Pedro Ortiz Bisso

El fútbol peruano debe ser de los pocos en el mundo donde se habla tanto de delanteros como de abogados. Junto con anuncios de fichajes o festejos por goles, nos hemos acostumbrado a discutir sobre reclamos o puntos que se pierden. Estamos enfermos de comisionitis (de justicia, de licencias, etc.), tenemos una relación de amor y odio con el TAS y cada tanto nos tragamos comunicados kilométricos e ininteligibles, repletos de jerigonza legal, que no son más que la demostración de la precariedad de nuestras instituciones futbolísticas. Goles que no haces, los abogados los hacen.

ENTREVISTA: “Los clubes corren riesgo de descender si no se presentan a jugar”

El último capítulo de este culebrón es la guerrita que mantiene enfrentados a la Federación Peruana de Fútbol con ocho clubes por los derechos de televisión. Los términos utilizados desde cada lado muestran que sus áreas de comunicación andan trabajando a full: democratización, crisis, situación extrema, monopolio… cada término busca ser más impactante que el otro. El afán es uno solo: ganarse emocionalmente a la opinión pública, como si el motivo real de la disputa fuera entregar un mejor producto, cuando la verdad monda y lironda es que detrás de tanta artillería pesada hay una razón mucho más pueril: el dinero. Del uso del dinero para ser más precisos.

Vamos al punto: los derechos de televisión le pertenecen a la FIFA, ergo en el Perú son de la federación. Por años, en la Videna dejaron que los clubes negocien directamente con el operador de turno. Solo les interesaba recibir el 10% de lo que se negociara. Ahora quieren controlarlo. ¿Por qué? En nuestro balompié, existen clubes que dependen hasta en un 80% de la televisión. Quien maneje ese dinero, maneja sus vidas.

Para ello proponen un modelo a través de un intermediario –1190 Sports– que ya se usa en otros países: que los partidos se transmitan por diversos canales, previo pago de una suscripción adicional. Así se “democratizará” el consumo y podrán ofrecer un aumento sustancial de dinero a cada club. Para que el negocio funcione necesitan tener una enorme masa de suscriptores, meta difícil de cumplir si en el paquete de partidos no se encuentran Alianza Lima y Universitario, los clubes que mayor audiencia generan. ¿Qué interés puede generar un torneo sin ellos? ¿A 1190 le interesará trabajar en esas condiciones? La pelota, otra vez, está en la cancha de los abogados.

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