“A sangre fría” de Truman Capote podría encontrar a sus pares televisivos en plataformas como Netflix y HBO. Desde hace un tiempo, los servicios de streaming han atrapado a los seriéfilos con documentales de crímenes sin resolver. El furor por el ‘true crime’ (llamado así al género documental que relata casos policiales intrincados) inició con “Making a Murderer”, lanzada por Netflix en respuesta de otra historia criminal que obsesionó a los televidentes de HBO: “The Jinx”. En la primera se cuenta el caso de Steven Avery, un hombre apacible y sencillo de Wisconsin al que en 2007 se le acusó de haber asesinado a la fotógrafa Teresa Halbach. En la segunda mencionada, se narra la vida del multimillonario neoyorquino Robert Durst, sospechoso de matar a su esposa, su amiga, y a un tercer hombre: su vecino.
Los truculentos episodios contados bajo una investigación periodística exhaustiva y una exquisita narrativa cinematográfica han vuelto a poner estos casos, y otros aún más apasionantes, en boca de todos.
The Jinx
Robert Durst es un excéntrico millonario, heredero de una próspera familia neoyorquina dedicada al negocio inmobiliario, que por más de tres décadas ha sido señalado como sospechoso de tres asesinatos sin resolver. “The Jinx” de HBO investiga cómo Durts supo sortear a la ley, desapareciendo el cuerpo de su esposa Kathleen tras asesinarla; y no dejando rastro luego de disparar en la cabeza a su mejor amiga, Susan Berman, o de desmembrar a un vecino suyo, Morris Black. Las acciones de este hombre nunca fueron probadas, hasta que durante el documental, tras ofrecer su versión de los hechos, el mismo Durts va al baño, olvidándose que tenía el micrófono prendido y pensando en voz alta dijo: “¿Qué diablos fue lo que hice? Ja, ja, ja, los maté a los tres”. Reconocer sus crímenes en el documental sirvió para que por fin la Policía lo encarcelara y ahora cumpla condena.
Making a Murderer
“¿Es Steven Avery inocente?” es quizá la pregunta que se hacen los televidentes después de cada uno de los 10 episodios del documental de Netflix, “Making a Murderer”. Steven, un hombre sencillo, poco brillante y aparentemente pacífico, que vive en el pequeño condado de Manitowoc, Wisconsin, es acusado de violación. Tras pasar en la cárcel 18 de los 32 años de la condena impuesta, sale en libertad gracias a unas pruebas de ADN que demuestran su inocencia. Dos años más tarde vuelve a la cárcel, esta vez por ser el principal sospechoso del asesinato de la fotógrafa Teresa Halbach. El doloroso relato revela la poco transparente investigación policial que lleva dos veces al antihéroe frente al tribunal. Interrogatorios forzados y algunos detalles turbios de los hechos fueron capaces de encerrar a Steve y a su sobrino Brendan Dassey (implicado en el caso) por varios años, y actualmente luchan por recobrar su libertad. Netflix ha anunciado una segunda temporada de “Making a Murderer”.
The Keepers
Esta serie de siete episodios gira en torno a la muerte de la hermana Cathy Cesnik, una profesora de una escuela católica en Baltimore (EE.UU.), que fue asesinada en extrañas circunstancias en 1969. Cincuenta años después, dos de sus alumnas intentan desenmarañar el caso, que termina relacionado a las acusaciones de violación dentro de la escuela por parte del sacerdote Joseph Maskell, sospechoso también de la muerte de Cesnik. El relato de “The Keepers” de Netflix es realmente dramático: las víctimas cuentan frente a la cámara cómo el Padre Maskell abusaba de ellas en su oficina, junto a otros hombres de la comunidad. Las denuncias se conocieron a inicios de los 90, pero la Iglesia Católica intentó ocultarlas, haciendo que el acusado viva libre hasta el fin de sus días. Una historia difícil de asimilar por los dolorosos testimonios, las denuncias frustradas y la poca empatía que instituciones como la Iglesia y la Policía mostraron en su momento para con las víctimas.
