Cesar E. Prado Soto

Regresaba del colegio, vio a Rey Mysterio en la pantalla de un restaurante y no tardó ni 2 minutos en enamorarse de las piruetas, máscaras y el espectáculo que engloba la . Daniel Felipe Mansilla Félix, o solo en el ring, sin saberlo quizás había conocido un deporte que en el Perú vivió sus mejores épocas por los años 60, pero que hoy busca volver a su mejor momento en el país y con él a la cabeza, como Gran Campeón de .

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El ‘cachascán’ en el país tuvo sus años dorados en el siglo pasado; el Luna Park, la Carpa Grau y el mismo coliseo Amauta vieron brillar a estrellas como El Vikingo, El Yanqui, El Toro o El Chiclayano. De hecho, la TV tuvo un espacio para ellos con ‘Los Colosos del Catch’ en Panamericana Televisión, pero el Gobierno de Velasco no tardó en censurarlos y desaparecerlos hasta los fines de los 90.

El cómico Mon Cheri enfrenta al luchador El Vikingo en el coliseo Amauta. (Foto: arkivperu.com)
El cómico Mon Cheri enfrenta al luchador El Vikingo en el coliseo Amauta. (Foto: arkivperu.com)
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En 1998, llegó ‘Gladiadores’ al canal 5, que era el nombre que usaba para presentar los programas de la WCW de Estados Unidos. Esa pequeña aventura no duró mucho y en 2006 la WWE empezó a transmitir el pro wrestling a través del canal 9, aquella vitrina por la que muchos jóvenes se engancharon con aquel deporte de espectáculo; un joven Daniel Felipe no sería la excepción.

Junto a Víctor y Luis Pedro, sus amigos, empezaron a juntarse en un parque de Surquillo donde emulaban, bien o mal, las movidas que venían en la televisión; de hecho fundaron su propia “empresa”: Park Wrestling Federation (PWF), de la que hoy solo existen videos en redes sociales. Sin embargo, no fue hasta que supieron de la existencia de la Leader Wrestling Asociation (LWA) que el rumbo se le sería más claro.

Miembros de la Park Wrestling Federation (PWF) entrenan en un parque de Surquillo. (Captura de YouTube / Catchascán 2.0)
Miembros de la Park Wrestling Federation (PWF) entrenan en un parque de Surquillo. (Captura de YouTube / Catchascán 2.0)

Su primera experiencia cercana a un verdadero show de lucha libre peruana la tuvo en un modesto coliseo de Magdalena en 2010. Ahí pudo conocer a Apocalipsis, Kaiser, Caoz, Axl, Da Vinci y un extenso etcétera que, aunque inicialmente fueron sus modelos a seguir, se volverían sus rivales sobre el cuadrilátero.

La escuela Nueva Sangre fue la que los acogió en lo que él define como su sueño: “Era como ver un parque de diversiones. Era ‘me quiero subir, quiero entrenar, quiero dormir, quiero estar ahí todo el rato’”. Y aunque en un inicio su condición física no le permitía ser un Undertaker que veía en TV, “las ganas, ilusión y amor a querer ser un luchador lo hacían súper fácil”.

El debut soñado se dio a los meses de empezar con los entrenamientos gracias a las capacidades que demostró en tan corto tiempo, aunque este fue de una manera peculiar: bajo una máscara y con el nombre de Dorian. Daniel estaba cumpliendo uno de sus sueños y lo que le siguió fueron buenas presentaciones por casi dos años. Mansilla como rostro vio la luz en 2012; su primer título fue el de parejas de LWA casi un año después y junto a su amigo Víctor, que ahora llevaba por nombre Bad Boy jr., pero en solitario, como ahora, logró ser Campeón Máximo en julio de 2015. El futuro para él era brillante.

Mansilla demostró año a año que podía dar combates dignos de las mejores carteleras y la fugaz existencia de Imperio Lucha Libre (2017-2018) lo tuvo siempre entre los que buscaban hacerse del Título Mundial de la marca, aunque sin mayor fortuna. Con un incómodo traje que emulaba la vestimenta de un danzante de tijeras, siguió dando cátedra de buena lucha por los siguientes años hasta el nacimiento de su nuevo hogar: Gladiadores. A una cuadra de su casa, el bautizado Danzak Arena acogería a esta promoción que buscaba fundar los cimientos de una marca que tenía la intención de hacer las cosas bien y en enero de 2019 el proyecto tomó forma. “El producto superó cualquier expectativa que hayamos tenido”, confiesa.

