El coronavirus desnuda las desigualdades en América Latina
Recientemente, la Organización Mundial de la Salud anunció que Latino América, mas específicamente América del Sur, es el cuarto epicentro de la pandemia de Covid-19. Nuestra región ocupa entonces el lugar que anteriormente ocuparon China -específicamente la provincia de Hubei-, Europa, y Estados Unidos. Pero una mirada mas detallada, nos muestra que no toda la región ha sufrido por igual. Hoy veremos cómo, el paso del virus por los diferentes países del continente, ha desnudado las profundas desigualdades socioeconómicas de los países latinoamericanos.
Sistema de salud
Un sistema de salud es el método diseñado para financiar, organizar y brindar atención médica a una población. Un buen sistema debe garantizarle al público un adecuado acceso a sus servicios, definiendo claramente el portafolio de servicios que ofrece. Para eso, un sistema de salud debe administrar las finanzas y los recursos humanos y de instalaciones de atención médica. El objetivo de un sistema de salud es mejorar la salud de la poblaciónde la manera más efectiva posible a la luz de los recursos disponibles y las necesidades competitivas de la sociedad.
Finanzas
Existe una fuerte relación directa entre los recursos económicos medidos por gasto en salud per cápita, y los gastos en atención médica públicos y privados, ambos en proporción al producto interno bruto (PIB) de un país.
Lamentablemente no todos los países de la región financian adecuadamente sus sistemas de salud. En el 2017, los cinco países que mas recursos públicos y privados combinados destinaron (como porcentaje del PIB), fueron Cuba (11.7%), Brasil (9.4%), Uruguay (9.3%), Argentina (9.1%) y Chile (8.9%). Por su parte, los dos países que menos recursos destinaron fueron Perú (5%) y Venezuela (1.8%).
En 2014, los gobiernos de la región se comprometieron a aumentar el gasto público en salud al menos al seis por ciento del PIB, pero solo Cuba (10,6 %), Costa Rica (6,8%) y Uruguay (6,1%) cumplieron esa meta. En Perú, el gasto público solo representa 3.1% del PBI, frente a un 3.9% del promedio latinoamericano.
Orientación del sistema de salud
Pero no todo es cuestión de dinero. Un sistema de salud refleja la cultura y la historia particular de un país, además de su nivel de desarrollo y valores sociales. En ese sentido es importante saber cual es el énfasis del sistema que tiene un país, ¿Es de tipo reparativo, centrado en hospitales y especialistas, o en prevención y promoción de la salud, centrado en centros periféricos y médicos generales?
Además de esa importante distinción, ¿Está el sistema de salud de un país centrado en cuidar a la persona como un todo indivisible (cuerpo, mente y bienestar general), ayudándolo a enfrentar los problemas causados por la enfermedad de una manera integral, o escoge solo cuidar de su salud física o corporal?
Un sistema de salud que cuida integralmente a la persona, origina satisfacción, comodidad y estados afectivos positivos en sus usuarios, incluso cuando su estado de salud se deteriora durante una enfermedad incurable. Lamentablemente, cuando un sistema de salud asume que su única función útil es cuidar de la salud física o corporal del usuario, menosprecia la función cuidadora integral de la persona y la considera ineficaz, ineficiente o indeseable.
Es fundamental entonces, que además de la financiación de un sistema de salud, este sepa claramente a quien cuida (al ser humano integral, o solo a sus órganos) y en donde lo cuida (en hospitales o en centros periféricos de salud).
La salud en la región
Según la Organización Panamericana de la Salud, de los 630 millones de personas en América Latina y el Caribe, el 30% no tiene acceso regular a servicios de salud, principalmente por problemas geográficos o de ingresos. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la región tiene 185 millones de personas pobres, con 10% de la población total en pobreza extrema.
Por otro lado, América Latina solo tiene un promedio regional de 27 camas de hospital por cada 10.000 habitantes, Perú esta debajo de ese promedio con 16 por cada 10,000 habitantes. En comparación, Chile tiene 21, Brasil 24 y España 32 camas por 10,000 habitantes. La situación es peor con las camas de cuidados intensivos.
La pandemia desnudó la realidad
Sin duda, la pandemia ha desnudado sin misericordia las profundas desigualdades de las sociedades latinoamericanas. Desde Perú, que, por tener millones de personas en condiciones de severa pobreza, no ha podido disminuir el número de contagios a pesar de una larga cuarentena, hasta Chile, que enfrentando un severo repunte da infecciones, hizo que el ministro de salud Jaime Mañalich declare la semana pasada que “en partes de Santiago hay un nivel de pobreza y hacinamiento del cual no tenía conciencia de la magnitud que tenía”, y que cumplir la cuarentena es, para los sectores vulnerables “mucho más difícil de lo que creímos”, reconociendo que la cuarentena es una medida extrema que produce miseria, pobreza, hambre, y que a medida que pasan los días, su impacto, como medida sanitaria, se esta agotando.
Corolario
De ser el gran “desnudador” de la realidad peruana y latinoamericana, el nuevo coronavirus tiene el potencial de convertirse en el “gran catalizador” de cambio en la región. En el Perú, esperamos que nos inspire a tener un sistema de salud unificado y reorientado al cuidado primario de la salud.
Costa Rica, en donde 95% de su población tiene acceso a un servicio primario eficiente en el vecindario, no necesitó tener “hospitales Covid” para hacerle frente a la pandemia. Sus postas médicas lo hicieron, logrando en el camino, tener la mortalidad mas baja de América Latina.