Desde el Barcelona hasta el Manchester City, la evolución táctica de Guardiola en casi 14 años | ANÁLISIS

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Moverse en el mediocampo —varios años atrás— le permitió a Guardiola adquirir una gran visión de juego con cada camiseta que vistió. Lo comprendido sobre el verde le sirvió posteriormente en su etapa como estratega. Y así fue que el catalán se convirtió en un filósofo del fútbol, y no uno cualquiera.

A estas alturas, ya nadie duda de la capacidad de Pep. En sus casi 14 años de carrera, desde su debut profesional en Barcelona, ha ganado un total de 31 títulos oficiales y ya es el tercer entrenador con más trofeos de toda la historia del balompié. Solo Mircea Lucescu (34) y Alex Ferguson (48) pueden presumir un palmarés más ostentoso.

Pero lo que más se le ha exigido al técnico catalán en los últimos años es ganar la Champions League fuera del Barcelona. Con los culés, Guardiola levantó la ‘Orejona’ dos veces, pero con Bayern Múnich y, hasta el momento, con el Manchester City no ha podido consagrarse en la máxima competición europea.

Y lo sigue intentando. Nuevamente, Pep está bastante cerca de la gloria al clasificar a las semifinales de la Champions con los ‘citizens’ después de una dura llave contra el Atlético de Madrid. De hecho, el catalán se ha convertido en el entrenador con más ‘semis’ alcanzadas (9) en la historia del torneo.

Ahora, el desenlace del camino ya está trazado. Real Madrid se presenta como el último escollo para Guardiola hacia la final del certamen. La ilusión está a tope. Pero hay cautela. Otra vez, por más que el club blanco sea uno de los que más ha enfrentado en su carrera como técnico, el DT del City tendrá que volver a estudiar y plantear la mejor opción táctica para triunfar.

Fundamentos

Pep Guardiola ha tenido a Johan Cruyff como su principal influencia en el banquillo. Es por ello que, desde sus inicios, el catalán siempre ha planteado un fútbol bastante atractivo sobre el verde. Posesión, presión alta, multiplicidad de pases, transiciones constantes e innovaciones tácticas son algunos de los fundamentos básicos del entrenador de 51 años, que le han conducido al éxito varias veces.

La fórmula que se dio a conocer en España se ha repetido en Alemania e Inglaterra, aunque claro con distintos matices. De hecho, Guardiola ha manifestado en numerosas ocasiones que trata de amoldarse a los jugadores que tiene, pues a fin de cuentas ellos son los protagonistas en el campo.

“No he inventado nada, intento adaptarme a los jugadores. Me gusta la forma en la que quiero que mis equipos jueguen. También soy un espectador y me gusta verme reflejado en mis equipos, pero esto va de resultados. Soy un visionario cuando gano y cuando pierdo se dice: ‘¡Qué se cree este tío!’. Veo a mis jugadores, veo al contrario, analizo y digo vamos a por ellos de esta manera porque por cómo defienden o cómo atacan tenemos más posibilidades de ganar. Y a veces pasa y a veces no”, explicó hace unos días el mismo Pep.

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Entonces, sobre la base del plantel que tiene a su disposición, si bien ha mantenido la esencia en su juego, la estrategia de Guardiola ha evolucionado inevitablemente en los tres equipos que ha dirigido hasta el momento.

De hecho, el de Santpedor ha experimentado un sinfín de sistemas tácticos a lo largo de estos años. No se ha cansado de innovar. Si bien puede empezar con un 4-3-3 o 4-2-3-1, en la práctica esto muchas veces varía en diferentes sistemas como 3-2-3-2 o 2-3-1-4.

El estilo

En este aspecto, Pep Guardiola no ha cambiado mucho. El entrenador catalán siempre ha apostado por las salidas en limpio (y corto) desde su portero, quien debe poseer una buena habilidad con los pies. Resulta importante que en todas las zonas del campo —especialmente en las propias— exista una superioridad numérica de sus jugadores en contraste con sus rivales. De esa forma, las salidas serán más exitosas, sobre todo cuando haya presión encima del contrario.

