Un resfrío y el cruce con camellos, las primeras experiencias peruanas en el Dakar 2020 en Arabia Saudí. (Foto: César Pardo)
Un resfrío y el cruce con camellos, las primeras experiencias peruanas en el Dakar 2020 en Arabia Saudí. (Foto: César Pardo)
Christian Cruz Valdivia

La Ruta 5 es una gran vía que recorre la costa de Arabia Saudí. De un lado tiene el Mar Rojo y del otro un desierto por donde pasean decenas -los que vimos- y quizás miles de camellos. A más de 400 kilómetros de Jeddah, donde empezó el Dakar, estaba el punto de llegada de la primera etapa y ahí arribaron los siete equipos peruanos que forman parte de la competencia.

En Arabia Saudí no todo es nuevo para ellos, aunque no es como estar en casa. “Me hace acordar a Pisco”, dice el motociclista César Pardo sobre el recorrido de los 319 kilómetros del primer día.

“Se parece a la entrada a Ocucaje”, dice a su vez el experimentado piloto nacional Carlo Vellutino. Es que desde tan lejos, el recuerdo de correr en Perú siempre está presente, aunque las distancias esta vez sean enormes.

La Ruta 5 es como nuestra Panamericana Sur, sin los males de la Panamericana Sur. Por ahí se llega al campamento de Al Wajh, lugar donde se tiene el primer descanso y los vehículos sus primeras reparaciones.

Es el camino desde donde se puede ver a lo lejos una fábrica de cemento medio futurista por sus grandes dimensiones o grifos abandonados. Esto debido a que hay demasiadas estaciones de servicio en las ciudades.

—Complicaciones—

Pero no todo es grato para los nacionales. Un resfrío está haciendo mella de César Pardo, el piloto nacional que corre su segundo Dakar. “Me preocupa porque me deshidrato y me estoy acalambrando. Siendo el primer día eso no ayuda mucho”, nos cuenta. Por eso, apenas llegó al campamento en Al Wajh pasó por la carpa médica para solucionar el tema.

No todo es bonito, porque la etapa no fue sencilla. Los coches pincharon muchos neumáticos, por ejemplo, y los peruanos sintieron el rigor. “Fue muy dura para empezar, un mar de piedras”, cuenta Carlo Vellutino. Pero el piloto cambia el gesto cuando nos habla de lo que vio. “Bastantes camellos, increíble. Primera vez que veo tantos camellos, y todos libres”, nos dice.

Y sí, los camélidos pasean por las pampas de arena en busca del poco verde que se puede ver. A lo largo de la Ruta 5 existen letreros de precaución por el “cruce de camellos”.

Tampoco terminó muy satisfecho Sebastián Cavallero, quien sabe que tiene que cuidarse en estas etapas pedregosas para pasar a disfrutar de las dunas que esperan en la segunda semana.

El Dakar ha empezado de manera oficial. La madrugada de hoy corrían la segunda jornada, entre Al Wajh y Neom, en un nuevo capítulo de esta aventura del otro lado del mundo para los peruanos pero que viven el momento como lo harían en casa. El desierto árabe es testigo de una pasión incontrolable por los fierros y la velocidad a pesar de cualquier contratiempo

DATOS

Esta noche se corre la tercera etapa, un bucle en Neom, una ciudad bien al norte de Arabia, en el límite con Jordania.

El francés Romain Dumas sufrió el incendio de su coche apenas en el kilómetro 65 de recorrido.

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