María Pía Copello (Lima, 1977) no solo atesora “Nubeluz” como una de las etapas “más hermosas” de su carrera, sino también como la chispa que encendió su pasión por ser animadora infantil y marcó el inicio de una trayectoria televisiva llena de retos personales y grandes satisfacciones.
“Comencé a los 15 o 16 años. Debutar en el programa más importante de la televisión peruana no es tarea fácil. Me siento afortunada y lo tomo con profundo agradecimiento. Fue una inspiración que me llevó a tener programas infantiles más adelante”, comenta, satisfecha.
Su hermana, Ana Carina, ya brillaba en el popular espacio de Panamericana Televisión como dicolina, cuando María Pía le pidió a su mamá que la llevara al casting para cíndelas.
“El programa se volvió muy popular y yo ansiaba formar parte de este. Mi mamá contactó a la productora Gabriela Queirolo, quien es conocida por su buen ojo y su franqueza. Ella le dijo que me llevara para evaluarme, pero dejó claro que si no funcionaba, no me aceptaría. El día que fui, me pidió que me parara y diera una media vuelta. Luego me recomendó que ensayara con Antuane y Anabel Elías, quienes eran maestras en el baile. En dos semanas ya estaba saliendo al aire”, comenta.
Además, cuenta, que la primera vez que apareció bailando en televisión, su mamá estaba más nerviosa que ella, ya que hasta ese momento desconocía sus dotes artísticos. “La artista era mi hermana; ella cantaba, tocaba instrumentos musicales y bailaba. Yo en cambio era tímida”, recuerda.
Era inicios de los años 90, una época dura para el Perú, que enfrentaba una recesión económica y una intensa lucha contra el terrorismo. El programa infantil, inicialmente liderado por las dalinas Mónica Santa María y Almendra Gomelsky, se convirtió en un refugio de calma y serenidad para los televidentes, especialmente para los más pequeños.
“La gente se olvidaba de los problemas viendo el programa, se aislaba de todo. Sus canciones eran bastante maduras y avanzadas para la época. A los niños se les hablaba con un discurso muy coherente”, señala.
Copello Hora permaneció dos años en el programa (desde 1993 hasta 1995). De aquella época recuerda con emoción los viajes al interior y exterior del país y su cercanía con el público y sus fans.
“Fueron años extremadamente intensos que no solo marcaron mi vida, también una época. Visitamos varios países. Mientras que los fans de las dalinas eran principalmente niños, nosotras, las cíndelas, atraíamos a un público más juvenil. Nos escribían cartas y nos enviaban flores. Conocí a un chico venezolano que era fan; creo que se enamoró de mí. Cuando vino a Lima, lo recibí en mi casa y mi mamá lo veía como a un hijo. Fuimos amigos, pero después de algunos años perdimos contacto”, rememora.
Un año antes de que “Nubeluz” llegara a su fin en Perú e iniciara una nueva temporada afuera, María Pía se alejó para enfocarse a nuevos proyectos infantiles. Ascender a dalina no estaba en sus planes.
“Me retiré porque sentí que ‘Nubeluz’ había cambiado un poco; había vivido su mejor etapa y lo que siguió se sintió repetitivo. Ya quería hacer otras cosas. Es parte de mi personalidad; pasó lo mismo en ‘María Pía y Timoteo’ y en ‘Esto es Guerra’, ya fuera por temas familiares o porque quería experimentar algo nuevo. Siempre tuve la valentía de poner punto final en algún momento”, enfatiza.
“Tratar de ser dalina me parecía algo inalcanzable. Quería tener mi propio programa infantil porque me encantaban las canciones, los musicales, los bailes y los mensajes. Presenté dos proyectos a distintos canales, pero no prosperaron. No era el momento. Luego surgió ‘Karina y Timoteo’, donde me convocaron y que posteriormente se convirtió en ‘María Pía y Timoteo’”, recuerda.
Este 20 de julio, después de ocho años, las dalinas, gólmodis y cíndelas comandadas por el enigmático glufo volverán a subirse a la famosa nube para dar vida un show de despedida. Este adiós definitivo llegará con un importante despliegue artístico, escénico, técnico y de efectos especiales. Habrá pantallas de más de 500 metros y varias pasarelas que acercarán más a los protagonistas de esta historia con su público. La nostálgica cita será en el Estadio San Marcos.
“Este reencuentro será algo muy especial para mí porque no estuve en ninguno anterior. Siempre que me convocaban, se cruzaba con otros proyectos o viajes que tenía. Pero esta invitación llegó con anticipación, y no podía faltar a la despedida. De hecho, es un reencuentro con el público y con las canciones que han marcado una época muy importante”, subraya.
Día: 20 de julio
Lugar: Estadio San Marcos.
Las entradas para el show de despedida de Nubeluz están a la venta en Teleticket.