De hecho, en caso que el equipo adversario sume a dos delanteros a presionar la salida de los suyos, Guardiola apuesta por un pivote, que en este caso sería Rodri, para apoyar a los dos centrales del fondo a imponerse numéricamente. En Barcelona, esa función solía cumplirla Sergio Busquets y en el Bayern alternó a varios, colocando incluso a Philipp Lahm en esa posición en muchos encuentros.

El estilo que impone el entrenador catalán es dominante. La posesión es fundamental en su idea de juego. Tener la pelota la mayor parte del tiempo no solo representa daño para los rivales, sino también una óptima defensa propia. “Yo amo tener el balón. He sido educado de esta manera (...) Tengo el balón para atacar más que el contrario y recibir menos contraataques”, señaló en una conferencia de prensa de hace muchos años.

Asimismo, como bien se ha dicho, para Pep es fundamental tener una ventaja numérica posicionalmente. Su fórmula radica en el concepto de “hombre libre”, que pueda recibir la pelota y seguir con la progresión de la misma hasta llegar al área rival con profundidad.

La polifuncionalidad también es un factor bastante importante en la estructura de Guardiola. Esto se reflejó mayormente en el Bayern Múnich, donde jugadores como Lahm, Kimmich, Rafinha, David Alaba, entre otros, experimentaron más de cinco posiciones distintas bajo el mando del entrenador catalán. Todo siempre, pensando en el bienestar del equipo. De hecho, esos constantes cambios casi siempre le funcionaron a Pep.

Creación de juego y ofensiva

El planteamiento de Guardiola hace explotar al máximo las virtudes de sus jugadores en ofensiva. El técnico del Manchester City siempre ha destacado en este aspecto. Y se ha llevado los elogios que le corresponde.

En Barcelona, Pep casi siempre formó con un 4-3-3 ofensivo, donde sus laterales se sumaban mucho al ataque. Pero lo especial de ese equipo estaba en el mediocampo. Ahí, figuras de buen pie como Xavi Hernández, Andrés Iniesta y Sergio Busquets, Cesc Fábregas ayudaban mucho a la posesión de la pelota, a través de numerosos (y lujosos) pases, y a la verticalidad en el juego. El ‘Tiki taka’ en su máximo esplendor.

La movilidad e indiscutible talento de Lionel Messi también sumaba a ese cuadro culé, considerado como uno de los mejores de la historia. Con Guardiola, el crack argentino solía jugar de falso ‘9′, una posición que le hizo marcar muchos goles y le dio mucha facilidad en el ataque a su equipo.

En el Bayern implementó el falso lateral para conseguir superioridad numérica en el mediocampo y para concentrar mayor gente en el ataque. Esto permitió, además de ampliar la posesión del balón lo máximo posible, que los extremos como Franck Ribéry y Arjen Robben puedan quedar en situaciones de ‘uno contra uno’ ante la defensa rival.

De la misma manera, el entrenador catalán utilizó algunas veces a Mario Gotze como su “Messi” en el club bávaro; es decir, de falso ‘9′. También ha variado colocando un ‘9′ neto arriba como Robert Lewandowski o incluso con dos delanteros centrales (algo que no suele hacer). Sea como fuere, este Bayern ha sido muy difícil de marcar justamente por esas constantes variaciones que hizo Guardiola no solo en su esquema táctico, sino en los jugadores que utilizó para cada posición y en las diferentes funciones que cumplieron.

Ya en el Manchester City, Guardiola ha hecho una especie de mezcla de lo que ejecutó tanto en el Barcelona como en el Bayern Múnich. En varios partidos, el estratega catalán ha continuado jugando con “falsos laterales”. En el inicio, Fabian Delph o Oleksandr Zinchenko cumplieron la función de desplazarse desde la banda para sumarse como un pivote en el medio delante de los centrales. Ahora, esa responsabilidad recae de vez en cuando en Joao Cancelo.

En el fútbol inglés, no es una novedad la enorme intensidad del juego y las transiciones rápidas propias del mismo. Pero Pep ha sabido cómo adaptarse a ese estilo a partir de su juego asociativo. Con extremos rápidos como Raheem Sterling y Riyad Mahrez, el técnico siempre busca ampliar el campo por las bandas y triangular, a partir de ahí, con Bernardo Silva y Kevin de Bruyne, quienes acompañan a los delanteros en el ataque.

