Marco Quilca León

La medalla que cuelga de sus cuellos brilla tanto como el escudo que llevan en el corazón. Seguramente no se la sacan desde que la recibieron en Andahuaylas, ciudad a la que fueron a hacer historia el último domingo. Y está bien. La lucen con orgullo, la besan y se la muestran al hincha que aguardó impaciente su llegada: es Universitario, el bicampeón nacional que retornó a Lima para recibir el mejor abrazo de su gente, ese que susurra la oído que ya está, ya se logró el gran objetivo, que son campeones nacionales en el año de su centenario y eso no se borrará jamás, como la sonrisa que se dibuja en el rostro de todos.