(Leslie Moreno Custodio (Ojo Público)). A orillas del río Las Piedras, en el pequeño puerto de Sabaluyoc, en la región amazónica de Madre de Dios, ubicado en la zona sur oriental del Perú, un grupo de madereros acaba de desembarcar trozas de madera. El cielo se está cubriendo de nubes negras, la tormenta va a empezar y tendrán que esperar a que pase la lluvia para salir por la trocha de tierra y lodo que conecta la zona con la carretera Interoceánica, que une esta parte del país con Brasil.
Una de las mayores amenazas para la Amazonía es la tala ilegal de árboles de más de quinientos años de antigüedad. Y una de las especies más acechadas en los últimos años es el shihuahuaco, un imponente árbol de lento crecimiento que en 700 años de existencia alcanza 50 metros de altura y uno de diámetro. Algunos investigadores sostienen que si la presión sobre este árbol continúa, la especie podría estar atravesando sus últimos días.
Pero el shihuahuaco no es la primera víctima de la demanda de madera y la mano del hombre. Antes, la presión comercial puso al borde la extinción a especies como la caoba y el cedro.
Lee más | Perú: sembrando bosques donde hubo minería en Madre de Dios
Las primeras víctimas
El cedro y la caoba, cuya madera de alta calidad y durabilidad eran extraídas en grandes cantidades por taladores legales e ilegales, fueron incluidas el 2001 en la lista de especies protegidas de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, por sus siglas en inglés). El Perú suscribió este acuerdo en 1975 y lo mantiene hasta la fecha.
La modificación en el control y comercio internacional del cedro y la caoba entre la década de los 90 y 2000 detuvieron su extinción, aunque sus números se redujeron drásticamente. Actualmente, otras especies, como el shihuahuaco, son las preferidas de taladores ante el desamparo de leyes y medidas que las protejan. El artículo 138 del Reglamento de Gestión Forestal, establece que la clasificación de riesgo de flora silvestre debe actualizarse como máximo cada cuatro años, sin embargo, ninguna modificación se ha realizado desde el 2006.
Daniel Valle, experto peruano en conservación biológica, señala que “hoy en día la caoba es escasa y que ahora del mismo modo el shihuahuaco está siendo amenazado”. La ubicación de esta especie varía entre los departamentos de Loreto, Ucayali y Madre de Dios. El último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Instituto Tecnológico de la Producción (ITP) – CITEmadera, detalla que estos tres departamentos concentran más del 60% de empresas y el 79% de facturación en el rubro de silvicultura y extracción de madera.
Con el fin de establecer medidas de protección para el shihuahuaco y otras especies, el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) -autoridad peruana adscrita al Ministerio de Agricultura- organizó el 2015 un grupo de trabajo conformado por 99 especialistas de todo el país. El grupo estaba supervisado por el Ministerio de Ambiente (Minam) y tenía como objetivo revisar y actualizar la lista de flora silvestre amenazada. La propuesta final -publicada en setiembre del 2016- incorporó 705 especies, 61 de ellas en peligro crítico y 87 en peligro. El shihuahuaco estaba incluido.
La propuesta fue enviada al Serfor, dirigido entonces por la actual ministra del ambiente, Fabiola Muñoz. Sin embargo, la propuesta quedó en el olvido y nunca se oficializó. Ante este silencio, un grupo de expertos reiteró la solicitud para insertar el shihuahuaco en la lista de especies amenazadas y el 29 de noviembre del 2016 envió una carta al Ministerio de Agricultura. “Dadas sus características ecológicas, esta especie es susceptible a la sobreexplotación y eventualmente a la extinción. […] En el 2013, el volumen extraído de shihuahuaco fue 22 veces al extraído en el 2000”, advirtieron.
A pesar de los pedidos y recomendaciones de los científicos, la categorización nunca fue oficializada. ¿Qué sucedió?
Lee más | Perú: deforestación por minería de oro en Madre de Dios es la más alta en los últimos 32 años
Presiones comerciales
Rodolfo Vásquez, investigador y coordinador científico forestal del estudio realizado, tiene una explicación: “Pesó más la opinión de los empresarios madereros, que la de los científicos. Ellos se opusieron durante la fase de consulta pública [previa a la aprobación del proyecto]. Y finalmente, Serfor desestimó el trabajo que se hizo”, señala.