Cabe señalar que, con el transcurrir del tiempo, el Manchester City ha dejado de jugar con un ‘9′ convencional. De hecho, adelanta a jugadores como De Bruyne, Mahrez o Silva para jugar con mayor amplitud por los interiores y exteriores, así como arrastrar a la marca para generar más espacios arriba. Ante el reciente duelo contra Atlético de Madrid, Phil Foden fue utilizado como falso ‘9′ para ayudar a ese objetivo.

Defensa y presión

La presión siempre ha sido la gran apuesta de Guardiola. Con el propósito de tener el balón la mayor cantidad de tiempo posible, resulta importante que el equipo del catalán presione arduamente la salida del rival para obligar a cometer errores y recuperar la pelota en cuanto se pueda.

En el Barcelona, Pep contaba con jugadores que se dedicaban más a interceptar los pases al momento de presionar. Xavi, Iniesta, Messi, Villa, entre otros, te daban esa garantía para luego buscar rápidamente el arco contrario.

En el Bayern, la intensidad física de los jugadores permitía que la recuperación de la pelota se dé a través de entradas o disputas individuales con el rival. Sea como fuere, siempre se buscaba ahogar e incomodar la salida del adversario.

En el Manchester City, Guardiola ha encontrado una armonía en ese aspecto. La intensidad de la Premier League y la capacidad de presión e intercepción que poseen los jugadores de su plantel, le permite tener éxito muchas veces a la hora de recuperar la pelota.

A la hora de defender, el Barcelona de Guardiola casi siempre se mostró compacto, más allá de que sus mayores virtudes hayan sido principalmente ofensivas. Con Piqué, Puyol, Dani Alves y Abidal, la primera línea azulgrana gozaba de buen cuidado; además que la volante también ayudaba a cubrir los espacios cuando el equipo no tenía la pelota.

En el Bayern Múnich, debido a los diferentes experimentos del catalán, sí hubo algunas grietas defensivas en las tres temporadas que dirigió. El hecho de no “abandonar su estilo” le ha pasado factura en muchas oportunidades y, por ello, se le criticó mucho en Alemania.

Ya en el Manchester City, continuaron algunas deficiencias defensivas, pero es algo que Pep ha sabido corregir con el pasar del tiempo. Ahora, el equipo está más firme y ordenado en ese aspecto. Ha encontrado solidez. Y Pep no ha dudado en cambiar su esquema cuando lo ha visto necesario.

Cuando los ‘citizens’ no tienen el balón, Guardiola plantea que el equipo forme con un 4-1-4-1, que a veces pasa a ser un 4-4-2. Una de las alternativas es que el atacante más avanzado presione a los zagueros rivales para orientar su juego hacia una dirección o para obligarlos a mandar pelotazos al área.

Asimismo, la presencia de Rodri en el mediocampo es fundamental para la lucha de la recuperación de la pelota y la intercepción de los pases. En él, el técnico catalán ha encontrado la columna vertebral que necesitaba. Por último, Aymeric Laporte, Rúben Dias y John Stones también son garantía de solidez defensiva.

“Guardiola era muy fundamentalista al principio. Pero después fue cambiando. Asumía muchísimos riesgos en el afán de atacar. Con el tiempo fue corrigiéndose y también le dio mucha importancia a la defensa, no solamente en la recuperación rápida. Cuando lo atacaban, con el correr del tiempo él fue montando bloques defensivos. Eso lo llevó a tener menos posibilidades de perder partidos. Al Atlético de Madrid es capaz de montarle un esquema diferente a lo que habitualmente vemos de él”, opinaba Ricardo Gareca antes del partido en una charla con ESPN.

Y así fue. En el Wanda Metropolitano, Guardiola ha vuelto a demostrar que a nivel defensivo ha mejorado muchísimos aspectos en el Manchester City. Y que puede implementar, siempre que lo necesite, un sistema que no sea propio de su filosofía, pero que le pueda ayudar a ganar partidos. La evolución es notoria. Y eso es lo que el catalán ha sumado también a partir de la experiencia obtenida en todos estos años.

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