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No fue el rating, ni desgaste del formato: Raúl Romero revela la poderosa razón que lo alejó de la TV y qué lo motiva a revivir ese momento
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Hace poco más de un mes, Raúl Romero vivía en calma. Entre canciones, escritos, paseos en bicicleta y momentos familiares, su día a día transcurría sin estridencias, con la paz de quien ya había cerrado una etapa crucial de su vida: la televisión. Pero entonces, el pasado tocó a la puerta con una propuesta imposible de ignorar: volver, por una noche, a ese universo de euforia, conexión y nostalgia que marcó a toda una generación. Así nació “Cara de Haba: de la Tele al Estadio”, el espectáculo que lo trae de regreso a lo grande, y que también funciona como una despedida.
“Es la despedida que probablemente debí tener cuando terminó mi etapa en televisión”, reflexiona. “Todo ha pasado muy rápido. El público va a tener que aguantarme porque estoy sobrepasado por la emoción. Es una etapa muy importante de mi vida, muy cargada de sentimiento. La gratitud y el cariño de la gente me conmueven profundamente”, admite.
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La génesis
La propuesta llegó casi por casualidad, en una de tantas conversaciones con el empresario César Ramos, dueño de Masterlive. Hablaban de proyectos, de recuerdos, de la época dorada de la televisión, cuando de pronto surgió la pregunta: ¿por qué no hacer un último gran programa?
Raúl, fiel a su postura, respondió lo de siempre: que no pensaba volver a la televisión. Pero algo quedó flotando. La idea no se desvaneció. Al contrario, empezó a tomar forma en la mente de Ramos, y en la siguiente llamada soltó la propuesta: no se trataba de revivir “Habacilar”, ni “R con Erre”, ni “De 2 a 4”. Se trataba de condensar todas esas etapas en un único espectáculo, no para la pantalla, sino para vivirlo en directo, como un gran reencuentro, como un concierto o un partido en el estadio.
“En ese momento, sentí cómo se me aceleraba el corazón. El formato en vivo tiene para mí una carga enorme de adrenalina, de conexión real, de emoción pura”, confiesa Raúl. “La idea me encantó de inmediato. Y también me ilusiona la posibilidad de, ese día, tener cerca y agradecer en persona a quienes fueron fundamentales en mi camino. Me encantaría abrazar a productoras como Gabriela Queirolo, Mariana Ramírez del Villar…, que hicieron muchísimo por mí”.
Una fiesta en vivo
El espectáculo “Cara de Haba: de la Tele al Estadio”, no será solo una celebración nostálgica, sino una experiencia única de reencuentro. Habrá sorpresas musicales —como en aquellos tiempos en que sus programas le abrían las puertas a bandas nacionales e internacionales— y no faltarán dinámicas que marcaron una época. “A lo largo de los años dimos espacio a muchísimos artistas. Algunos tuvieron su primera salida internacional viniendo a Perú y su primera presentación fuera de su país fue justamente en alguno de nuestros programas”, recuerda Raúl con orgullo.

El público será parte activa del espectáculo. “Vamos a tener ‘Canta y gana’ en vivo, con casting abierto. Sería un error no incluir esa parte del programa porque era la gente la que le daba alma. El entusiasmo por cantar, por bailar ‘El Chivito’... eso no se ha perdido”, dice.

Aunque el reencuentro no estaba en sus planes, ahora todo será a lo grande: con pantallas gigantes, sonido potente y una puesta en escena diseñada para que incluso quien esté en la última fila pueda revivir el espíritu de aquellos años. “Será un show para todos, para los que crecieron conmigo y para los que ahora redescubren esos momentos en familia”, asiente.
En medio de los preparativos, hubo un encuentro que lo conmovió especialmente. “Me encontré con Roger del Águila en España, como habrán visto en las fotos. Me encantó tanto verlo… Roger es una gran persona, un tipo noble, generoso, leal. Nunca sentí con él —ni con Elena (Romero), ni con Katia (Palma)— esa necesidad de figurar, de rivalizar o de querer ocupar un lugar que no les corresponde. Nada de eso. Son personas con una calidad humana increíble. Fue un reencuentro divertido, pero también muy emotivo”.
En el show también participarán Laura Huarcayo, Katia Palma, Thalía Estabridis, Tracy Freundt y Cati Caballero. Además de otros artistas invitados nacionales y extranjeros.

