El contacto con el aire libre es importante en el desarrollo de un niño. Realizar actividades fuera del salón de clase en el colegio le dará un respiro y lo ayudará a relajarse. Pero, ¿si llevamos el propio salón al exterior?
El colegio Hedge de Irlanda emplea la interacción de los estudiantes con la naturaleza como una herramienta de educación. Los pequeños pueden estimular su aprendizaje observando, sintiendo y experimentando con varios elementos sin salir del salón.
El salón está hecho de madera para combinar con el exterior y cuenta con espacios para que los alumnos siembren plantas. Esa actividad no solo los estimula a nivel visual sino que, con el tiempo, estas crecerán y transformarán el espacio, haciendo sentir a los niños parte de ese cambio.
El espacio puede ser utilizado durante horas de clase como en el receso, para que los niños jueguen dentro del salón sin temor a dañar la estructura o algún elemento.