Robben y Van Persie: análisis de las figuras del partido

DIEGO COLOMA MARTÍNEZ @snack2008

Elegir a uno solo sería un grave error. Arjen Robben y Robin Van Persie, dos treintañeros, corrieron, marcaron, hicieron gatear, se lanzaron de 'palomita' y llenaron de ilusión a Holanda. La actitud de ellos en el partido fue como la de dos titanes. Jugaron con temperamento y clase, una mezcla no muy fácil de combinar.

A Robin van Persie a veces se le reclama que es muy temperamental para correr y para marcar -así recibió la tonta amarilla cuando ya goleaban-. Pero nadie puede negarle que sea un estupendo delantero. Quizá el mejor que puedo haber visto recibiendo pases largos y de espalda. A continuación, tres razones de por qué es, junto a Robben, el jugador del partido:

1. Levantó a una Holanda golpeada. Su primer gol, con toda la maravilla y dificultad que implicaba en la definición, levantó a Holanda. No es lo mismo irse con un resultado en contra que con un empate. Fue clave su palomita para empatar el partido al final del primer tiempo.

2. Sabe jugar dentro y fuera del área. No se minimizó solo como centrodelantero. Salió del área cuando su equipo lo necesitó, asistió cuando era necesario. Acá es donde se cumple que el diablo sabe más por viejo. Es un cazador de goles que también asiste.

3. Clase A para definir. Este día para Van Persie va a ser uno imborrable. El gol que marcó tiene todas las fichas para estar entre las mejores del Mundial. Se olvidó que tenía treinta años y voló al mismo estilo de la WWE. Esta fineza ya se le es conocida con sus goles.

Arjen Robben debe haber sido el más dolido y reclamado tras perder el Mundial en Sudáfrica. Cuatro años después, solo él puede darse el lujo de quitarse la sangre del ojo y, no solo ganar, sobre todo, humillar a España. Tres razones por qué es, junto a Van Persie, el jugador del partido:

1. Un ganador pacífico. Arjen sabía lo que se jugaba en este partido. Tenía el mismo rival (7 jugadores) de hace cuatro años. Sin embargo, se dedicó a jugar fútbol. Su insistencia se vio reflejada en el 'doblete'. Todo un premio para un ganador.

2. Una potencia de noventa minutos. Pocos jugadores pueden darse el lujo de, tras ochenta minutos, correr casi cuarenta metros, para luego hacer gatear al arquero y anotar un gol perfectamente colocado. Él lo hizo.

3. Fue para el equipo. Hoy más que nunca, Robben jugó pensando en Holanda y no tanto en él. Cuando se le necesitó apareció y no exageró con el control.

Una grada abajo, pero también importante en la victoria 'tulipan', está Daley Blind. Lateral derecho que asistió de manera exiquisita a Van Persie en el gol del empate. Destacó con sus pases largos y sus desbordes por la banda. Azpilicueta lo sufrió. Su deuda está en defensa.