind Franklin (1920-1958) logró avances notables en la radiografía, incluyendo el descubrimiento de la estructura del material genético (el ácido desoxirribonucleico o ADN). Sin embargo, quienes se llevaron el crédito y un premio Nobel fueron James Watson y Robert Crick.
Con los años se ha dado mayor reconocimiento a las mujeres de ciencia, pero el prejuicio de género sigue impidiendo la educación y participación de muchas mujeres en carreras científicas.
“Sería ideal que todos los escolares –especialmente las niñas– pudiesen leerlo para que conozcan la variedad de carreras fascinantes que les ofrece la ciencia”.
–Del mar a la selva–
El libro comienza contándonos sobre la bióloga marina Joanna Alfaro, cuyo trabajo con pescadores costeños ha resultado en medidas brillantes por su simplicidad y efectividad: el uso de luces LED y dispositivos sonoros en redes, que alertan a los animales de su presencia e impiden que estos se enreden. Su trabajo de ciencia aplicada ha dado resultados tangibles, protegiendo costosas redes y salvando miles de delfines, ballenas, tortugas marinas y otras especies.
Otro ejemplo fascinante es el de la química analítica Betty Galarreta, cuyos estudios en nanotecnología permiten desarrollar sensores microscópicos y espectrografía con una gama de aplicaciones, desde diagnósticos médicos y calidad de productos hasta evaluación de obras de arte antiguas. Entre los datos adicionales, se menciona un descubrimiento de la Dra. Galarreta que ha permitido combatir el ‘Trypanosoma’, que origina la enfermedad de Chagas, una enfermedad tropical que afecta a millones y puede causar daños permanentes, incluso letales, y que había recibido poca atención.
Otra científica que ha contribuido al combate de enfermedades tropicales es la bióloga Dionicia Gamboa. Gracias a su estudio del microorganismo causante del paludismo, descubrió una variante que eludía la detección y el tratamiento.
Ayudar a salvar vidas animales y humanas es quizás lo más resaltante, pero no es lo único que han logrado las científicas peruanas mencionadas en el libro. En este se explica, de manera clara y entretenida, cómo hay trabajos que impactan la salud y el bienestar presente y futuro de todos.
Se narra, por ejemplo, el trabajo de científicas como la Dra. Rosario Sun, que mejora procesos químicos para reducir la contaminación industrial. También nos cuenta sobre la especialista en física atmosférica Yamina Silva, del Instituto Geofísico del Perú (IGP), cuyo trabajo está ayudando a entender las variaciones meteorológicas y nos permitirá estar mejor preparados para enfrentar el cambio climático.
Entre otras científicas destacadas en el libro están la conocida arqueóloga y antropóloga Ruth Shady, la veterinaria Hermelinda Rivera, y la ingeniera de alimentos Luz María Paucar, que ha trabajado en la mejora de la nutrición a través de granos andinos.
–Lectura necesaria–
Este es un libro que todos los peruanos deberían leer. Ojalá el Concytec pueda publicar ediciones digitales e impresas que logren mayor distribución. Sería ideal que todos los escolares –especialmente las niñas– pudiesen leerlo para que conozcan la variedad de carreras fascinantes que les ofrece la ciencia.
Este libro nos demuestra lo interesante y variada que es la ciencia, cómo el conocimiento y los logros científicos no son un misterio inaccesible, y cómo las mujeres peruanas son tanto o más capaces que cualquier hombre. A diferencia de tanta cosa negativa que vemos hoy en día, su contenido es un tónico de historias positivas y fascinantes, una fuente de inspiración y aliento para todos.
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