Un evento al mes era suficiente para disfrutar de cada uno de los duelos que nos brinda la marca; Mansilla en ese entonces solo quería demostrar la clase de luchador que era, pero un objetivo en particular lo motivó a romper sus principios: ganar la máscara de su maestro Apocalipsis. Y así lo hizo, meses de encuentros terminaron en un combate de ‘Máscara vs. Cabellera’ en la que, en palabras suyas, “no había más por ganar”.

Mansilla celebra con la máscara de Apocalipsis tras vencerlo en el Gladiversario 1 de Gladiadres. (Foto: Christian Peralta)
Mansilla celebra con la máscara de Apocalipsis tras vencerlo en el Gladiversario 1 de Gladiadres. (Foto: Christian Peralta)

Curiosamente, en el mismo show nació el Gran Campeonato de Gladiadores, el cinturón que todos querían colgar en sus hombros, pero la pandemia en 2020 hizo que todos suspendieran sus ansias hasta nuevo aviso, pero para Mansilla significó algo más.

Abandoné todo tipo de relación con la lucha. Había ganado la máscara de Apocalipsis, ¿qué otra cosa, presea, trofeo podría ganar así? Le gané la máscara a Apocalipsis, le gané la máscara a mi maestro, le gané la máscara al mejor luchador del Perú, de Latinoamérica. ¿Qué más voy a hacer? Apaga la luz. Cierra la tienda, hermano”.

Sin mayor deseo de sumar en su palmarés esa presea de correa roja que varios colegas en Gladiadores deseaban tener, de vuelta al encordado siguió derrochando calidad. En Chile obtuvo más victorias, pero fue en medio de alambres, fluorescentes y mucha sangre logró ganar el Torneo Deathmatch 2024; ¿qué más podía buscar?

¿Quitarle el Gran Campeonato a Zero? Meh. ¿Quitarle el Gran Campeonato a Cava? Meh. ¿Quitarle el Gran Campeonato a Apo? Ya le quité la máscara, tampoco soy tan malo. Pero ganarle el Gran Campeonato a Bad Boy era algo que de todas maneras quería hacer”. Ahí apuntaba ahora, arrebatarle el título a quien hace unos años llamaba “hermano” tenía un sabor especial: “Aparte estaba el vengar que este payaso haya sido quien retire a La Leyenda”.

‘Gladiadores 48: Humildá’ fue el lugar y el momento en que Bad Boy jr. defienda su cinturón ante un Mansilla que, a sus poco más de 30 años, 13 de ellos dedicados a este deporte, volvió a mostrar ese fuego en los ojos que lo hizo destacar entre sus pares. Una pelea de casi 27 minutos, donde estas líneas jamás podrán transmitir lo vivido aquella noche, terminó con el ‘Danzak Luchador’ alzando el Gran Campeonato por primera vez.

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Muchas personas creen que él es el mejor luchador del Perú actualmente, pero quedó demostrado que no y esa era mi misión”, cuenta el actual monarca de la marca, que promete llevar consigo el título por un buen tiempo. “Desde el fondo de mi corazón, siendo el luchador más humilde del Perú y actual Gran Campeón de Gladiadores, puede ser que haya quien me quite el campeonato, pero no ha nacido alguien todavía en el Perú que pueda. No ha nacido tampoco en Chile, tampoco en Bolivia, tampoco en Argentina, tampoco en Ecuador; puede ser que alguien haya por ahí pero, la verdad, no lo conozco”.

Este sábado 14 de diciembre, en ‘’, Mansilla pondrá en juego el Gran Campeonato ante Alissa Webb, a quien promete vencer. “¿Mansilla es el mejor luchador en el Perú hoy? Por supuesto, absolutamente, 100 % confirmado, lo dicen las estadísticas, lo dicen los fanáticos en el Danzak Arena, lo dice la gente en las calles, en Surquillo, el luchador más humilde del Perú. No por nada soy el luchador favorito de tu luchador favorito. El ‘Danzak Luchador’ Mansilla, no hay más, no hay nadie más”, sentencia con firmeza.

Al ring, es la hora.


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