A veces las cosas más simples pueden convertirse en algo sorprendente con un poco de imaginación como por ejemplo el hecho de tajar un lápiz y recolectar la viruta que deja.
El diseñador Duncan Shotton buscó la manera de hacer de esa acción algo más vistoso y creó los Rainbows Pencil. Tienen el mismo tamaño y grosor de un lápiz común pero, cuando los tajas, se van creado residuos de arcoíris que puedes usar para decorar frascos o cuadernos, realizar dibujos con ellas, etc.
Estos lápices no solo se ven bien sino que son buenos para el planeta pues, a diferencia de los tradicionales, estos no están hechos con madera sino con papel reciclado. Puedes comprarlos en la página web del diseñador aquí a 16 dólares.