Mommy dead and dearest
Gypsy Rose, una joven que aparentemente no podía valerse por sí misma, por sus infinitas enfermedades (estaba postrada en una silla de ruedas y se alimentaba a través de tubos a causa de distrofia muscular, cromosomas defectuosos y retraso mental), mandó a matar a su madre Dee Dee Blanchard. “Mommy dead and dearest” de HBO revela lo oscuro que puede llegar a ser el amor de una madre. Dee Dee sufría el síndrome de Munchausen por poder, lo que significa que provocó los síntomas e hizo creer a todo el mundo que su hija estaba enferma. Durante años, Gypsy recibió tratamiento médico para superar sus dolencias, que finalmente sí afectaron su salud, pero aún así nada mortal. Detrás de la sobreprotección de Dee Dee estaba un interés económico: el caso de Gypsy saltó a la prensa, comenzó a recibir ayuda monetaria de diferentes ONG, y hasta consiguió hacerse de una casa libre de tributos. Cansada de vivir a la sombra de su madre, y de tener una doble vida (la joven inició una relación virtual con el que luego sería el asesino de Dee Dee), Gypsy decide escapar con su enamorado para empezar una nueva vida. Actualmente, cumple una condena de 10 años por asesinato de segundo grado, mientras su novio, Nicholas Godejohn, espera su sentencia.
Amanda Knox
La estudiante británica Meredith Kercher apareció muerta en un departamento de estudiantes en Italia, en noviembre de 2007. Había sido golpeada, ultrajada y tenía la garganta rebanada. Recibió 46 puñaladas en el cuerpo. Su caso conmocionó al mundo, sin embargo, continúa siendo un misterio. El documental “Amanda Knox” de Netflix hace un acercamiento a la vida de una de las amigas de Meredith, quien pasó algunos años en la cárcel por ser la principal sospechosa del macabro crimen. La estadounidense Amanda Knox, su entonces novio, Raffaele Sollecito, y un amigo suyo llamado Rudy Guede, enfrentaron un juicio por homicidio. Las idas y venidas en la declaración de Knox sobre el incidente no ayudaron en su declaración de inocencia y la condenaron a 26 años de prisión, mientras que a sus compañeros 25 y 30, respectivamente. Al poco tiempo, Amanda y su novio apelaron y fueron absueltos por falta de pruebas. “O soy una psicópata con piel de cordero, o soy como tú”, dice Knox en el documental, dejando abierta varias posibilidades sobre el sangriento hecho. En EE.UU., Knox se ha convertido en toda una celebridad, donde publicó un best seller y da entrevistas sobre el “injusto” sistema judicial italiano. En Inglaterra es vista como una fría asesina con cara angelical capaz de engañar a todos. ¿Qué hay detrás de la mirada de Amanda Knox?
Josef Fritzl: Story of a Monster
Josef Fritzl mantuvo cautiva a su hija Elisabeth durante 24 años. En ese tiempo abusó de ella unas 3 mil veces en el sótano de su casa en Amstetten, en el Estado federado de Baja Austria, donde la mantenía encadenada. Tuvieron siete hijos, tres de ellos pudieron compartir la vida lejos del sótano con Fritzl y su esposa Rosemarie, quien al igual que los vecinos, se creyó la historia de que eran hijos bastardos de su hija Elisabeth, que supuestamente estaba muy lejos viviendo con una secta. El documental “Josef Fritzl: Story of a Monster” cuenta de manera sólida, aunque demasiado líneal, el desgarrador caso que escándalizó a la opinión pública. Amigos, familiares y vecinos del “monstruo de Amstetten” intervienen en el documental dando su versión de los hechos, complementando el perfil de Fritzl, que mostraba un lado amable con los demás, pero que era brutal y enfermizo con su propia hija. (Disponible en Netflix).
Aileen: The Life And Death of A Serial Killer
Este documental sobre la vida de Aileen Wuornos se estrenó antes de “Monster”, la famosa película protagonizada por Charlize Theron y por la que ganó un Oscar a Mejor actriz. La cinta se centra en una audiencia celebrada en el condado de Marion, Florida, en febrero de 2001, que fue el lugar de algunos, pero no todos los homicidios de Wuornos por la que fue condenada y sentenciada a muerte. El realizador Nick Broomfield hace una exploración a la horrible infancia de Aileen, y a los cabos sueltos institucionales de la justicia estadounidense. Incluye una inédita entrevista a la asesina serial un día antes de su ejecución. (Disponible en Netflix).