La búsqueda de nuevas formas de conseguir energía nos está llevando a muchas posibilidades. Una de estas es la energía eólica, es decir, generada por el movimiento de unas enormes aspas que mueve el viento. Sin embargo, en España se ha diseñado otra manera que no cuenta con aspas y se puede instalar hasta en el techo de una casa.
David Yáñez es el ingeniero español que desde el 2012 estuvo trabajando en esta singular opción tecnológica que a simple vista puede pasar como un mástil. ¿Cómo funciona? Su estructura es de fibra de vidrio y fibra de carbono, y genera la energía oscilando con el viento.
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Sí, así de simple. Incluso sin generar ruido. Según la página El Español, Yáñez se unió a otras personas más y luego de algunos años fundó la startup Vortex Bladeless y hoy cuenta con el modelo Vortex Tacoma, de 2,75 metros de altura, cuenta con una potencia nominal estimada de 100 vatios (3 kW). Esta cantidad de energía puede ser suficiente para alimentar una vivienda.
Por otro lado, la idea de este aerogenerador de energía apareció gracias a la historia del puente colgante de Tacoma Narrows (1940), en Estados Unidos. Según detallan, porque el puente solo aguantó cuatro meses ya que el viento lo dobló. Esto hizo pensar a Yáñez de que “se podría aprovechar la cantidad tan importante de energía” acumulada del viento en el puente.
El proyecto hoy cuenta con financiamiento del programa Horizonte 2020 de la Comisión Europea. Además del anterior modelo, también han pensado en el Vortex Nano, que es ideal para instalar en domicilios, ya que sólo mide 85 centímetros de altura.
Por su singularidad, el diseño del Vortex no califica como una turbina. Su funcionamiento se basa en la resonancia aeroelástica, ya que se cuenta con un cilindro fijo vertical sobre una varilla elástica que se introduce en el suelo.
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