Dudas y temores
Aunque por momentos la emoción se desborda, Raúl admite que no fue una decisión fácil. “Claro que lo pensé. Me da miedo que, a pesar de tanto cariño y tanto amor, la convocatoria no tenga la respuesta que yo sueño, la que me encantaría tener. Siempre hay algo de inquietud, de incertidumbre. Pero tampoco me tomé meses para decidirlo. En una semana dije: ‘Lo hago. Adelante’”.
¿Por qué dejó la TV?
No fue el rating, no fueron los números, tampoco el desgaste del formato. Cuando Raúl decidió alejarse de la televisión, lo hizo desde un lugar más personal. “Así como tuve muchos éxitos, también viví mis caídas”, confiesa. “En dos o tres momentos pensé seriamente en no seguir. Pero no fue por la respuesta del público, sino porque algo en mí empezó a cambiar. Las ganas, la energía, la pasión... ya no eran las mismas. Sentí la necesidad de hacer cosas nuevas, cosas mías”.
Y así lo hizo. Se sumergió en la música, comenzó a escribir con más libertad, a componer con más calma, sin tiempos ni presiones. Este año cumple diez años como solista. Y también se dejó llevar por otra pasión inesperada: la bicicleta de montaña. “Me volví un loquito de la bici”, dice entre risas, como quien descubre una nueva adolescencia a los sesenta. “Me metí muy fuerte en el deporte. Me hizo bien. Me dio otra adrenalina, otra conexión”.
Aunque estuvo casi tres décadas frente a las cámaras, con algunos paréntesis, Raúl nunca se sintió del todo un “animal televisivo”. Y sin embargo, la televisión le cambió la vida. No solo por lo que le dio profesionalmente, sino porque allí conoció a la mujer que hoy es su esposa, la madre de sus hijos. “Haga lo que haga, la televisión me dejó a ese ser esencial. Y a consecuencia de ella, mi familia. Fueron muchos años en los que me casé, nacieron mis hijos, también perdí a mi hermano, a mi papá... La vida pasó mientras los programas también iban y venían”.
Por eso este show en el Estadio Nacional no es una simple celebración de la nostalgia. Es un cierre. Un agradecimiento. Una especie de despedida simbólica. “Será un reencuentro con todo lo lindo que vivimos, pero también con lo que no se vio. Un espectáculo para toda la familia, para los que crecieron conmigo y para los que ahora redescubren esos momentos en casa, con sus hijos. No es un show solo para académicos, ni para fanáticos: es para compartir en comunidad”.
Y aunque muchos le han preguntado si volvería a la televisión, Raúl lo tiene claro. “Esa etapa ya terminó. Lo del estadio es lo más cercano que voy a hacer a lo que fue esa época. Hoy sería difícil repetir muchas de esas cosas que hacíamos, esas bromas pícaras, irreverentes, graciosas… se malinterpretarían, ya no se comprenderían igual. Y está bien. Cada etapa tiene su momento. Hoy estoy en otro lugar. Me dedico a la música, a escribir, a viajar. Tengo 64 años y creo que una de las claves de la vida, a cualquier edad, es saber cerrar etapas. Y cerrarlas con alegría, con gratitud, sin aferrarse”.
Proyectos
Raúl Romero atraviesa una etapa creativa especialmente fértil. Tiene cerca de 20 canciones terminadas, grabadas en estudio y listas para ser lanzadas. Hace tres meses presentó “Cusco” y para julio prepara un nuevo tema inspirado en su recordado personaje Lorna, imaginando qué fue de su vida 20 años después.
Además, acaba de presentarse junto a Mar de Copas en Barcelona y Madrid, y ahora se alista para tocar en Lima. Además, se viene el estreno de “Los patos y las patas”, una película inspirada en su música, que llegará a los cines en julio. Raúl sigue cantando, sigue escribiendo, sigue pedaleando. Pero, sobre todo, sigue compartiendo.
"Cara de Haba: de la Tele al Estadio" se realizará el próximo sábado 5 de julio en el Estadio Nacional. Las entradas están a la venta en Teleticket.