A fines del 2016 el semanario “Hildebrandt en sus trece” publicó un informe que detallaba las observaciones que Elialdo Motta, responsable de monitoreo de Bozovich Timber Products, subsidiaria de uno de los consorcios madereros más importantes del país, el Grupo Bozovich, realizó al documento del grupo de trabajo. El empresario sostuvo no había estudios cuantitativos que permitan incluir el shihuahuaco en la categoría de especie amenazada.
Consultado sobre el tema, Wilfredo Mendoza, científico y coordinador del estudio dijo a Ojo-Publico.com que esta nueva categoría para el shihuahuaco iba a permitir que “el comercio sea más controlado”. El experto explicó que durante las discusiones del grupo de trabajo el punto de quiebre siempre fue la categorización de esta especie, porque es una de las más comercializadas.
Ante el pedido de insistencia del grupo de científicos, Serfor respondió con una carta enviada en enero del 2017. En el documento cuestionan que durante el proceso de categorización se habían detectado vacíos de información que no permitieron sustentar la clasificación de algunas especies. En la carta -firmada por Walter Nalvarte, de la Dirección de Gestión Sostenible del Desarrollo Forestal y Fauna Silvestre- dicen que el estudio no había realizado el análisis poblacional de la especie, cuando esta evaluación debe ser realizada por Serfor.
Los integrantes del grupo precisaron que el estudio sistematizó y analizó información de más de treinta años y que fue contrastada con datos de los anuarios forestales oficiales del Ministerio de Agricultura. El Serfor no volvió a responder más y el estudio de los científicos que recomendaba la inclusión del shihuahuaco en la lista de especies amenazadas quedó en el olvido.
Lee más | Perú: castañeros de Madre de Dios usan drones para vigilar sus bosques
De la Amazonía al extranjero
Serfor sostiene que la recategorización de las especies en peligro aún se encuentra en proceso de elaboración. Se están “procesando los aportes de la comunidad científica e información adicional como los primeros resultados de los inventarios nacionales”, respondió la autoridad a Ojo-Publico.com, a través de su oficina de prensa. Sin embargo, el inventario que corresponde a las regiones en las que se encuentra el shihuahuaco (Loreto, Ucayali y Madre de Dios) tiene apenas el 9% de avance del total de la muestra.
En este contexto, la actualización de las nuevas especies impactadas por su alta demanda en el mercado internacional, parece todavía un plan lejano.
De acuerdo a las fiscalizaciones realizadas por el Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales (Osinfor), entre el 2009 y 2017 se comercializaron más de 2 millones de metros cúbicos de madera de origen ilegal. Este volumen equivale a 75 mil camiones cargados.
Las especies más extraídas por volumen son el tornillo (9%), la lupuna (8,8%), la cumala (8,6%) y en cuarto lugar el shihuahuaco (5,5%). De las supervisiones que la entidad realizó en las áreas concesionadas durante el 2017, más de 23 mil metros cúbicos correspondieron al shihuahuaco.
Ojo-Publico.com conoció como parte de esta investigación que las especies más comercializadas al extranjero tienen como principal destino los Estados Unidos, seguido por China, México y República Dominicana. Estas especies llegan al mercado para su uso como muebles, parquet o marcos para puertas.
La tala ilegal de estos árboles no solo amenaza a la especie, sino también a los animales que buscan estos árboles para anidar. En Las Piedras, por ejemplo, ya casi no vuela esplendorosa el águila harpía, una de las aves cazadoras más grandes del mundo y que anida en los árboles más altos. Los visitantes ahora necesitan tener mucha suerte para ver volar a alguno cerca del bosque.
Madera Sucia es una investigación transnacional coordinada por Mongabay Latam y Ojo Público en alianza con El Espectador y Revista Semana de Colombia, El Deber de Bolivia, Connectas de México, Revista Vistazo de Ecuador e InfoAmazonía de Brasil.
Una versión ampliada de este reportaje fue publicada en Mongabay Latam. El artículo original fue publicado en Mongabay Latam. Puedes leerlo aquí.
Si quieres conocer más sobre la situación ambiental en el Perú, puedes revisar nuestra colección de artículos. Y si quieres estar al tanto de las mejores historias de Mongabay Latam, puedes suscribirte al boletín aquí.