El cinco de marzo del 2020 se confirmó el primer caso importado por COVID-19, en una persona con un historial de viajes a España. Todos pensamos que la pandemia sería pasajera y luego todo volvería a la normalidad, pero la situación fue avanzando de manera incontrolada. Por ello, en el Perú al igual que otros países se decretó el aislamiento social, prohibiendo todo tipo de salidas, cerraron colegios, universidades, así como lugares públicos y privados como medida de prevención.
Al inicio fue muy difícil acomodarse a las clases virtuales, debido a la interacción con los maestros y compañeros se vería seriamente afectada. Si bien hubo muchos obstáculos, con el pasar de las semanas, nos acostumbramos a esa nueva normalidad.
Por ello a través de esta nota periodística queremos narrar cómo vivió nuestra institución educativa “Isaías Ardiles” la época de la educación virtual en pandemia. Para ello hemos realizado y recopilado una serie de entrevistas de nuestro director, profesor, e incluso la Psicóloga Mariela Tavera de Unicef, adicionalmente escribimos nuestros propios testimonios que serán presentados dentro de la nota.
Uno de los principales actores para el desarrollo de nuestras clases son nuestros docentes por eso queremos destacar su labor en esta era virtual. Ellos con su amor y esfuerzo han tenido que asumir nuevos retos, por ejemplo, aprender a utilizar nuevas tecnologías para luego poder enseñarnos a nosotros. “Antes era distinto, pero hoy en día casi el 99% de los colegas ya saben utilizar una computadora algo que no pasaba antes de la pandemia”, señala el profesor Santos Namoc tutor del 3ero de secundaria.
La tecnología no fue el único reto que se presentó. La comunicación era difícil ya que muchos de nosotros no contábamos con buena conexión pues se iba a la señal y no podíamos conectarnos.
No obstante, el profesor Santos nos contó que crearon una serie de estrategias para poder comunicarse con nosotros, un ejemplo de ello es lo que nos narró nuestro director Alejandro Arontico “La institución educativa fue una de las primeras escuelas que optó por crear un muro de Facebook, lo primero que hicimos fue empezar a buscar y contactar a los padres de los estudiantes para poder llegar a ellos con el objetivo de organizarnos para continuar con la escolaridad. El reto que se presentó fue analizar la forma en la que se iba a trabajar pues tuvieron que afrontar tres aspectos. El primer fue el soporte emocional, el segundo fue el tecnológico ya que esa era la única opción de poder conectarnos y el tercero fue el de adaptarnos a la nueva forma de aprendizaje”
Por otro lado, para nosotros los adolescentes estudiar de forma virtual no fue fácil, pues atravesamos diferentes dificultades, algunos docentes explicaban, pero nosotros no lográbamos entender. Al inicio solo se enviaban las fichas o tareas, pero eso no significaba que estábamos aprendiendo, esto llevo al desánimo para algunos compañeros quienes ya no participaban en clase, de esa manera ya no había interacción. Eso no significaba que no quisiéramos aprender, sino que algunos no contamos con recursos tecnológicos o económicos.
No obstante, uno de los mayores problemas fue nuestra salud mental palabra que algunos conocíamos, pero que desde la llegada de la pandemia empezamos a escuchar continuamente.
“El primer año (de la pandemia) se me hizo muy difícil adaptarme, además tuve muchos cambios por la etapa de la adolescencia y con las malas decisiones que tomé como dejarme afectar psicológicamente pues generé consecuencias negativas en mi vida como entrar en depresión. Una de estas fue mi bajo rendimiento académico, a finales de año intenté recuperar, pero solo logré estresarme más y tener problemas psicológicos”.
Esto le paso a una de nuestras redactoras Tamy Victoriano que estuvo pasando momentos difíciles en el aspecto emocional. Nos cuenta que dentro de ella había un dolor, tristeza y nostalgia muy grande. Estaba en depresión. “Mi lucha era diaria contra los síntomas de las enfermedades que tenía, pero estaba sola, estaba en un mundo lleno de tinieblas. Hasta que mi papá me ánimo a seguir a alguien que cambio mi vida por completo JESUS, decidí seguir y aprender sobre Jesús”.
Y así como Tamy, otra de nuestras redactoras Luz nos narra el momento en que se enteró de la existencia del virus: “En ese momento hubo un anuncio de que teníamos que cerrar la escuela por dos semanas. No lo podía creer porque la voz hablaba de un virus llamado COVID-19. En ese momento sentí algo raro dentro de mí: no sabía lo que estaba pasando. Yo pensé que no era grave lo que sucedía, ya que había escuchado esta noticia en la televisión y no le tomé importancia. Pero cuando el director nos explicó todo, entendí que este virus era más grave de lo que pensaba”.
“Mi familia y yo nos sentimos muy tristes porque en este año nos íbamos ir de viaje y teníamos muchos planes para eso”, Luz tenía un plan para ella y para su familia que se vio paralizado por la pandemia. Nosotros teníamos planes y actividades que hacíamos, por ejemplo, Luis otro de nuestros redactores, realizaba actividades deportivas dentro y fuera del colegio, actividad que claramente se paralizó.
La psicóloga Mariela Tavera de Unicef señala que se trata de un sentimiento generalizado a raíz de la pandemia. “Mantener la atención a clases virtuales es un poco más difícil que en presenciales. Puede que muchos hayan sentido aburrimiento, desmotivación e incluso la inactividad haya llevado a incrementar el peso. Muchos docentes se han sentido sobrecargados con la gran tarea que fue convertir su labor a lo virtual y pueden haber sufrido cuadros de estrés”, indica.
Ella destaco algunos síntomas que nosotros también pasamos como “desmotivación, aburrimiento, miedo, temor e irritabilidad entre otros signos de deterioro de la salud mental” ahora nos hemos dado cuenta que importante es cuidarla y atenderla.